El deber de dar respuesta
Alcanzar una meta no es sinónimo de un triunfo. Lograr ser escuchado solo supone subir un peldaño, porque aquí lo importante es conseguir que entiendan y atiendan a las singularidades de las corporaciones insulares de Canarias, que son las más castigadas por la caída de recursos como consecuencia de la crisis económica que asola a nuestro país.
¿Podemos vivir sin el turismo?
Mucho costó para que Canarias tuviese presencia turística extranjera en todas sus islas. Años difíciles y de luchas constantes por parte de los empresarios, sindicatos y políticos del Archipiélago canario, motivaron atraer la atención de muchos turistas de Alemania; Países Bajos, Reino Unido e Irlanda. Un turismo que ha venido propiciando grandes ingresos económicos en la economía local. Ni que decir tiene, que este turismo, como describe José Fina Domínguez Mújica, se ha desarrollado gracias a la existencia de un litoral atractivo que cuenta con playas extraordinarias, playas que se mantuvieron prácticamente vírgenes hasta hace unos cuarenta años. A ello se suman las bondades de su clima, con temperaturas suaves en las zonas litorales, de no menos de 18º como media de los meses de invierno y de no más de 25º de media en los de verano, un elevado número de días despejados a lo largo del año, y la escasez de las precipitaciones, sobre todo en la zona de costa.
Para evitar el cero energético en Tenerife
No se puede olvidar lo que se tiene que solucionar, mirando para otro lado, intentando acallar respuestas o disimulando por doquier, los problemas se enquistan, agravan y perduran y lo que es peor, se repiten. La isla de Tenerife padece una escasez crónica en dotación de infraestructuras en todos los ámbitos. El pasado cero energético demuestra la precariedad de muchas instalaciones o equipamientos del sistema eléctrico en concreto, obviamente obsoletos, insuficientes e ineficientes. No podremos avanzar en calidad de vida, destino de calidad o desarrollo, si nos falta lo estructural, que es contar con la respuesta adecuada a la demanda de la ciudadanía y de la economía, que da tener unas infraestructuras modernas y sostenibles.
Ni todos los ojos abiertos ven, ni todos los ojos cerrados duermen
He escogido una de mis frases favoritas a modo de título, porque expresa perfectamente una realidad o por lo menos en mi caso. Durante mucho tiempo creí ver lo que los demás no veían, hasta que me di cuenta de que los demás veían lo que yo no quería o no sabía ver. Quizás esto te suene un poco extraño, pero si añado aquello de "no hay peor ciego que quien no quiere ver", probablemente lo entiendas un poco mejor.
El efecto Pinocho
Recuerdo el día que leí el cuento de Pinocho, en el que a aquella dulce marioneta creada por Gepetto le crecía la nariz cada vez que decía alguna mentira, como castigo por sus continuos engaños. Tendría unos siete u ocho años y aquel verano sufrí lo indecible cada vez que mentía sobre algo o sobre alguien ya que pensaba que mi pequeña nariz iba a crecer y todo el mundo, en especial mis padres, sabrían que había dicho una mentira. Pero para mi suerte eso nunca pasó, sobre todo cuando descubrí que los cuentos al fin y al cabo solo cuentos son.
¡Nunca dejaré de soñar¡
Por: Jesús Lara González de Quevedo Cada segundo de mi vida, luchando contra viento y marea, la dichosa añoranza palpita sin piedad en cada arteria de mi debilitado corazón. Escarbando en lo más profundo de mi conciencia con sus largas y afiladas garras. Sintiendo demasiados celos de mi yo anterior. Recordando sus locuras inigualables, su forma de sentir la vida y lo más importante, la alegría en su desafiante e intensa mirada. Entiendo que se me va acabando el tiempo y en mi pensamiento brota la idea y un gran deseo de volver a convertirme fielmente en él. Pero también en mi pecho un dolor se cuece en mi interior, conteniéndose con fuerza, un gran temor al creer que pudiera volver a ser él. El temor a no poder conseguirlo, causa en mi piel una especie de heridas convertidas en arrugas, que se sienten con furor y a la vez con odio por no haber conservado a ese niño que me protegía de aquellos miedos que deambulan en silencio por mis presentes tan distintos. De él, lo perdí todo, incluso el lugar donde sus sueños se iban cumpliendo a su forma, sin desistir de ello si alguno por el camino se rompía. Su tierra, su Jerez de la frontera de su alma, que defendía con uñas y dientes si alguien se atrevía a hablar negativamente de su tierra natal. Sus amistades o lo que yo creía que en ese tiempo eran amigos de él, también fueron desapareciendo para seguir con sus vidas, sin importarles el arraigo que con constancia les había inculcado para lo bueno y lo malo en cada momento de su dichosa juventud. La ausencia en una gran familia que día a día intenta volver a encontrarlo sin éxito, ausentándose parte de ella sin tiempo a terminar de conocerlo. Algunas lágrimas y muchas sonrisas construyeron una gran muralla y crearon una unión infinita cruzando el charco desde su amado Cádiz hasta la isla de Tenerife para no separarlos nunca Jamás. Pero ahí sigue esa cruel añoranza, destruyendo cada sentido de mi existencia por volver a encontrarme de nuevo. Yo seguiré insistiendo, con mi cabello más canoso y un sufrimiento interior que me clava puñaladas causando una gran rabia sin compasión. Nada podrá impedir que te encuentre, porque aunque me olvidara de muchas cosas, recuerdo con claridad el sitio donde te dejé abandonado. La vida es un sueño y yo te prometo que Nunca dejaré de soñar
Siempre sale el sol
Por: Sonia Rodríguez Acosta Esta frase inmunda mi corazón, por eso lo digo como un mantra porque de verdad creo que sana y hace tener fe y positivismo. Palabras bonitas que resonaron en mí, en un momento difícil que estaba pasando una amiga. Recuerdo la escena con total claridad, le dije tu tranquila que siempre sale el sol. Si observas bien la naturaleza nos da tantas respuestas que a veces no somos capaces de verlas. El sol no se esconde para siempre, el sol sale e ilumina con sus rayos dorados y penetrantes. Lo mismo pasa en tu vida, puedes tener épocas que llueva a raudales, pero detrás de la tormenta viene la calma, solo necesitamos confiar en nosotros y en la vida. Una vida que gira como la tierra alrededor del sol. Como dice un viejo refrán no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista. Ten fe porque la fe mueve montañas y te hará mover a ti de donde estas hacia la luz del sol. Sé que la vida muchas veces no es fácil, pero vale mucho la pena vivirla. Vivirla a tu manera, lo que a ti te hace feliz. La vida son instantes, momentos que te dejan sin aliento de los maravillosos que son. Esos se quedan para la posteridad grabados en tu corazón para siempre. Si estás pasando un mal momento y no ves salida recuerda que el sol siempre vuelve a salir como la luz interna que hay en ti. Todos tenemos esa lucecita que nos alumbra solo tienes que prenderla y saldrá a relucir. Tenemos el poder dentro de nosotros mismos, no se trata de estar siempre felices y bien porque eso sería una utopía, ya que en la vida todo gira. Habrá momentos de sol, otros de lluvia y otros de tormenta y rayos. Lo que trato de decirte con este artículo es que siempre hay una luz al final del túnel. Una luz que cuando la alcanzas la disfrutas al máximo, porque ya sabes lo que es estar en la oscuridad. La vida es dual, apreciamos el sol porque hemos visto las nubes, la lluvia porque ha habido tiempo de sequía. Agradecer lo que tenemos es la clave para no caer en la negatividad alargada o prologada en el tiempo. Vivamos permitiéndonos sentir tanto lo bueno como lo malo. Lo bueno lo disfrutas y de lo malo se aprende.se aprende a caminar por la vida sin ser prisionero de ella, la vida te da las cartas pero tú decides como jugarlas. No eres lo que te pasa, eres lo que haces con eso que te pasa. En este preciso momento me viene a la mente muchas personas que son ejemplos de superación. Le han pasado cosas pero no se han quedado en lo que les ha pasado sino que su visión de la vida ha cambiado y los ha transformado hacia una mejor versión de sí mismos. Esa fuerza interior que te empuja, te motiva y te eleva. Confía en ti y en la vida, quiérete mucho. Baila bajo la lluvia, no dejes de soñar. Porque la vida te traerá un nuevo despertar y el sol saldrá iluminando tu caminar.
No podemos cerrar la puerta
Llevamos semanas esforzándonos por exponer la realidad de Canarias ante las consecuencias económicas que deja la pandemia. La situación, muy diferente a la que todos pensábamos que íbamos a vivir antes de la llegada de la Covid-19, se empeña en querer poner a prueba la capacidad de solidaridad, diálogo y entendimiento entre países, comunidades autónomas y municipios. Coinciden todos en algo: de este callejón sin unidad no se puede salir.
Cosas nuevas en un mundo nuevo
Este será un año marcado por un profundo cambio en el mundo. Es decir, el 2020 será recordado por millones de personas como un año maldito; de profundos cambios y formas de conductas. Eso sí, no creo que el coronavirus haya provocado en los humanos más sentimientos, más humanidad con todo aquello que nos rodea. Del mimo modo, poco a poco, el años 2020 se va marchando dejando una estela de incertidumbre, dudas y miedos. Sin embargo, muchas son las personas que aún no quieren o asimilan que el verdadero enemigo sigue estando en la calle. La Covid-19 sigue viviendo en todos los rincones del mundo, pero muchas personas parecen olvidarse que el virus sigue contagiando y matando gente. Las playas abarrotadas y las medidas protocolarias sanitarias, en el olvido por muchos jóvenes, pero también, en personas mayores.
Formación de un cerebro racional
Nuestra forma de pensar es un hábito, ese hábito hay que reemplazarlo por hábito más racional, es un trabajo duro y constante hasta que los nuevos hábitos estén automatizados y no nos cueste. Pregúntate: ¿Es objetiva mi forma de pensar? ¿Me ayuda esta forma de pensar a lograr mis objetivos hoy y mañana? ¿Me ayuda esta forma de pensar a mis intereses? ¿Me ayuda a no tener problemas importantes con los demás? ¿Me ayuda a sentir las emociones que quiero? Si sigo pensando así ¿Continuaré siendo desgraciado?