Paco Pérez08.04.2018. Redacción | Opinión
Por: Paco Pérez
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A pesar de que costó más de lo inicialmente previsto, el Tenerife pudo doblegar en el ultimo cuarto del encuentro a un correoso Sevilla Atlético, que vino como colista y que demostró que no es merecedor de ocupar el último puesto de la clasificación.
En el partido disputado en la tarde-noche de este domingo en el "Heliodoro" ante casi veinte mil espectadores, al Tenerife le costó mucho "abrir la lata" y tuvo que esperar a marcar su primer gol hasta el minuto 68.
Tras una gran internada por su banda, Suso Santana logra llegar hasta la línea de fondo y centra al área pequeña rival, donde Álex Mula mete el pie para marcar. El segundo tanto llegó en los estertores del choque, en el minuto 86, tras una genial jugada individual de Filip Malbásic, que se metió solo en el área y remató a placer.
El Tenerife se vio impotente para crear ocasiones en la meta contraria, porque el Sevilla Atlético plantó una defensa de cinco hombres y es un conjunto con jugadores muy jóvenes, con mucha fuerza física, que le complican la vida a cualquier rival.
Lo más importante del choque es que vimos a un Tenerife que no se desesperó porque tardasen en llegar los goles y pudo controlar la ansiedad del momento, durante toda la primera mitad y buena parte de la continuación.
Joseba Etxebarría ha cambiado la dinámica de este equipo y ha demostrado en la práctica que el club blanquiazul tiene una de las mejores plantillas de la categoría, que el anterior técnico no pudo o no supo provechar y se perdió un tiempo precioso.
No obstante, el conjunto isleño está a solo dos puntos de la promoción de ascenso y ya ha superado a rivales directos como el Valladolid o el Osasuna. Y hay que seguir luchando. La próxima jornada en León, frente a la Cultural, que se está jugando la permanencia en Segunda, por lo que será un encuentro muy duro.
El de este domingo no fue un partido vistoso, el Tenerife sufrió, pero supo finalmente salir airoso del compromiso. Entre otras cosas porque cada día se le ve más oficio.
¡Vamos Tete, que sí se puede¡
