01.08.2018. Redacción | Opinión
Por: Sonia Rodríguez Acosta
Al hablar del amor damos rienda suelta a nuestras mariposas, dejándolas volar en libertad allá donde ellas quieran posarse. Y es que esas mariposas muchas veces son caprichosas y se posan en el corazón que no esperamos ni siquiera imaginamos. Haciendo latir nuestro corazón con más fuerza, es así como el amor nos elige. Nos llega como una suave brisa de verano y se vuelve huracán poniendo nuestras emociones patas arriba y llevando nuestro barco a la deriva. El amor es un sentimiento único, fascinante, nos hace sentir tan vivos que vale la pena sentirlo. El amor es inspiración, a veces hasta sufrimiento, todos quieren vivirlo.
Gandhi decía “donde hay amor hay vida” tan cierta esta frase a la par que sencilla. De alguna manera el amor nos sitúa en el mundo. El amor es como un arcoíris lleno de colores y de variedades. A lo largo de nuestra historia miles de canciones han hablado y siguen hablando de él. Estas letras nos hablan de amores no correspondidos, el amor eterno, el que nace de la amistad etc… si ya has estado o estás enamorado sabes de sobra lo que se siente, es un sentimiento difícil de definir con palabras porque estas son llevadas por las mariposas al corazón. Con todo ello sabemos que no siempre somos libres de enamorarnos de quien de verdad desearíamos. Dicho de otra manera, el amor nos elige. Y esa elección puede ser la apropiada o por el contrario traernos más sufrimientos que dicha. En el amor existe el componente biológico como esa tormenta química de los neurotransmisores como la serotonina, dopamina, oxitocina etc.. También existen otras influencias como la cultura, la sociedad….
Está claro que el amor nos mueve, nos incita a caminar, nos vuelve más vulnerables y nos hace crecer como persona, si así decides hacerlo. Aprender del amor es un acto maravilloso, aprender de nuestra propia capacidad de amar primero a nosotros mismos y luego a los demás.
Esa sensación de verlo/a y sentir esas mariposas como vuelan, sentir ese cosquilleo en el estómago o que te tiemblen las piernas al sentirlo cerca. Son sensaciones tan bonitas que valen oro y disfrutarlas pase lo que pase también. Tenemos la mala costumbre de irnos más allá del tiempo preguntándonos, ¿Qué pasara? ¿Me llegara a querer o no?, así como estas preguntas pueden surgir miles. Nos olvidamos de vivir el momento, de sentir, simplemente de sentir y aprender de ello. Ese momento de pura magia cuando ves su sonrisa y en tus ojos se refleja todo tu corazón. Eso es precioso y mágico a la vez que alguien te haga sentir tantas cosas. Puede sonar muy romántico y de hecho lo es. El romanticismo no creo que haya pasado de moda, hay muchas personas románticas que creen en el amor bonito ese en el que se quiere bien.
Lejos de la idealización, pensemos que somos seres perfectamente imperfectos con nuestras virtudes y defectos, cuando queremos a alguien lo queremos con el pack completo.
Por supuesto no me olvido de los amores no correspondidos y de los amores que por muchos factores no pueden ser; sí que duele, sufrimos, lloramos y nos sentimos mal por no poder tener a nuestro lado a la persona que amamos. Es doloroso pero tenemos la opción de aprender de ello y de utilizar ese amor para nosotros mismos.
Ya vendrá alguien que te quiera tal como eres sin borrar ni una coma, pero no olvides quererte y valorarte. Apreciar todo lo que eres porque tu principal amor empieza por ti mismo. El amor es un riesgo que vale la pena correr, lucha por lo que quieres. No te des por vencido fácilmente, todo lleva su tiempo. ¡SE VALIENTE,ARRIESGA¡
EL AMOR LLENA TU CORAZÓN DE MARIPOSAS DEJALAS QUE VUELEN Y VUELA CON ELLAS