31.08.2019 | Redacción | Opinión
Por: Rafael J.Lutzardo Hernández
¿Cuántos políticos de España han dejado un día de sus vacaciones para interesarse por los que está sucediendo en Gran canaria? Sin duda, no es época de elecciones. Lo sucedido en Gran Canaria las pasadas semanas del mes de agosto de 2019, motivado por un fuego voraz y desgarrador, será algo que perdurará muchos años en las retinas y memorias de las personas que han vivido directamente esta tragedia sin precedentes. Las altas temperaturas y el calor de las últimas semanas han provocado que el fuego volviera a reanudarse tras un breve paréntesis y optimismo, pero en una segunda oleada ofensiva del fuego, motivó el pánico en toda la isla de Gran Canaria. Durante varias semanas, tanto de día como de noche, cientos de personas han trabajado denodadamente si regatear esfuerzos para intentar controlar un fuego que se encaprichó con el medio ambiente de varios municipios de Gran Canaria. Incluso, muchos de ellos han arriesgados sus vidas en una entrega profesional admirable y valiente.
Ni que decir tiene, que tras la evolución de los incendios varios fueron los barrios de algunos municipios que se viero0n obligados ser evacuados: Tejeda, Valleseco, San Mateo, Gáldar, Moya y Artenara. Las personas desalojadas fueron reubicadas en instalaciones municipales. Tragedía medioambiental que originó la evacuación de más de 8.000 vecinos de la Cumbre de Gran Canaria. En el desarrollo del mismo, las autoridades fueron ordenando a los ciudadanos que abandonasen sus viviendas en lugares como Las Calderetas, Cuevecillas, Madrelagua, Valsendero, Lanzarote y El Prado, todos ellos en el municipio de Valleseco.
También se ha procedido a evacuar el pueblo de Tejeda, Las crucitas, Cruz de Tejeda, el Parador y La Culata. El pueblo de Arvejas (Artenara) también ha sido desalojado, así como Juncalillo, Fagajesto, El Tablado, Fagajesto y La Gloria, en Gáldar. Y en el municipio de San Mateo han sido desalojados los vecinos y vecinas de Lomo de Ariñez, Las Lagunetas y Risco Prieto.
Por todo ello, los medios aéreos y personal terrestre no han dado a vastos para controlar los tentáculos voraces de un fuego que no ha tenido compasión con el medioambiente, aunque por fortuna no han provocado víctimas humanas.
Ahora, en estos momentos críticos y tristes para la isla de Gran canaria, es cuando el despertar de los corazones de las 8 islas del Archipiélago canario se han unido más que nunca para demostrar que Canarias no es una solo un Archipiélago conformado por ocho islas. Canarias es una sola, unida y consolidada por los corazones y el sentir del restos del las islas.
Por último, señalar que de toda esta catástrofe medioambiental acaecida en la isla hermana deberíamos de aprender, recapacitar, reflexionar, con el objetivo de prevenir y saber que material humano y tecnológicos hacen falta para poder evitar sustos y desgracias como la sucedida, pero también crear o generar más información educacional sobre el medioambiente que permita educar y estar preparado ante incendios tan agresivos como el vivido recientemente. Así pues, ni el fuego puede con el sentimiento del sentir canario.