La oposición venezolana debilitada

28.11.2020 Redacción | Opinión

Por: Rafael J. Lutzardo Hernández

Con la reciente huida de Leopoldo López de la Embajada de España en Venezuela, el silencio de Enrique Capriles y Henry Ramos Allup, Juan Guaidó se queda solo en la oposición contra el Gobierno chavista que lidera Nicolás Maduro. Ni que decir tiene, que la vida del valiente y joven opositor Juan Guaidó, corre peligro cada minuto del día, especialmente porque Venezuela es actualmente uno de los países más inseguros del mundo.

Por otro lado, la huida de Leopoldo López no ha sido bien encajada en muchos de los sectores de la sociedad venezolana; manifestando muchos/as de ellos/as, como “una huida cobarde”; dejando sin esperanza a miles de ciudadanos/as que creían en un líder revulsivo por la democracia y las libertades. Es por ello, que ahora el poder de la oposición en Venezuela se encuentra muy debilitado, siendo su único líder, Juan Guaidó, el cual insiste en conseguir el derrocamiento de la dictadura chavista, aunque para ello tarde lo que sea.

Escribe Daniel Gómez (ALN), que Juan Guaidó está prácticamente solo en Venezuela. Cinco de los seis comisionados de su administración se encuentran fuera de Venezuela. El último en marcharse fue su mentor, Leopoldo López, el cual ya se encuentra en Madrid. La soledad de Guaidó también se palpa en las calles. Indicadores recientes de Luis Vicente León, presidente de Datanálisis, advierten que casi dos tercios de los venezolanos no apoyan ni a Maduro ni a la oposición.

“Desde este nuevo terreno de lucha, continuaremos cumpliendo de manera inquebrantable con las responsabilidades asignadas como comisionado para el centro de gobierno del gobierno interino de Venezuela (…) No descansaremos y seguiremos trabajando día y noche para alcanzar la libertad que nos merecemos todos los venezolanos”.

Son palabras de Leopoldo López. El opositor venezolano abandonó la residencia del embajador español en Caracas para instalarse en Madrid con su familia este domingo. En “los próximos días” anunciará su agenda, pero ya confirmó que desde España seguirá trabajando para el equipo de Juan Guaidó.

La escapada de López a España le concede la libertad que perdió hace casi siete años, cuando fue detenido por Nicolás Maduro, quien lo acusa de terrorista. Pero también es cierto que deja a Guaidó, considerado su pupilo político, un poco más solo en Venezuela.

López fue liberado por Guaidó el 30 de abril de 2019 para participar en el fallido alzamiento contra Maduro. Tras el fracaso se refugió en la residencia del embajador de España en Venezuela, donde siguió trabajando para la oposición. En agosto del año pasado, Guaidó nombró a López jefe del Centro de Gobierno. Desde entonces su misión ha sido coordinar el trabajo de los comisionados del gobierno interino, una suerte de ministros que, salvo Humberto Prado, responsable para los Derechos Humanos y las Víctimas, se encuentran en el exterior.

En Colombia reside Julio Borges, ejerciendo de comisionado para las Relaciones Internacionales. En Estados Unidos están Alejandro Plaz, Javier Troconis y Miguel Pizarro. El primero comisionado para Desarrollo Económico, el segundo para la Gestión y la Recuperación de Activos, y el tercero comisionado para las Naciones Unidas. Y en España ahora vive Leopoldo López.

Por eso Guaidó se queda solo. Casi solo. Sigue con el comisionado Prado y los diputados que persisten en una Venezuela en la que el gobierno de Maduro se dedica a perseguir, amenazar, torturar e incluso asesinar a todo el que se sale de la línea política del chavismo.

En opinión de Anna Ayuso, investigadora principal para América Latina del Centro de Relaciones Internacionales de Barcelona, la salida de López a Madrid es una manera de que Guaidó recupere el protagonismo en Venezuela. Pero considera que “efectivamente está solo”.

“Yo creo además que Guaidó tampoco tardará mucho en salir del país. Creo que es el fin de una etapa y se debería abrir otra. Con lo que ha pasado en Bolivia [regresó el Movimiento Al Socialismo al poder tras el fracaso del gobierno interino de Jeanine Áñez] y el más que probable fin de Donald Trump, todo apunta a una nueva etapa para Venezuela”.

La soledad de Guaidó también queda patente en las calles. Ha perdido buena parte del apoyo popular que tenía. Ya no mueve caravanas de gente. Y tampoco levanta las simpatías de antaño. A propósito de este último punto, Luis Vicente León, presidente de la consultora Datanálisis, en Twitter sobre la “desinstitucionalización real y perceptual” de Venezuela.

“Se comete un error grave al interpretar la opinión pública a través de las posiciones de los chavistas (12%) o los opositores (23%). Casi dos tercios de la población (62%) se define a sí mismo ‘ni chavista ni opositor’ y determina la posición mayoritaria del país. Los no alineados rechazan a Maduro y desean mayoritariamente cambio de gobierno. Pero no se conectan con la oferta de la oposición, desconfían del éxito de la abstención y rechazan contundentemente las sanciones económicas”, apuntó Luis Vicente León.

Abstención y sanciones siguen siendo elementos prioritarios en la hoja de ruta de la administración de Guaidó, quien cuenta en la comunidad internacional con sus principales apoyos. Más de 50 países lo reconocen como presidente interino de Venezuela. Mantiene delegados diplomáticos en Washington, Madrid y París, los cuales tienen contacto con la Casa Blanca, La Moncloa y el Elíseo. También Guaidó cuenta con el reconocimiento del denominado Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela en el exilio, y una institución multilateral clave en Latinoamérica como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El problema es que en el Palacio de Miraflores quien sigue es Maduro.

 

Imagen: Juan Guaidó | CEDIDA
Rafael J. Lutzardo Hernández

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