01.12.2020 | Redacción | Opinión
Por: Rosario Valcárcel
Blog-rosariovalcarcel.blogspot.com?
Enamorado Dios del mar Atlante,
quiso adornarlo de belleza suma,
poniendo entre la nieve de su espuma
la sabia muestra de su amor radiante.
Pinto primero con pasión de amante
la blanca aurora que en azul se esfuma;
más tarde dispersó la blanca bruma
y echó sobra las ondas un diamante.
Quedó la piedra con fulgor divino,
brillando bajo un cielo purpurino,
trasunto de suprema inspiración.
Y Dios, para aumentar más su belleza,
Le dio con el poder de su grandeza,
La forma de un inmenso corazón.
Gabriel Duque Díaz.
En la escena periodística y literaria de La Palma, el año de 1917 alumbra con la salida de la cabecera Los Raros. Un periódico que, en su corta existencia, estuvo dirigido por el poeta y carpintero Gabriel Duque Díaz (1892-1952), uno de los mayores del grupo (hijo del maestro de obras Atilio Duque Batista y de su mujer Josefa Díaz Hernández), quien como poeta se dio a conocer en varios rotativos palmeros.
Pertenece Gabriel Duque Díaz a la corriente literaria denominada Escritores modernistas palmeros.
Un capítulo histórico que aunó a varios jóvenes —algunos ya licenciados y otros aún estudiantes— en torno al legado del príncipe de las letras castellanas. Los Raros, que se dio a conocer a principios de 1917 coincidiendo con el primer aniversario del fallecimiento en León (Nicaragua) de Rubén Darío (1867-1916), es ante todo un homenaje póstumo al poeta y periodista hispanoamericano, considerado por la crítica el máximo exponente de los «modernos» en lengua española.
Pertenece Gabriel Duque Díaz a la corriente denominada Escritores modernistas palmeros.
EN EL CENTENARIO DEL PERIÓDICO LITERARIO LOS RAROS (SANTA CRUZ DE LA PALMA, 1917-2017),
Víctor J. Hernández Correa
(Servicio de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma)
Imagen: La Caldera de Taburiente | CEDIDA