La venezuela que mendiga alimentos

Por: Rafael J. Lutzardo Hernández Venezuela sigue su vía crucis entre el dolor y la impotencia ante la escasez de alimentos y medicinas, donde cientos de personas siguen sufriendo una verdadera tragedia humanitaria. Dieciocho años después de la llegada del chavismo al poder, la situación alimentaria de Venezuela es calamitosa. Al menos 300 mil venezolanos, según la Universidad Católica Andrés Bello, se alimentan de desechos; Cáritas advierte que la desnutrición en las comunidades más pobres alcanza niveles de crisis humanitaria; se denuncian, casi diariamente, decesos de personas que llegan en condiciones críticas de desnutrición a los hospitales. Según expone el periódico el País, Venezuela es el país latinoamericano que experimentó mayores aumentos en materia de hambre y malnutrición durante el bienio 2016 y 2018. Así lo establece el nuevo estudio que esta semana presentó la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) junto al Programa Mundial de Alimentos y la Organización Panamericana de la Salud. El informe señala además que el hambre en el país caribeño se triplicó entre los trienios 2010-2012 (3,6%) y 2015-2017 (11,7%). "Es importante señalar que estas son las mejores estimaciones que la FAO puede producir utilizando los datos proporcionados por el Gobierno de Venezuela", precisa el documento sobre la falta de cifras oficiales fiables en este país. "Por lo tanto, lo que se desea enfatizar es la tendencia, en lugar de los valores absolutos contenidos en el informe", agrega. Bolivia y Argentina son los otros dos países que acompañan a Venezuela en este cuadro, que integra un tóxico cóctel de subnutrición, malnutrición y obesidad. La República Bolivariana aporta 1,3 del total de 1,5 millones de personas con nuevos problemas estructurales en su ingesta cotidiana de calorías. El estudio muestra que, en términos generales, los cuadros de desnutrición aumentaron de un 5 a un 6 % del total de las naciones latinoamericanas y caribeñas en el lapso que va de 2015 a 2018. Haití, Antigua y Barbuda, Bolivia y Granada son las naciones con mayores niveles de desnutrición en relación con el total de sus poblaciones. El nuevo informe de la FAO sobre la seguridad alimentaria en Venezuela refleja una de las muchas paradojas de la crisis sistémica que atraviesa el país caribeño. En 2012, con Hugo Chávez todavía vivo, la misma organización había otorgado un reconocimiento público al gobierno venezolano por sus avances en la cantidad y calidad de la ingesta diaria de calorías. La institución felicitaba a Venezuela “por haber alcanzado anticipadamente la meta número uno del Objetivo de Desarrollo del Milenio: reducir a la mitad la proporción de personas que padecen hambre en 2015”. Durante aquel año 2012, en el cual hubo unas presidenciales en las que Chávez logró la reelección, el Gobierno bolivariano orquestó con aquella certificación de la FAO un poderoso despliegue propagandístico para alcanzar sus objetivos. Para entonces, la economía venezolana, apuntalada por los altos precios petroleros, seguía creciendo, la inflación no tocaba las brutales cotas de alza del momento actual y el gobierno, apurado por los imperativos electorales, había diseñado un ambicioso sistema de distribución de alimentos baratos, expresado, sobre todo, en las bodegas estatales Mercal (Mercados de alimentos) y las Casas de Alimentación. Ambos programas tuvieron, durante un tiempo, una indudable penetración en las zonas populares y empobrecidas del país. El lapso que comprendió la enfermedad y muerte de Chávez, y la llegada al poder de Nicolás Maduro, vino acompañado de una grave crisis cambiaria que produjo una costosa sangría de divisas al país. Los programas sociales expresados en las bodegas de Mercal se derrumbaron y desaparecieron entre las coimas y la corrupción desenfrenada. Muchos alimentos importados comenzaron a descomponerse en las aduanas y puertos. La decisión de Maduro de radicalizar el modelo político chavista produjo el histórico derrumbe de la economía venezolana, que se ha expresado en una contracción del 44 % del Producto Interno Bruto entre 2014 y 2018. Algunas organizaciones especializadas, como la Fundación Bengoa y el Centro de Estudios del Desarrollo de la Universidad Central de Venezuela, llevaban tiempo cuestionando el pronunciamiento de la FAO, alertando sobre el violento deterioro de las condiciones sociales de la población y el crecimiento del hambre en Venezuela, uno de los aspectos en los cuales el chavismo tradicionalmente ha considerado que tiene logros concretos para mostrar. Ni los jerarcas del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela ni el gabinete de Maduro se ha pronunciado sobre el nuevo informe de la FAO. Aunque jamás ha dejado de ser un problema que genera inquietudes y polémicas, la desnutrición y el hambre no habían ocupado, en términos históricos, un lugar especialmente protagónico en el radar de preocupaciones inmediatas del venezolano promedio en los estudios de opinión. En los mejores tiempos de Chávez este punto incluso había desaparecido del listado de preocupaciones inmediatas de la ciudadanía, aquejada tradicionalmente por otros asuntos, como la seguridad ciudadana, los servicios públicos y el desempleo. Hoy, la ingesta de comida, la escasez y el aumento de los precios encabezan todas las respuestas de la población en las consultas demoscópicas realizadas por las firmas de opinión especializadas.

Antiguos nombres de algunas calles laguneras

Por: Paco Pérez La Laguna, ciudad que es Patrimonio de la Humanidad, por ser la única ciudad colonial no amurallada, conserva casi intacto el trazado original de su casco histórico, pero no así el nombre original de sus calles principales, que han cambiado de denominación a lo largo de los más de sus cinco siglos de historia, tras la conquista de Tenerife por tropas castellanas en 1496, cuatro años después del descubrimiento de América y última Isla del Archipiélago de Canarias incorporada a la corona de los Reyes Católicos. La calle principal del casco urbano se denomina oficialmente como del Obispo Rey Redondo, pero todo el mundo la conoce como de la Carrera, que debe su nombre a que en ella se celebraban carreras de caballos, desde la Plaza de la Concepción a la de Abajo, como la llamamos los laguneros, aunque se denomine del Adelantado Fernández de Lugo. La vía paralela de Herradores debe su nombre a que en ella había en siglos pasados varios hombres que se dedicaban al oficio de herrar, si bien durante la dictadura franquista fue llamada oficialmente del General Franco, como sería habitual en la mayoría de las poblaciones de nuestro país. Por su parte la actual calle de San Agustín, que debe su nombre al convento e iglesia agustinos, que fue sede del primer Instituto de Bachillerato de Canarias, durante un período más o menos largo se le conoció como la calle Real. Por su parte la vía que va desde la Plaza de Abajo hasta la de San Francisco (donde está el Santuario del Cristo), que se llama de Nava y Grimón, siempre ha sido conocida como la calle del Agua, porque en su día tuvo una canaleta central, por la que la laguna de Aguere desahogaba agua en dirección al Tanque Abajo, en las inmediaciones de la Plaza de San Cristóbal, hoy conocida como de la Milagrosa, por estar presidido este espacio urbano por una virgen en un pilar dispuesto en el centro de la misma. También otras calles cambiaron de nombre, y así la antigua del Tambor pasó a llamarse de Bencomo (nombre de un mencey guanche) y la del Pino se llama ahora Viana (en honor del poeta Antonio Viana), así como la de Los Álamos se llamó más tarde de Tabares de Cala. Y ya en la parte alta de la ciudad, la vía de entrada que siempre se conoció como calle de la Empedrada pasó a denominarse de Marqués de Celada. Si les digo la verdad, a mí personalmente me gustaban más los nombres originales, que respondían a denominaciones populares y que se referían a alguna característica de cada calle, opero los tiempos cambian y los nombres de mofdician, como ha ocurrido recientemente con la Avenida Calvo Sotelo, que ha pasado a llamarse Leonardo Torriani, la de Delgado Barreto ha adoptado el nombre de Pedro Zerolo y la del Capitán Brotons ha pasado a llamarse de Suárez, en memoria del alcalde republicano cuando se produjo el golpe de Estado de 1936.

Don Vicente, el sepulturero de San Juan

Por: Paco Pérez El otro día, no sé muy bien por qué motivo, nombramos en la Tertulia del Nivaria --hotel donde desayunamos un pequeño grupo de amigos laguneros todos los lunes por la mañana, a lo largo de casi todo el año-- a un personaje singular de La Laguna profunda, don Vicente el sepulturero del cementerio de San Juan durante muchos años, prácticamente durante toda la segunda mitad del siglo pasado. Don Vicente fue un hombre respetable y respetado, que vestía elegantemente y que se ponía un bonete de color rojo con un crespón negro en las ceremonias de inhumación de los cadáveres, como un gesto de profundo respeto y homenaje al fallecido antes de ser enterrado o depositado su cuerpo en un nicho del viejo cementerio lagunero. No sé realmente si el hábito hace al monje, pero lo cierto es que Vicente tenía cara de duelo permanente. Alto y enjuto, con cara muy seria y ceremoniosa, era la persona ideal para encarnar un papel protagonista en un camposanto en una película de Pasolini o de Visconti del séptimo arte italiano de los años sesenta. Hombre afable y de excelente trato y educación, los laguneros de siempre le pusieron el apodo de "Vicente Risulta", porque cada vez que hablaba con otra persona iniciaba la conversación con la frase "Resulta que..." que él pronunciaba muy bajita y de manera muy tímida, con un acento especial que transformaba el resulta en "risulta" y por eso era conocido así. El hombre dedicó su vida a los muertos, aunque parezca un contrasentido. Hombre profundamente religioso y coleccionista de imágenes de santos y de vírgenes, trabajó por voluntad propia hasta, por lo menos, que cumplió ochenta años. Debió vivir por la zona de la Plaza del Cristo, porque yo le veía con frecuencia pasar por la calle de los Álamos --donde residí a finales de los sesenta y principios de los setenta-- camino del cementerio de San Juan muchas mañanas, o de regreso, a última hora de la tarde desde el camposanto lagunero a su hogar. Que Dios lo tenga en la Gloria.

Empezar es el comienzo del acabar

Por: Óscar Izquierdo Vivir en un Archipiélago en medio del Atlántico es un lujo. Tiene sus ventajas e inconvenientes, es una paradoja continúa, el mar nos une poéticamente y nos separa físicamente; la distancia a los dos continentes más cercanos nos aleja, dejándonos huérfanos en la soledad del océano; cada isla cuenta con su propia peculiaridad y en conjunto, se transforma en una armonía difícil, siempre compleja y esforzada. Parece que todo hay que apreciarlo desde enfoques opuestos y es que la variedad no significa desunión, sino riqueza, al asumir las particularidades de cada isla, como escribió Nicolás Estévanez: “Mi patria es una isla, mi patria es una roca, mi espíritu es isleño como los riscos donde vi la aurora”. Nuestra realidad natural nos condiciona, exigiendo a los isleños un plus de ahínco persistente, que se refleja en el combate diario por la mejora individual y colectiva. Cada isla tiene sus necesidades particulares en cuanto a la dotación de infraestructuras, tanto de transportes, viarias, aeroportuarias o hidráulicas, además de la exigencia irrenunciable de contar con aquellos equipamientos comunitarios que dignifiquen y faciliten la convivencia diaria. Hay mucho por hacer, más por empezar y esperanza de construcción. En el territorio continental, se cuenta con medios alternativos de comunicación, que permiten distintas maneras de unificar el territorio, aunar la actividad económica y posibilitar la cohesión social. En cambio, en Canarias, precisamente por nuestra realidad física, sólo contamos con las carreteras como medio vertebrador. Por lo tanto, lo lógico sería que, dentro del conjunto del estado español, contáramos con las mejores carreteras, definidas por su seguridad, eficiencia y sostenibilidad. Pero la cruda verdad es todo lo contrario, las deficiencias y ausencias son tan notarias, que es un verdadero agravio comparativo lo que padecemos. Desde la centralidad peninsular, lejana y arrogante, dando lo mismo el partido político que gobierne, nos ignoran reiteradamente, sin entendernos y en algunos casos, se nos desprecia clamorosamente, porque todo lo que se da a Canarias se aprecia bajo el prisma de una caridad mal entendida y no como una respuesta justa y solidaria. Pero toda la culpa no la han tenido los de allá, también tenemos que fijarnos en los de aquí. Si Canarias es tan deficitaria en asignación infraestructural, principalmente se debe a la torpeza e incapacidad de gestión de los políticos canarios que, con responsabilidad de gobierno, no han sabido implementar las obras públicas. Toda la querencia a nuestra tierra se les iba en frases emotivas, utilizando palabras o expresiones canarias, para enardecer los sentimientos patrióticos, como anzuelo para engatusar al personal. Ha sido el fracaso continuado en las últimas décadas, donde se ha hablado mucho y ejecutado poco. Reiteradamente se echaba la culpa de cualquier asunto a Madrid, buscando cada día un nuevo enemigo exterior, que tapara las vergüenzas de la inoperancia del responsable público canario. Caracterizado, en la mayoría de los casos, por buscar ansiosamente las prebendas del poder, olvidándose de sus obligaciones debidas al cargo ocupado. Miguel Delibes parece que los definió certeramente: “para el que no tiene nada, la política es una tentación comprensible, porque es una manera de vivir con bastante facilidad”. No podemos seguir como hasta ahora, hay que cambiar para mejorar y aunque parezca una perogrullada, lo primero que debemos tener son los proyectos de las obras, esa tiene que ser la prioridad absoluta, porque el primer paso no te lleva a donde quieres ir, pero te saca de donde estás. La meta de la nueva gestión de las obras públicas en Canarias debería ser poner la última piedra, ya que empezando es como se termina.

(4-0) El Tenerife se autodestruye en Ponferrada

Por: Paco Pérez Ya no se sabe si es mala suerte, si aparecieron de nuevo los fantasmas de siempre o si este equipo no tiene remedio, pero el Tenerife se autodestruye en tierras leonesas, al perder con un conjunto modesto, pero combativo, como es la Ponferradina, nada más y nada menos que por 4 goles a cero. Como ya es tradicional en los campos peninsulares, el Tenerife solo le aguantó 17 minutos al conjunto berciano, lo cual no es nada nuevo. El "anciano" Yuri le hace un gorro a Sipcic dentro del área y marca a placer a Orzolá, que no puede hacer nada para evitar el tanto inaugural. Los blanquiazules encajaron un gol como una patada en el estómago y desaparecieron del campo hasta poco antes del descanso, cuando Alberto marcó lo que pudo ser el empate, pero el tanto no subió al marcador por claro fuera de juego, ratificado momentos después por el VAR. Por si fuera poco, nada más comenzar el segundo tiempo la Ponferradina amplía su ventaja, con un autogol de Sipcic, que este domingo tampoco tuvo suerte día de suerte, como el resto del equipo isleño. Nada más concluir el encuentro, el entrenador López Garai pidió públicamente perdón a la afición por el juego desempeñado por su conjunto en la segunda parte. Desde el segundo gol, el choque fue muy cómodo para una Ponferradina que nunca se rindió y que mostró ganas de ver sangre con sus acciones ofensivas. Y vaya si la vio, con dos tantos más, que me parecen innecesarios comentar porque el vapuleo del equipo leonés al tinerfeño me dio mucha lástima. Esta horrorosa derrota se produce en la tercera jornada, por lo que hay tiempo más que suficiente para corregir actuaciones tan desastrosas, pero el equipo técnico y los profesionales del conjunto blanquiazul tendrán que ponerse las pilas, en vísperas, además, de recibir en el Heliodoro a la Unión Deportiva Las Palmas, el próximo sábado. Menuda decepción la del Tenerife en El Toralín. No debe, ni puede volver a repetirse.

Preocupado por Canarias

Por: Casimiro Curbelo Si alguien se enfrenta a una situación difícil y no siente preocupación es un irresponsable. Porque lo normal, ante las adversidades, es hacer un ejercicio de responsabilidad. Hay mucha gente en Canarias, entre las que me encuentro, que estamos sintiendo una enorme inquietud ante las señales evidentes de circunstancias negativas que se están dando a todos los niveles, que no podemos manejar y que seguramente van a afectarnos. La inestabilidad política en nuestro país está impidiendo la formación de un gobierno estable y está perjudicando a todas luces a España. Entre las muchas consecuencias negativas de esa provisionalidad están los más de siete mil millones retenidos por el Estado y sin transferir a las comunidades autónomas. Es un dinero con el que se prestan servicios públicos esenciales. O lo que es lo mismo, es un dinero que, al no haber llegado a las comunidades, está deteriorando el nivel de las prestaciones públicas y perjudicando la vida de los ciudadanos en general y de los más necesitados en particular. Al mismo tiempo han aumentado las posibilidades de una salida traumática de Gran Bretaña de la Unión Europea, lo que va a ocasionar importantes daños a la economía de la zona euro. La guerra comercial internacional y la crisis de crecimiento de las grandes economías europeas están reproduciendo las condiciones más favorables para que entremos en una nueva crisis financiera. Y todo eso puede afectar a nuestras islas. Las mayores señales de alarma provienen del sector turístico. No solo porque la competencia de otros países está recuperando mercado, sino porque los mercados emisores pueden atravesar turbulencias económicas. Es el caso de Alemania, en recesión, y de Gran Bretaña, al borde de la ruptura con Europa. Hay compañías aéreas que ya están reduciendo plazas con las islas, anticipándose a lo que consideran un descenso irreversible de las futuras demandas de billete de los viajeros. Agrupación Socialista Gomera entró en un gobierno con el propósito de cambiar la realidad de Canarias. Y es algo a lo que no podemos renunciar. En las islas sigue existiendo un desigual reparto de la riqueza, un paro inaceptable y miles de familias que combaten diariamente con la pobreza y las dificultades. ¿Vamos a abdicar de cambiar esa realidad? De ninguna manera. Que nos adentremos en un escenario de enormes dificultades hace que un gobierno comprometido con los débiles sea aún más importante y más necesario. Ante la falta de un gobierno fuerte en España o el Brexit o la crisis internacional no podemos hacer mucho. Probablemente tendremos que plantear ante Madrid que de ninguna manera se puede mantenerla injusta y precaria financiación de Canarias. Y en el segundo frente, realizar un sobre esfuerzo promocional de nuestras islas en los mercados británico y germano. Pero parece muy claro que en los dos frentes hay limitaciones. Aumentar la financiación del Estado a las islas es una tarea a largo plazo y en cuanto al turismo, parece claro que vivíamos una burbuja que más tarde o más tempranos iba a estallar, regresándonos a cifras más realistas de crecimiento. El sector turístico de las islas se adaptará a los cambios con fortaleza, pero tendremos que atravesar un duro periodo de ajuste. El problema inmediato, pues, es la deficiente financiación de Canarias y la previsible caída de los ingresos propios. En estos momentos, nuestro reto es diseñar planes de contingencia que nos permitan afrontar las enormes necesidades de los más débiles. Es previsible que la ralentización del crecimiento económico o el reajuste del mercado turístico tenga impacto en las cifras de empleo. Y que la congelación de las transferencias y la financiación que necesita Canarias del Estado se prolongue en el tiempo. Y todo este escenario puede tener un mayor impacto en aquellas personas, familias y colectivos que se encuentran en mayor situación de vulnerabilidad. La posición de ASG dentro del Gobierno del que formamos parte y en el Parlamento de Canarias, va a ser sin duda la de sacrificar cualquier otro objetivo que no sea el de la máxima ayuda a quienes se encuentren en las máximas dificultades. Es posible que los nubarrones de tormenta desaparezcan. La política se ha convertido en algo muy volátil y las cosas cambian de un día para otro. Pero si se dan las peores circunstancias, el Gobierno de Canarias tiene que convertirse en el verdadero recurso de esas decenas de miles de familias de Canarias que no van a poder soportar un empeoramiento de sus condiciones de vida. Se dice que la vida es eso que pasa mientras tú haces planes para la vida. Quienes formamos este Gobierno queremos una sociedad con mayor justicia social y mayor equidad. Por eso hicimos un pacto que se sostiene en esas premisas. Las circunstancias actuales nos pueden llevara a poner a prueba esa voluntad en un tiempo de durísimas dificultades sobrevenidas. Ese es el pensamiento que me preocupa hoy. Que seamos capaces de tener la determinación y la fuerza para servir a Canarias cuando más lo necesita, si finalmente nos adentramos en el peor escenario posible.

Canarias más unida que nunca

Por: Rafael J.Lutzardo Hernández ¿Cuántos políticos de España han dejado un día de sus vacaciones para interesarse por los que está sucediendo en Gran canaria? Sin duda, no es época de elecciones. Lo sucedido en Gran Canaria las pasadas semanas del mes de agosto de 2019, motivado por un fuego voraz y desgarrador, será algo que perdurará muchos años en las retinas y memorias de las personas que han vivido directamente esta tragedia sin precedentes. Las altas temperaturas y el calor de las últimas semanas han provocado que el fuego volviera a reanudarse tras un breve paréntesis y optimismo, pero en una segunda oleada ofensiva del fuego, motivó el pánico en toda la isla de Gran Canaria. Durante varias semanas, tanto de día como de noche, cientos de personas han trabajado denodadamente si regatear esfuerzos para intentar controlar un fuego que se encaprichó con el medio ambiente de varios municipios de Gran Canaria. Incluso, muchos de ellos han arriesgados sus vidas en una entrega profesional admirable y valiente. Ni que decir tiene, que tras la evolución de los incendios varios fueron los barrios de algunos municipios que se viero0n obligados ser evacuados: Tejeda, Valleseco, San Mateo, Gáldar, Moya y Artenara. Las personas desalojadas fueron reubicadas en instalaciones municipales. Tragedía medioambiental que originó la evacuación de más de 8.000 vecinos de la Cumbre de Gran Canaria. En el desarrollo del mismo, las autoridades fueron ordenando a los ciudadanos que abandonasen sus viviendas en lugares como Las Calderetas, Cuevecillas, Madrelagua, Valsendero, Lanzarote y El Prado, todos ellos en el municipio de Valleseco. También se ha procedido a evacuar el pueblo de Tejeda, Las crucitas, Cruz de Tejeda, el Parador y La Culata. El pueblo de Arvejas (Artenara) también ha sido desalojado, así como Juncalillo, Fagajesto, El Tablado, Fagajesto y La Gloria, en Gáldar. Y en el municipio de San Mateo han sido desalojados los vecinos y vecinas de Lomo de Ariñez, Las Lagunetas y Risco Prieto. Por todo ello, los medios aéreos y personal terrestre no han dado a vastos para controlar los tentáculos voraces de un fuego que no ha tenido compasión con el medioambiente, aunque por fortuna no han provocado víctimas humanas. Ahora, en estos momentos críticos y tristes para la isla de Gran canaria, es cuando el despertar de los corazones de las 8 islas del Archipiélago canario se han unido más que nunca para demostrar que Canarias no es una solo un Archipiélago conformado por ocho islas. Canarias es una sola, unida y consolidada por los corazones y el sentir del restos del las islas. Por último, señalar que de toda esta catástrofe medioambiental acaecida en la isla hermana deberíamos de aprender, recapacitar, reflexionar, con el objetivo de prevenir y saber que material humano y tecnológicos hacen falta para poder evitar sustos y desgracias como la sucedida, pero también crear o generar más información educacional sobre el medioambiente que permita educar y estar preparado ante incendios tan agresivos como el vivido recientemente. Así pues, ni el fuego puede con el sentimiento del sentir canario.

La valentía de ser empresario

Por: Óscar Izquierdo En la sociedad actual, donde todo está mediatizado por ese pensamiento único, tremendamente ideologizado, ser empresario es una verdadera intrepidez. Están los obstáculos que podíamos llamar naturales, a saber, todas las trabas con las que se enfrenta cualquier actividad económica, que en principio son normales y se van solucionando a base de esfuerzo, constancia y mucha paciencia. Después nos encontramos con los impedimentos que podríamos llamar pejigueros, molestos en esencia y puntillosos por definición. Son los responsables políticos, abanderados de la cosa pública como solucionadora de todo, viendo a la iniciativa privada como a una depredadora de cuanto toca o hace. Tremendamente dogmáticos, una y otra vez denigran de palabra o con hechos al tejido empresarial. Generalmente son personas, que siempre han subsistido, por cierto, muy cómodamente, a la sombra de algún cargo público, puesto burocrático o académico, siendo esencialmente funcionarios de postín. Desde su visión unilateral de la vida, todo lo que sea contrario a su cosmovisión, cerrada e inmovilista, es malo por naturaleza y así ven sólo un color, que suele ser el de la ideología que sustenta su ideario. A estos personajes les vendría bien reflexionar sobre lo que dijo Albert Camus: “no camines delante de mí, puede que no te siga. No camines detrás de mí, puede que no te guíe. Camina junto a mí y sé mi amigo”. Los empresarios, por su misma actividad, son necesarios para alentar en la sociedad el emprendimiento, que es esfuerzo y trabajo, llevando grandes dosis de riesgo y en muchos casos de aventura. Su dinamismo contagia las ganas de hacer cosas nuevas, de implantar métodos novedosos, de incorporar nuevas estructuras de funcionamiento. Sus ganas son infinitas, allí donde hay posibilidad de engendrar cualquier nueva actividad económica, encontramos al valiente de turno que se lo propone, lo hace e intenta sacar adelante. Es cuestión de dejarlo trabajar, sin ponerle muros burocráticos, ni impedimentos arbitrarios. Cuanto más vigorosa sea la actividad empresarial, mayor riqueza social se crea, aumentando el empleo, que sin duda es la mejor política social que se ha inventado. Vivir a cuenta de la subvención o del subsidio, que es lo que les gusta a los del pensamiento único, para dirigirla y controlarla, sólo trae consigo una sociedad adormecida, dependiente y boba. El economista Milton Friedman señaló que “tenemos un sistema que cobra cada vez más impuestos al trabajo y subsidia el no trabajar”. El reconocimiento social del empresario es primordial para llevar esa cultura de la iniciativa a todos los ámbitos, empezando por los jóvenes que se incorporan al mundo laboral, después de años de estudio y formación. Que mejor bienestar para el conjunto, que poner esas cualidades aprendidas al servicio del mundo empresarial, siendo protagonistas de ese impulso generacional, que siempre es saludable y provechoso. Jóvenes empresarios con ímpetu y ganas de comerse el mundo, dispuestos a meterse en aquellas labores nuevas, ilusionantes al máximo o seguir capitaneando tareas que vienen de atrás, pero añadiendo las nuevas tecnologías y los últimos avances del tiempo presente. Es cuestión de cambiar la mentalidad, pasando de querer ser sólo funcionario, a pretender aspirar a ser impulsor y propietario de la propia vida. Valorar al empresario es el inicio del progreso. Crear algo importante, es dar con nuevas ideas trasladándolas a la realidad. Persiguiendo oportunidades, emprendiendo acciones eficaces para hacerlas reales. Las ideas hay que cristalizarlas en proyectos reales y productivos, ahí están los empresarios valientes.

La estulticia de vanguardia

Por: Alfonso J. López Torres La RAE califica la “estulticia” como la tontería que, por necedad o por ignorancia, caracteriza a una persona. La palabra proviene del latín stultit?a y se deriva de stultus, que significa “necio”. Viene esto a colación debido a que en fecha reciente publicaba un periódico de tirada nacional que el actual Secretario General del Partido Popular, Teodoro García Egea, había pedido la mano de la que hoy es su mujer tocando la bandurria con la Tuna a la que pertenecía. Una noticia, sin duda, propia de las redacciones veraniegas de los distintos medios y que no tendría mayor repercusión salvo para aquellos que pertenezcan a la Tuna – entre los que me incluyo – o para aquellos otros que sientan ese rancio y visceral rechazo a tal institución. Como no podía ser de otra manera – son muchos ya los años contemplando estas situaciones – no tardó mucho la reputada Rosa Belmonte (columnista de provincias, tal y como se define en su Twitter) en saltar y hacerse la “portavoza” (sic) de la vanguardia socio cultural de este país, publicando en otro medio un artículo para lucirse con perlas de este calibre: “La bandurria es un instrumento de cuerda que llevan los tunos, esas manadas con capa y ropa que no conoce lavadora y a cuyo lado ‘La venganza de don Mendo’ es una obra de vanguardia. Demonios, es que lo es”. Dejando a un lado la brillante prosa de la distinguida columnista de provincias “peyorista” (término este para quienes escriben sobre cualquier tema, sepan o no sobre el mismo, con peyorativos) permítanme darle la razón en cuanto a la higiene del traje de la Tuna ya que éste no se puede meter en la lavadora, puesto que al ser de terciopelo ha de llevarse de modo obligado a la tintorería. Dicho esto, si me gustaría aclarar algún que otro concepto. En primer lugar, sepa doña Rosa que la Tuna por definición es apolítica, abarca todo el espectro político de nuestra sociedad al estar conformada, como bien sabrá, por aquellas personas que voluntariamente acceden a ella y que estudian en la Universidad, siendo el nexo común una serie de valores como la música tradicional, la cultura popular de nuestro país y el afán por la búsqueda de un ocio sano y atemporal. En segundo lugar, sepa la señora Belmonte que la bandurria es un instrumento tradicional del mismo modo que lo es la vihuela o el timple canario. No es, por tanto, de demasiado buen gusto el denostar a aquellos universitarios que tañen instrumentos tradicionales de este o cualquier otro país, máxime cuando da a entender en su escrito que solo los músicos de derecha lo hacen, sobreentendiéndose que los de izquierdas tocan el laúd o la guitarra. Por último, y lo más grave de todo, es la calificación de “manada” refiriéndose a la Tuna y quienes la conforman. No solo está este termino fuera de lugar y contexto histórico, sino que hoy en día lleva implícito una serie de consideraciones que no han lugar por la gravedad de las mismas, de todos conocidas. Cabe, no obstante, en descargo de Rosa Belmonte decir que el rencor que sutilmente refleja en su escrito ha de emanar probablemente de no ser ella el objeto de ronda o serenata alguna como la llevada a cabo por Teodoro García Egea a su novia , pues de todos es sabido que nada más español que la sana envidia, máxime en cuestión de amores. Dicho esto, lo que realmente apena y preocupa es lo que con demasiada frecuencia vemos y presenciamos como falsa normalidad como son los ataques investidos de intelectualidad a todo aquello que quienes se arrogan la empatía popular, estimen obsoleto o que deba ser erradicado de nuestras tradiciones y cultura popular, sin importarles en nada la libertad de expresión de quienes estamos a favor de otras manifestaciones artísticas, sean o no retrógradas o pretéritas, máxime si como en el caso de la Tuna entroncan con la tradición secular de este nuestro país y nuestra Historia.

(3-2) Ajustada victoria del Tenerife ante el Numancia

Por: Paco Pérez El C.D. Tenerife consiguió la noche de este domingo en el Heliodoro su primera victoria en la Liga, en la segunda jornada de la temporada, frente al Numancia de Soria, por un ajustado resultado (3-2), cuando los locales, a lo largo del encuentro pudieron haber goleado a su rival. De hecho el árbitro y los jueces del VAR anularon tres tantos a los blanquiazules, por fueras de juego, dos de ellos confirmados por la repetición de las imágenes y uno de muy dudosa aplicación. En los primeros minutos del choque se vio a un Numancia muy bien plantado en el campo, dominando por momentos a los locales, en un partido que se tornó excesivamente espeso, con circulación lenta del balón, sin duda porque los futbolistas padecían un enorme calor sobre la cancha, principal causa por la que ralentizaban sus acciones. Hubo ocasiones para que cualquiera de los dos conjuntos inaugurara el marcador, pero el que perforó la puerta contraria fue Borja Lasso, a los 42 minutos de juego, tras rematar de cabeza un balón sacado desde la esquina por Luis Milla, que representaba el 1-0. Sin duda, un tanto psicológico, a solo dos minutos del descanso. En el segundo período el Tenerife salió en tromba, sin duda empujado por la moral que le había dado el tanto inaugural, y tras serle anulado un tanto a Malbásic, se produce un penalty en contra del Numancia, por mano de un defensa visitante en el área. Corría el minuto 51 y el capitán Suso Santana se encargaría de transformar la pena máxima. Pero los blanquiazules solo respiraron tranquilos un cuarto de hora, porque los numantinos acortarían distancias en el marcador, al aprovechar Higinio una cesión defectuosa de Sipsic a su portero, Ortolá, que encajó el 2-1, cuando corría el minuto 67. El 3-1 lo marcó Malbásic en el 76, tras recoger un rechace del portero visitante a tiro de Luis Milla, que había revivido un gran pase previo de Aitor Sanz. Y en la larga prolongación del partido (sin duda por las numerosas paradas que hubo por revisión de jugadas del VAR), cuando ya corría el minuto 95, Curro estableció el 3-2 definitivo, después de otro grave error del defensa serbio del Tenerife. Gustó por rachas el equipo blanquiazul, que se mostró más conjuntado que la pasada temporada, aunque volvió a mostrarse muy débil en defensa, donde se cometieron errores infantiles que deberán corregirse de cara a los próximos partidos. Lo principal, que se consiguió la primera victoria de esta campaña que acaba de comenzar


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