Hoy no tenías que venir

Hoy no, hoy no tenía previsto recordar. Hoy no era el día, ni el momento ni estaba en el lugar. Pero las cosas a veces llegan solas, sin buscarlas se dejan encontrar. Hoy no quería pensar en ti, hoy no tenía previsto revivirte. Hoy no entraba en mis planes recordarte.

¿Sabéis que?

Por: Jesús Lara González de Quevedo ¿Sabéis que?... Este año me propuse tener la intención de que cambiaran muchas cosas de este mundo. Una de ellas y creo que la principal, es ese odio, ese rencor que se respira en el ambiente. Tanta envidia y tanta vanidad que desprenden muchas personas en la calle, en un bar, en el trabajo e incluso en las redes sociales. Siempre estando a la defensiva de todo, con la pinturas de guerra tatuadas en la cara, convirtiéndose en marcas imborrables de por vida. ¿Sabéis que?... La vida cambiaría solo si tuviéramos diariamente una palabra bonita para alguien sin necesidad de conocerla. Unos simples buenos días, complementados por una pequeña sonrisa. Unas buenas tardes, acompañada de un ¡Qué bien te sienta esa blusa¡ Incluso un gesto de alegría o empatía hacia esa persona con la que nos cruzamos en cualquier instante. ¿Sabéis que?... Me encantaría que lo probarais, aunque solo fuera una vez y me dijerais ¿Cómo os ha sentado el hacer feliz a una persona con un simple y modesto gesto de felicidad? Y ¿Cuánto os ha costado hacerlo? Estamos tan saturados de problemas que nuestra alma pide a gritos un cariñoso abrazo, un cálido beso o simplemente alguien que se siente a nuestro lado en silencio y nos acompañe en aquel banco del parque, aquella playa a la orilla del mar ó en cualquier otro lugar que utilicemos como nuestro refugio, donde nos sentamos a reflexionar en las tardes solitarias. ¿Sabéis que?... No es que intente saber más que nadie, ni os voy a decir como tenéis que actuar, pero desde lo más profundo de mi corazón y mirando a los ojos de muchas personas cuando paseo por la calle, noto esa tristeza interior que nos parte el alma y no tenemos a nadie con quien conversar para poder soltar todo aquello que nos está anulando como ser humano y como persona. Pero, si deseo más que nadie que la sonrisa vuelva a vuestros labios, que recuperéis ese entusiasmo que os hacia ser felices, dejando las preocupaciones a un lado y que saquéis a ese niño interior que todos llevamos dentro, aunque ahora por miedo no quiera salir... La vida puede ser mejor, si solo guardamos los momentos felices de nuestras vidas y encerramos para siempre, todo aquello que nos causa dolor.

Ponle alas a tus miedos

Nuestro cerebro no distingue cuando este peligro es real o no por lo tanto pondrá en marcha el mecanismo de defensa de nuestro cuerpo en ese caso, dando paso en muchos casos a la ansiedad

Trabajo o paguita esa es la cuestión

Estamos inmersos en la corriente arrolladora del pensamiento único, que todo lo controla, impidiendo la libertad de raciocinio o de obra. Cualquier cuestión, asunto o actuar, tiene que estar incluido en lo políticamente correcto, porque de otro modo, parece que no tiene validez o es inmediatamente desechado e incluso vilipendiado. Hay un miedo generalizado a disentir, dejándose llevar por esta corriente totalitaria, que intenta controlar a las personas, a la economía y a la entera sociedad. Por eso, es de todo punto aconsejable, no dejarse manipular, por consignas o estrategias partidistas o ideológicas, que procuran indicar el único camino, el que ellos, comunistas, populistas, verdes o morados, quieren implantar, para dominar desde las esferas del poder y mantener una sociedad sometida y dependiente a una élite acomodada, conformada por su casta dirigente. La historia está llena de ejemplos que aconsejan recordar, para prevenir posibles repeticiones dañinas en su esencia.

Los grandes motores de nuestra economía

La crisis sanitaria generada por la Covid-19 nos deja una economía debilitada que precisa, más que nunca, de un potente motor que la impulse en este largo camino hacia la recuperación económica. Y en esta senda, si hay un motor capaz de poner en marcha todo este complejo engranaje que conforma el tejido productivo es el de las pymes y autónomos.

El virus inteligente

El mundo sigue funcionando, pero no como antes de la pandemia. Ahora todo es una incertidumbre, una incógnita y una preocupación. La gente camina por las calles sin saber en realidad lo que esta sucediendo. El miedo, la obsesión y la histeria parecen haberse apoderado de millones de personas. Nadie quiere pensar o asimilar que estamos enfrentándonos a una guerra bacteriológica. Un virus, creado posiblemente por la mano del ser humano en un laboratorio experimental; aunque desde un principio todo hace prever que se generó por un contacto con animales infectados o si fue el resultado de un accidente de laboratorio en Wuhan", ciudad china donde surgió la pandemia.

Volver a ser cimiento

A veces crees que has visto y vivido tantas cosas que, raramente algo puede sorprenderte y entonces llega la vida y te rompe los esquemas, te cambia los sueños, te presenta nuevas oportunidades vestidas de persona. Dicen que nadie llega a nuestra vida por casualidad y que el destino está escrito. No sé si la casualidad, la causalidad o el puñetero destino tienen algo que ver, pero sí creo que todas y cada una de las personas que llegan a nuestra vida es porque tienen algo que enseñarnos o algo que aprender.

Despierta la alegría que hay en ti

Nosotros tenemos el poder de hacerlo cada uno individualmente, cultivar nuestra propia alegría para sentirnos bien con nosotros mismos y de esta manera también con los demás

No supe vivir

Por: Jesús Lara González de Quevedo Me hubiera gustado haber conocido otra forma de vivir distinta a la que día a día fui creando en mi propio infierno. Todo, sin darme cuenta del dolor que me estaba causando a mí mismo y a todo el que a mí alrededor se acercaba. Olvidé sonreír, porque la tristeza se acomodó de forma definitiva en el salón de mi casa, agarrándome con una fuerza impredecible para no volver a soltarme nunca más. Quise gritar muy, muy fuerte, pero mi voz fue apagada por tanto desprecio y odio vivido a mí alrededor. Para mí, la vida se va esfumando de una manera cruel y en cada instante intento buscar la forma más sencilla de desaparecer sin dejar rastro, en sigilo y sin decir adiós. No logro encontrar de una ilusión por una vida que no para de darme palos. Uno detrás de otro, absorbiendo plenamente toda mi energía hasta dejarme sin debilitado a merced de cualquier circunstancia. La palabra felicidad desapareció por completo del desastroso libro de mi historia y no encuentro forma de poder recuperarla por muchas veces que lo intente. Mi larga lucha por sobrevivir, cada vez afloja más mis sentidos y me deja hundido en el piso, sin ganas de volver a levantarme. El silencio se apodera de todo lo ocurre a mi alrededor y mi única expresión son las lagrimas que sigilosamente caen por mi rostro, para acabar desbocándose en el suelo de cualquier rincón, donde una vez, ya no pude más. Siento, que mis labios temblorosos piden perdón por una causa que yo ya veo perdida y que nada ni nadie que lo intente podrá recuperar, por mucho empeño que le ponga. Mi entristecida vida me aleja de cualquier realidad y no me deja descubrir aquellos sueños que queremos ver cumplidos. Mi pensamiento queda bloqueado y mi alma se estremece oprimiendo mi corazón para que no vuelva nunca más a sentirse amado, dejando ese vacío interior que me ausenta siempre que puede de cada cosa o persona que en su día me quiso hacer feliz y lo único que consiguió es que yo destruyera la suya por completo… Esta historia que acabo de describir, la viven muchas personas en su día a día. Aunque no lo parezca, están destruidos por dentro y lo que menos necesitan es tu arrogancia o desprecio. Así que si no piensas apoyarlo cuando más lo necesita, no vuelvas a buscarlo, coge tus cosas y deja ese sitio para quien lo merezca de verdad…

Ahora toca levantarse

La complicada evolución económica que está desarrollándose después del confinamiento, está creando mucha preocupación y a la vez incertidumbre, porque no se acaba de arrancar con fuerza y las decisiones tomadas por algunos países europeos, con el Reino Unido a la cabeza, en implantar cuarentenas, han sido un verdadero mazazo para las esperanzas que teníamos en recuperar el turismo perdido. No cabe duda de que en estas decisiones ha tenido mucho que ver la desconfianza que hay en la Unión Europea hacía el Gobierno español, donde comunistas y populistas, parece que llevan la batuta de la gestión gubernamental, generando cautela en las cancillerías, que no están dispuestas a permitir experimentos que ya han fracasado estrepitosamente en otros lugares, dícese, Venezuela o Bolivia o en el propio continente, como es el caso griego. Por otro lado, se nota la falta de prestigio y respeto internacional que tiene nuestro ejecutivo, que no pinta nada en la escena global, incapaz de frenar las temidas cuarentenas o por lo menos, minimizar su periodo de vigencia. No han sabido adelantarse a los acontecimientos y ahora estamos pagando su negligencia.


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