¿Podemos vivir sin el turismo?

08.08.2020 | Redacción | Opinión

Por: Rafael J. Lutzardo Hernández

Mucho costó para que Canarias tuviese presencia turística extranjera en todas sus islas. Años difíciles y de luchas constantes por parte de los empresarios, sindicatos y políticos del Archipiélago canario, motivaron atraer la atención de muchos turistas de Alemania; Países Bajos, Reino Unido e Irlanda. Un turismo que ha venido propiciando grandes ingresos económicos en la economía local. Ni que decir tiene, que este turismo, como describe José Fina Domínguez Mújica, se ha desarrollado gracias a la existencia de un litoral atractivo que cuenta con playas extraordinarias, playas que se mantuvieron prácticamente vírgenes hasta hace unos cuarenta años. A ello se suman las bondades de su clima, con temperaturas suaves en las zonas litorales, de no menos de 18º como media de los meses de invierno y de no más de 25º de media en los de verano, un elevado número de días despejados a lo largo del año, y la escasez de las precipitaciones, sobre todo en la zona de costa.

Si a estas características medioambientales sumamos el atractivo de sus paisajes volcánicos, el confort de una oferta alojativa de elevada calidad, la estabilidad política de la región, el nivel de desarrollo económico que se ha alcanzado en los últimos años, la conexión aérea con los países europeos, una promoción constante de este destino turístico en distintos circuitos internacionales, un alto grado de fidelidad de los visitantes, etc. habremos dibujado las causas que explican una elevada especialización turística, que ha ido gestándose y reorientándose a lo largo de un dilatado período.

Por otro lado, aquellos tiempos de esplendor turístico en nuestro Archipiélago parecen haberse esfumado en el tiempo, motivado por la presencia de la Covid-19 en este comienzo de siglo XXI. De repente, el mundo se paralizó y cambió drásticamente. El propio presidente del Gobierno de Canarias, reconoce que “sin turismo el hambre se comerá a Canarias”. Hay que recordar, que el turismo, de modo directo o indirecto, movió 16.099 millones de euros en el año 2018, elevando al 35% la contribución del turismo al total de la economía de las Islas Canarias  y generó 343.899 puestos de trabajo, el 40,4% del empleo total en el Archipiélago.

Por otro lado, y por si fuera poco, con la que tenemos con el coronavirus viviendo entre nosotros, las negociaciones del Gobierno central con Reino Unido fracasan, pues lejos de rebajar las restricciones, el Ejecutivo de Boris Johnson las endurece aún más. Excluye ahora también a Canarias y Baleares del listado de destinos seguros a los que viajar y mantiene la cuarentena obligatoria para todo aquel que regrese de nuestro país. Pedro Sánchez espera que Reino Unido recapacite y pide que su decisión se base en los datos epidemiológicos. Más del 60% de los nuevos contagios se focalizan en Aragón y Cataluña. Canarias y Baleares tienen una incidencia acumulada del virus inferior a la de la península, la Unión Europea e incluso el Reino Unido. El sector turístico y las aerolíneas se vuelcan para presionar al Ejecutivo de Boris Johnson. En el único lugar donde no impone restricciones es en Gibraltar.

No hay que olvidar que España logró otro récord de turistas extranjeros en 2019. Visitaron nuestro país 83,7 millones de viajeros internacionales y realizaron un gasto de 92.337 millones de euros, según las cifras presentadas en enero por la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto. Por todo ello, y ante esta grave crisis económica y empresarial que acaba de comenzar, motivada por el coronavirus, parece ser que el verdadero motor para activar la economía del Archipiélago canario se basa en la construcción. Así lo afirma José Miguel González, economista y director de la consultora Corporación 5. La construcción supone algo más del 6% del PIB en Canarias, pero llegó a aportar el 10% antes de la Gran Recesión de 2008. “Tenemos un enfermo infartado y lo que hacer es devolverlo a la vida. Es lo que se llama formación bruta de capital. Hay que agilizar obra pública, inversión pura y dura que arrastre a otros sectores de la economía. Y hay que favorecer la rehabilitación de la planta hotelera aprovechando la situación del sector, bien a través de incentivos que incluye el Régimen Económico y Fiscal canario, bien a través de los planes de rehabilitación que ya existen”, explica. “El sector público tiene que ser ágil. No puede ser que tarden 14 meses en darte una licencia de obra”, afirma Lola Pérez. “Que ningún problema administrativo frene ahora una inversión”.

Rafael J. Lutzardo Hernández

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