El verano y la euforia de la sociedad española
El verano llegó y con ello millones de personas se han lanzado frenéticamente a las distintas playas de la geografía española. Sin duda, el confinamiento de meses atrás, motivado por la Covid-19, significó un precedente nunca visto en la nueva generación y parte de aquellos mayores que el coronavirus se llevó. Un comienzo de siglo XXI que muchos no olvidaremos, especialmente porque el estar recluido varios meses en los hogares familiares, ver el ejército patrullando por las calles, policías, las ciudades vacías y millones de negocios cerrados, fue deprimente y dañino para muchas personas de manera psicológica. Es por ello, que todos estábamos necesitados y deseados de salir de ese estado de alarma que el Gobierno de Pedro Sánchez impuso en su momento.
Nacho "El Gofio": personaje de otro tiempo
En aquellos años, donde actualmente está ubicado el Edificio Príncipe Felipe, frente al Mercado de Nuestra Señora de África, estaba el antiguo reformatorio llamado: Colegio San Gabriel. Una memoria histórica que parece ser olvidada en el transcurso del tiempo, pero que aún pervive en aquellas personas que siguen actualmente vivas. Sin duda, el índice del umbral de la pobreza en Canarias en los años sesenta era muy alto, motivando que muchas familias de las clases más pobres de la sociedad isleña no pudieran mantener a sus hijos. Por tal motivo, se creó el citado centro, recluyendo a niños de reforma y protección.
La confianza puede ser nuestro peor enemigo
Todo parece indicar que el mundo a vuelto ha la normalidad, a su forma de vivir como lo hacíamos anteriormente. Con la llegada del verano, millones de personas se lanzan desesperadamente a ocupar las playas del Mediterráneo y del Atlántico. De pronto, el coronavirus parece ser que ha pasado a un segundo plano. Muchas personas parecen haber olvidado que todavía tenemos que seguir viviendo con el virus pandémico. Un virus, que sigue estando en todos los rincones del mundo y que en cualquier momento, si no respetamos las normas y protocolos sanitarios, podría volver como un repunte mucho más fuertes que hace tres meses anteriores. Tenemos que tener en cuenta, que la COVID-19 llegó al planeta tierra en una especie de espejo, de manera metafórica, con el objetivo de demostrarnos en realidad lo vulnerable que somos ante las leyes del universo o por la creación de un virus pandémico nacido de un laboratorio humano.
Se avisó con tiempo, pero no se le puso importancia
En estos momentos del comienzo del siglo XXI, el futuro de cualquier país en el mundo es totalmente incierto, especialmente porque tendremos que vivir con la COVID-19 hasta que se logré la tan deseada y esperada vacuna. Es por ello, que el futuro de la raza humana es una verdadera incógnita, obligándonos a vivir, pensar y trabajar en el presente, pues la presencia del coronavirus y el confinamiento, motivó dejar grandes secuelas en el tejido empresarial y económico, previéndose un largo camino para recuperar la normalidad económica y empresarial.
Los niños en el mundo en época de pandemia
En un estudio elaborado por la Organización humanitaria Plan Internacional, refleja la preocupación por los efectos que esta causando el coronavirus en el mundo. Sin duda, vivimos unos momentos de preocupación y de incertidumbre, donde tendremos que saber vivir con la COVID-19 hasta que la Ciencia sea capaz de descubrir la tan deseada vacuna. Los efectos causados hasta ahora por el coronavirus son aterradores y preocupantes, no exentos de muertes, histerias y miedos.
¿Cambiaremos tras la crisis pandémicas?
Un artículo de la periodista, Guadalupe Bécares, en la revista digital Ethic Magazine; me atrajo por la importancia de su contenido con respecto al futuro de la humanidad, teniendo como referencia el coronavirus y el cambio climático. Sin duda, vivimos tiempos de miedos, histerias y de incertidumbres, pero con la esperanza de vivir en un mundo mejor, siempre y cuando el futuro, el mañana, nos permita darnos la oportunidad de saber valorar en el escenario terrestre donde vivimos. ¿Cambiaremos tras las crisis pandémicas bacteriológica y económica?
Cuando muere un anciano, muere una biblioteca de la vida
Sin duda, muchos son los héroes de esta etapa pandémica de la COVID-19 en todos los rincones del mundo. Un comienzo del siglo XXI marcado por un virus invisible e inteligente, pero cruel y sin sentimientos con la raza humana, especialmente con aquellas personas mayores de sesenta años. Una cifra de víctima en España que supera más de 27.000 muertos por la COVID-19, no exentas de otras patologías y de los grandes y graves errores del Gobierno español. No es hora de buscar culpables, pero sí de tener la memoria fresca de todo lo sucedido desde un principio.
¿Cambiará el mundo o cambiaremos nosotros?
Muchos nos preguntamos: ¿cómo será el mundo después de erradicar la COVID-19? Una pregunta que queda en el aire, puesto que todavía el coronavirus sigue entre nosotros. De momento algunos países lo están controlando. Mientras que otros, aún siguen siendo desvastado por el virus pandémico. ¿Cambiará el mundo o cambiaremos nosostros? En un artículo publicado por Lise Kingo, CEO y Directora Ejecutiva del Pacto Mundial de las Naciones Unidas, publicado originalmente en GreenBiz el 10 de abril de 2020, en el periódico digital Red Española del Pacto Mundial de las Naciones Unidas, cuyo título destaca: ¿Cómo será el mundo después del la COVID-1; no deja de ser sumamente interesante para el lector.
Ahora somos aprendices de un nuevo mundo
Vivimos tiempos de incertidumbres; de miedos y de preocupación. Ya no hablamos como antes; nos distanciamos y evitamos cruzarnos con las personas. Incluso, de los amigos. Todos tenemos miedos de infectarnos y contagiarnos entre nosotros mismos. Las miradas a través de las mascarillas delatan histerias, miedos y pánico, motivado por una nueva forma de vivir en un mundo que ya no es como antes.
Ahora muchos quieren ser brujos sin conocer las hierbas
El COVID-19 sigue siendo en gran protagonista de este comienzo de siglo XXI, pero también el gran terror para los seres humanos. Un mundo, donde se esta viviendo momentos de histeria, miedo y terror. Opiniones de todas parten nacen desde cualquier rincón del mundo sobre el coronavirus. Las redes sociales se llenan cada segundo del día, con el objetivo de plasmar las opiniones de todos los sectores que viven en las respetivas sociedades. De repente, muchas personas se están convirtiendo en brujos sin conocer las hierbas. Es decir, millones de personas opinan sobre el COVID-19 como si fuese algo que ya conocían anteriormente. Informaciones convertidas en bulos siguen intoxicando las redes sociales, con el propósito de buscar protagonismos que no conducen a ninguna parte.