29.06.2020 | Redacción | Relatos
Por: Jesús Lara González de Quevedo
No sé si me vuelvo muy pesado, pero intento crear un poco de sentido común en esta sociedad tan podrida para unos y beneficiosas para otros. Día a día vemos como se lucha clara mente por los derechos que debería tener cada persona por su condición sexual, raza o etnia y religión, aunque a esta última estamos llegando de una manera desastrosa y sin respeto. Yo apoyo a que todo el mundo pueda tener derecho a una vida como le plazca, pero ese es el problema que no lo estamos haciendo con todos. ¿Sabéis cuantas personas por diferentes rasgos físicos o por alguna enfermedad son atacadas por el mundo sin que nadie haga nada? ¿Saben cuantas personas se suicidan día a día o entran en depresión constante solo porque las despreciamos de una manera egocéntrica?
Una persona gorda, no es malo decir gordo, lo malo es decir gordo con un adjetivo acompañado. Igual que negro, solo suena mal si va acompañado de esos adjetivos tan despreciables que solemos incluir. Homosexual, pasa lo mismo. Pero sabéis, igual que a otros que como digo por sus rasgos se les aísla y aborrece de una manera descomunal.
Es una cosa que vemos normal en las películas… pero no creáis que es solo ahí.
En la búsqueda de un trabajo, en una relación, en miles de cosas que ocurren todos los días convirtiéndose en una gran discriminación. Niños que no quieren salir a la calle, adultos que se sienten perdidos, en un mundo donde existen abusos, palizas e infinidades de ataques psicológicos que dejamos pasar sin que nos pueda afectar.
Las personas con minusvalía siguen siendo miradas como seres extraños, cuando no te das cuenta que el ser despreciable y extraño eres tú por no aceptar la realidad de la vida, es mejor atacar y reírse del que según tu es distinto y después te das golpes en el pecho defendiendo lo que en de interés para ti o para tu bolsillo. Porque la gente que no mira a todos por igual no tiene corazón para defender nada y solo busca lucrarse de lo que sabe que puede sacar un buen pellizco.
¿Creéis que todas esas personas no se sienten atacadas? ¿Esas personas no necesitan que luchemos por sus derechos? Que equivocado estamos en este mundo tan salvaje y cruel al mismo tiempo. Victimizamos algunas cosas hasta los extremos mas terroríficos y otras cosas las dejamos de lado sin importarnos nada e incluso si podemos las ofendemos para reírnos cruelmente de ellas.
Vive la vida a tu manera, quiérete tu mismo y no te mortifiques por lo que los demás puedan decir. Ya que seguro ellos tienen un trauma mas especifico para llevar una vida llena de rencor y odio acumulado.
¡Nunca dejes de soñar¡
Imagen: Jesús Lara González de Quevedo | CEDIDA