Nostalgia de un pasado cultural

Hoy me viene a la mente recuerdos imborrables de una parte de mi infancia asociada al mundo de la cultura a través de muchas personas que en su época marcaron todo un referente en el mundo de la cultura y arte en el Archipiélago canario, pero también a nivel nacional. Nunca podré olvidar lo que fue en los años sesenta el Círculo de Bellas Artes, con casi 100 años de historia cultural; ubicada en la Calle del Castillo (Santa Cruz de Tenerife). Muchas fueron las tardes y noches que estuve rodeado de excelentes poetas, pintores, novelistas, ensayistas, dramaturgos, periodistas, profesores y socios de esta institución cultural. En aquella época el presidente de la mencionada entidad cultural tinerfeña fue Antonio Lecuona Hardisson, hombre culto y con un brillante palmarés de reconocimientos institucionales y sociales.

Razones para la esperanza

Quienes señalan los terribles indicadores sociales de pobreza y exclusión que padece Canarias parecen olvidar que llevamos conviviendo con esa realidad desde hace décadas. Hay también quienes responsabilizan al actual Gobierno de las altas cifras de paro o de la divergencia en las rentas de las familias canarias con respecto a la media del Estado, saltándose olímpicamente el hecho de que la brecha entre las islas y la Península no es nueva y si se agravó especialmente, fue en la primera gran crisis.

Viviendas dignas para personas dignas

Sinceramente, la estética que se dibuja cada día frente a la sede del búnker de Presidencia en Santa Cruz de Tenerife, deja mucho que desear. Es decir, las casetas de la Acampada por una vivienda digna, tras abandonar anteriormente el asentamiento en la Plaza de la Candelaria, después de más de 160 días, ahora se posicionan en un lugar de la vía pública donde cada día transitan cientos de personas, Una imagen que no beneficia en nada a la promoción y crecimiento turístico de nuestra isla. No pongo en duda las quejas, reivindicaciones y el derecho a las protestas de las personas que conforman la Acampada, pues no en vano lo que se reclama desde hace muchos años son más viviendas dignas, con el objetivo de que muchas familias sin hogar puedan tener la oportunidad de acceder a ellas.

Querer

Cuando se tiene la oportunidad y también la paciencia, de tratar casi cotidianamente con los políticos, tanto con los gobernantes, como de la oposición, para tratar asuntos relacionados con la actividad económica, se comprende el retraso o estancamiento de algunos temas y la ligereza con el que salen otros. Igual pasa en las relaciones profesionales con los empleados públicos, algunos, posibilitan avanzar, haciéndolo todo llevadero, ayudando y poniendo dedicación, en cambio, otros, son la personalización de las pegas, sus interpretaciones personales subjetivas y bastante discutibles, inmovilizan cualquier asunto, donde hay que sumarle también, la falta de interés en sacar adelante los expedientes.

Ley de vivienda, una ley histórica para blindar la función social que debe cumplir la vivienda y acabar con la especulación

Una vez aprobada por el Consejo de Ministros la “Ley de Vivienda” toca el trámite parlamentario, que será por procedimiento de urgencia a solicitud del Gobierno, porque esta es una norma muy esperada por la ciudadanía. Sinceramente, espero que se alcance el máximo consenso posible durante este trámite parlamentario, porque esta ley es una herramienta que beneficiará a todo el mundo y nuestra obligación es garantizar el derecho a la vivienda digna, para que de una vez por todas, la vivienda deje de ser un lujo solo al alcance de unos pocos. No podemos olvidar a las miles y miles de personas a las que resulta imposible acceder a una vivienda en nuestro país.

Dos pájaros de un tiro

No. Y mil veces no. No podemos consentir que en Canarias haya ya tres mil menores no acompañados al cuidado de la Comunidad Autónoma sin que por parte del resto de las comunidades autónomas del Estado se haya asumido ninguna responsabilidad y sin que el Gobierno de España haya legislado para posibilitar que la acogida en Península sea una realidad y no dependa de la nula voluntad y solidaridad en las distintas autonomías.

¿De qué nos quejamos?

El comienzo del nuevo año 2022 ya comienza a menguar con el mes de enero. El tiempo pasa a una velocidad de crucero, especialmente para los que ya estamos metidos en edades un poco avanzadas. Cuanta razón tenían nuestros abuelos cuando decían que con el paso de los años la vida es más rápida. Y no se equivocaron. Lo cierto es, que desde que llegó a nuestras vidas la Covid-19, nuestras formas de vivir cambiaron de manera drástica, pero no solo las nuestras. También, el mundo entero.

Nos quieren dependientes

A diferencia de lo que afirma el Gobierno, de que solo afectará a los que más ganan, la mayoría de los 3 millones de autónomos de nuestro país, en concreto el 60% de los trabajadores por cuenta propia, tendrían que destinar más del 70% de su rendimiento a pagar cotizaciones sociales, retenciones e impuestos. Por ejemplo, un autónomo que gane 400€ al mes tendrá que pagar en 2031 183,6€ (un 45% de lo que gana); y un trabajador por cuenta propia que gane 1.700€ tendrá que pagar a la SS 535€ en el mismo periodo, lo que supone un 31% más frente a lo que pagaba en 2021.

Silenciados

Ruido en todas partes, asusta el silencio, la reflexión, meditación o cualquier forma de concentración. El Poder, con mayúsculas, que a lo mejor no es el que figura públicamente, quiere el pesebrismo, pan y circo, autómatas sin capacidad de decisión. Será que, a las nuevas generaciones, sin culpa propia, sino por el contrario, sufrientes, se les ha enseñado a no pensar, quitándoles de su vocabulario la palabra “esfuerzo” y lo que significa, para de esa manera controlarlas mejor. Por eso, los sesudos dirigentes ideologizados, del mal llamado progresismo, minusvaloran en la enseñanza reglada, la filosofía o las humanidades.


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