Pandemia: no hay mal que por bien no venga

Algunos lectores saben que me gusta recurrir a los viejos refranes españoles, porque aparte de ser didácticos y formativos, suelen expresar verdades como puños. El que afirma que "no hay mal que por bien no venga" viene como anillo al dedo a los beneficios "colaterales" que en nuestro planeta, de una manera paradójica, está provocando indirectamente la actual pandemia de coronavirus que estamos padeciendo.

Los buitres nos rondan otra vez

Hace semanas que el sector hotelero español ha venido reclamando medidas especiales por parte del Gobierno, con el fin de poder hacer frente a esta situación excepcional de manera satisfactoria. Es cierto que se han tomado algunas medidas que ayudan, pero la mayoría de ellas solo si eres pequeño o autónomo. Parece que el virus no afecta a las empresas grandes... Dejémonos de hipocresías y de detalles de cara a la galería. El virus nos afecta a todos y cuanto más grandes sean las empresas, más grandes son los problemas.

La crisis económica en Canarias será mucho más grave

Muchos isleños no han caído aún en la cuenta, pero la gran crisis económica que se avecina tras el confinamiento de la población del Archipiélago que va a provocar (que, de hecho, ya está provocando) el maldito coronavirus chino, será mucho más grave en Canarias que en el resto del territorio español, por nuestra fuerte dependencia de dos sectores productivos muy concretos, el Turismo --verdadero "motor" de estos ocho peñascos en medio del Atlántico-- y de la Construcción, que ha vivido una ralentización en los últimos años.

Si nadas no te ahogas

Nadie ha estudiado para enfrentarse a esta crisis sanitaria, que también es ampliable a otros aspectos vivenciales, siendo global e inédita. Si podíamos estar preparados para una situación coyuntural, local y predecible, pero desde luego, no para afrontar una pandemia mundial, que está paralizando, no sólo la actividad económica sino la entera sociedad, en un confinamiento hogareño, que pone a prueba las capacidades de aguante, convivencia o paciencia. Desde luego, pocos gobiernos han sabido o están lidiando esta situación con eficacia. Todo lo contrario, la improvisación, la tardanza en tomar decisiones cruciales y en muchos casos difíciles, ahondan la preocupación a todos los niveles. La improvisación ha sido la tónica, por lo que los resultados son preocupantes. Ahora no es el momento de la crítica, llegará y se hará cuando sea oportuno, pero si campa un pensamiento generalizado en los ciudadanos, sobre la irresponsabilidad de algunas decisiones tomadas y la capacidad de los dirigentes públicos que tenemos, para asumir los difíciles retos a desafiar. Se demostrará con el tiempo su idoneidad.

Los abuelos: las grandes personas en los valores de las familias

En estos difíciles momentos por lo que el mundo esta atravesando; los abuelos representán un gran y maravilloso papel en los valores de las familias. Unos abuelos; que el virus asesino COVID-19, insiste en verlos como dianas para que los dardos envenenados del coronavirus les lleguen a sus corazones. Gracias a esos abuelos que aún siguen con vidas, muchas familias pueden ir a sus respectivos trabajos, al dejarles a sus nietos a sus cuidados.

La angustia: el miedo y la desesperación ya empiezan a dar señales de un confinamiento necesario

Se respira un ambiente de incertidumbre, de miedo y de muchas dudas sobre lo que esta pasando. Cada día que pasa se nota más la desesperación de las gente por salir a la calle y poder realizar una vida normal, igual que la hacíamos antes de que apareciera el COVID-19. Ganas de volver a saludar y abrazar a los amigos, trabajar, tomar un café o una cerveza en cualquier calle de este país. De repente, un virus nuevo aparece de manera pandémica y se va desarrollando con una fuerza brutal; asesinando a miles de personas del planeta tierra como es el COVID-19.

Hay que prepararse para los peores tiempos

“Era el mejor de los tiempos y era el peor de los tiempos”, escribió Dickens. Y podría haberlo dicho de nosotros. Porque vivimos justamente el mejor de los mundos, el que más se acerca a la equidad y la justicia social, pero también uno que nos enfrenta a las peores amenazas e incertidumbres que hayamos vivido jamás.

Prueba de Fuego

Vivimos tiempos excepcionales. La pandemia de la enfermedad de Covid-19 o coronavirus ha infectado nuestros sistemas biológicos con verborreas, pero también nuestros sistemas políticos, económicos y sociales. Nada será como antes. "Lo que ha hecho es poner la luz sobre lo que estaba mal", escribió un amigo en Twitter. Hemos visto cómo algunas personas privilegiadas tuvieron los resultados de las pruebas para detectar el Covid-19 en 24 horas, mientras que otros tuvieron que pagar 300 euros por la misma prueba. Las preguntas que se pueden hacer una vez que se descubre la vacuna son las siguientes, ¿expropiará el gobierno la patente que la declara de interés público? Y, cuando llegue la vacuna, ¿a quién se le dará preferencia?

Tips para pasar mejor esta cuarentena con nuestra mascota canina

En esta cuarentena ocasionada por el coronavirus los propietarios de los perros tenemos la posibilidad de salir con nuestro can para que ellos puedan hacer sus necesidades y liberar su stress. Muchos de nuestros perros no llegan a satisfacer sus necesidades con un pequeño paseo y por ello su comportamiento en el hogar es algo desinquieto, para ello tenemos que buscar algunas actividades alternativas que ocupen al perro y que le permita tener un estado de emoción equilibrado y que esto haga que su comportamiento sea el deseado para todos, esto está especialmente indicado en esos perros de razas de líneas de trabajo, perros jóvenes o cachorros.

Nuestros mayores se van en silencio

Una generación de personas mayores que lucharon toda una vida, realizando los trabajos más primarios y duros de aquella España oscura del franquismo, codo con codo, para que este país tuviese mesa y mantel, hoy muchos de esas personas mayores se han visto sorprendido por la llamada de la muerte, motivado por un virus asesino invisible llamado COVID-19, al margen de otras patologías y edades avanzadas. Sin duda, todos queremos una muerte digna, sin dolor y acompañados de nuestros seres más queridos desde la más estricta intimidad. Sin embargo, el coronavirus no se conforma con infectar y matar. También, que nuestros mayores mueran en la más pura soledad del silencio de la muerte, sin el calor humano de sus familiares.


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