Ahora muchos quieren ser brujos sin conocer las hierbas

El COVID-19 sigue siendo en gran protagonista de este comienzo de siglo XXI, pero también el gran terror para los seres humanos. Un mundo, donde se esta viviendo momentos de histeria, miedo y terror. Opiniones de todas parten nacen desde cualquier rincón del mundo sobre el coronavirus. Las redes sociales se llenan cada segundo del día, con el objetivo de plasmar las opiniones de todos los sectores que viven en las respetivas sociedades. De repente, muchas personas se están convirtiendo en brujos sin conocer las hierbas. Es decir, millones de personas opinan sobre el COVID-19 como si fuese algo que ya conocían anteriormente. Informaciones convertidas en bulos siguen intoxicando las redes sociales, con el propósito de buscar protagonismos que no conducen a ninguna parte.

Esta lección nos hace más fuerte

Sin duda, el protagonista de este comienzo del año 2020 ha sido el COVID-19. Nunca imaginamos, concretamente en el 2019, en la despedida del año viejo, con las copas de champán alzadas, un brindis por un Nuevo Año 2020 lleno de salud y felicidad. Quién iba a imaginar que un virus francotirador estaba tan cerca de todos nosotros, del mundo entero. Lo que al principio la mayoría de los países, incluyendo España, pensaron que era una simple gripe de temporada, resultó ser un virus invisible asesino mortal. Por vez primera, una nueva generación y gran parte de personas mayores, hemos vivido una nueva experiencia de miedo, confusión y de confinamiento, lo que ha provocado inquietudes y cierto desorden mental en muchas personas.

El universo tiene sus propias leyes

La vida de todo ser humano es una radiografía que la vida te hace a través de las etapas en las que estamos viviendo. Hasta ahora pensábamos que la tierra era propiedad nuestra, pero no nos dimos cuenta que solo nos pertenecía unos cuantos metros Incluso, muchos de ellos de ellos no han tenido absolutamente nada. Tantas luchas por las conquistas de los territorios y fronteras; guerras, religiones, castas, riquezas, para que al final un virus llamado COVID-19; nos haya demostrado que somos tan débiles como cualquier hoja de un árbol cuando en viento la abofetea.

¿Seremos más humanos en un mundo renovado?

El mundo, la tierra, el medio ambiente y la naturaleza dijeron: ¡BASTA¡... y de repente la vida cotidiana del día a día de los seres humanos se paró en el tiempo, en el instante. La presencia de un nuevo virus de este comienzo de siglo XXI, denominado como COVID-19, ha sido el causante para que el mundo se viese alterado y alarmado ante la violencia silenciosa de un virus invisible, pero asesinos como es el coronavirus. De pronto, el mundo entero se ha visto en la obligación de atrincherarse o refugiarse en sus respectivos hogares, con el objetivo de evitar posibles infecciones o contagios que les lleven a la muerte. Sin embargo, y pese a las medidas sanitarias recomendadas, miles de muertes se han producidos en todo el mundo, especialmente en las residencias de ancianos, los cuales han sido los más vulnerables ante el acoso pandémico del coronavirus.

Entre todos podemos vencer al presente y afrontar al futuro

El mundo ha tomado un nuevo giro, un nuevo cambio. El COVID-19, ese virus invisible asesino, es el culpable que los cinco continentes del mundo estén en estos momentos sufriendo sus secuelas. De momento, las cifras reales de muertes en el mundo por el coronavirus no las sé exactamente, pero intuyo que deben de ser numerosas, especialmente porque muchos países no quieren informar de ello con transparencia y objetividad. Sin duda, mucha información es la que se oculta detrás de cada bandera de los países del planeta tierra. Mucho se habla de las pandemias que a lo largo de los siglos han invadido nuestro planeta, pero para nosotros, esta nueva generación del comienzo de siglo XXI, es algo novedoso y sin precedente en la historia de nuestras vidas. Un virus inteligente, que desde el primer momento ha tenido como objetivo prioritario a las personas de edades avanzadas. Aquellos/as, con un metabolismo más frágiles, con diversas patologías y defensas bajas.

Por un nuevo cambio más humanizado

Un nuevo amanecer vislumbra desde las ventanas de mi habitación, rendida al confinamiento, un día gris y desolado por el virus asesino COVID-19. La ciudad, como días anteriores, muestra una imagen desierta, pero con la presencia de más aves y menos contaminación. El mundo ya no podía aguantar más. El cambio climático, la contaminación, la invasión del plástico, el capitalismo y consumismo, y las guerras, todo llevado a cabo por la mano del ser humano, hizo que el planeta tierra diera un giro violento y sorpresivo. Ha tenido que ser un virus diabólico, inteligente engendrado por la madre naturaleza o por un laboratorio experimental humano, el que haya puesto en guardia a todos los continentes del mundo actual de este comienzo del siglo XXI.

Los abuelos: las grandes personas en los valores de las familias

En estos difíciles momentos por lo que el mundo esta atravesando; los abuelos representán un gran y maravilloso papel en los valores de las familias. Unos abuelos; que el virus asesino COVID-19, insiste en verlos como dianas para que los dardos envenenados del coronavirus les lleguen a sus corazones. Gracias a esos abuelos que aún siguen con vidas, muchas familias pueden ir a sus respectivos trabajos, al dejarles a sus nietos a sus cuidados.

La angustia: el miedo y la desesperación ya empiezan a dar señales de un confinamiento necesario

Se respira un ambiente de incertidumbre, de miedo y de muchas dudas sobre lo que esta pasando. Cada día que pasa se nota más la desesperación de las gente por salir a la calle y poder realizar una vida normal, igual que la hacíamos antes de que apareciera el COVID-19. Ganas de volver a saludar y abrazar a los amigos, trabajar, tomar un café o una cerveza en cualquier calle de este país. De repente, un virus nuevo aparece de manera pandémica y se va desarrollando con una fuerza brutal; asesinando a miles de personas del planeta tierra como es el COVID-19.

Nuestros mayores se van en silencio

Una generación de personas mayores que lucharon toda una vida, realizando los trabajos más primarios y duros de aquella España oscura del franquismo, codo con codo, para que este país tuviese mesa y mantel, hoy muchos de esas personas mayores se han visto sorprendido por la llamada de la muerte, motivado por un virus asesino invisible llamado COVID-19, al margen de otras patologías y edades avanzadas. Sin duda, todos queremos una muerte digna, sin dolor y acompañados de nuestros seres más queridos desde la más estricta intimidad. Sin embargo, el coronavirus no se conforma con infectar y matar. También, que nuestros mayores mueran en la más pura soledad del silencio de la muerte, sin el calor humano de sus familiares.

Paranoia contaminante de Nicolás Maduro

Esto no hay quien lo entienda. Es decir, Una Venezuela, donde decenas de niños están muriendo por escasez de medicinas y alimentos, la mayoría de las castas más bajas del país caribeño, tienen dificultades para calmar el hambre de sus hijos; la exhortación de Nicolás Maduro a las mujeres, para que tengan varios hijos, ha generado una gran polémica a nivel mundial. Lo que faltaba por escuchar. Venezuela se muere de hambre y carente de medicinas y el dictador propone a las mujeres venezolanas que paran seis hijos. Sin duda, paranoia mental, acompañada por una fiebre contaminante de un virus ideológico. Un virus, y no precisamente por el coronavirus, que ya es un gran problema, el que arrastra el chavismo de Nicolás Maduro.


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