27.02.2019 | Redacción | Opinión
Por: Sonia Rodríguez Acosta
Coach
Recién llegan los carnavales, unas fiestas a las que muchos acuden con el único propósito de disfrutar. Te gusten o no, no pasan desapercibidos para nadie. Celia Cruz cantaba en su famosa canción “la vida es un carnaval” y si lo miras bien es cierto, un buen día te disfrazas de hada y haces realidad todos tus sueños con tu esfuerzo y la conspiración del universo. Otras veces de tortuga porque vas tan lento que parece que no avanzas, pero tranquilo todo toma su tiempo. Otras de duendecillo disfrutando de cada momentillo. Y que me dices de la gaviota vuela tan alto que ni se lo imaginaba. También está el guerrero que va guerreando por la vida, con guerras de paz y armonía, gente bonita que transforma tu vida. Luego también está la ira con patas buscando rabietas donde no las hay. La furia les sale por los cuatros costados, sin darse cuenta que es él o ella el que se lastima con su propio veneno, con el mismo que arroja a los demás. Afortunadamente hay mariposas que enseñan a volar, sus alas multicolores te invitan a soñar. Si hay algo que me llama la atención del carnaval es la variedad de colores, de ritmos, de armonías, es la sinfonía como la vida. Un universo de posibilidades a tu alcance. Eso que dice Celia Cruz que las penas se van cantando es cierto haz la prueba. La música es arte y el arte es terapia. Hablando de terapia y siguiendo con el carnaval me gusta eso de doctor o doctora del amor curando corazones rotos y enseñando a amar bien, porque el buen amor no daña, no lastima, solo respeta y ama al otro tal cual es. Terapia de sonrisas, de curar heridas y sanar. Crecer avanzar en nuestro propio carnaval. Ponerte el traje de libertad salir a la calle regalando amor y sonrisas por doquier. Llorar de alegría por supuesto, pero de dolor también. Ponte el traje de sentir y siente, la vulnerabilidad, el miedo, la frustración y la alegría, el amor. No te niegues a sentir porque de alguna manera te niegas a vivir.
Que me dices de los payasos llevando sonrisas allá donde las necesitan, les ponen mundo de colores a niños hermosos que están en hospitales sufriendo de diferentes males. Coloreando sus vidas y reflejada queda esas lindas caritas en el ritmo de tu corazón. Estos niños son superhéroes de los de verdad, no les hace falta ningún disfraz. Porque por si solos ya son grandes corazones, algunos se van a volar entre las nubes de algodones pero su recuerdo quedara por siempre en nuestros corazones. Tuve la suerte de tener uno en nuestras vidas un superhéroe maravilloso, que me dejo tanto amor y aprendizaje que estoy segura que es una estrellita preciosa iluminando el camino de todos los que lo amamos.
La vida es un carnaval si, cambia de disfraz a cada momento unas veces más negro, otras de colores más vivos. Toma el pincel de pintor y pinta tu vida multicolor hazla real pero tuya. Y si puedes pintar la vida de alguien más no pierdas esa oportunidad, pintaran los dos un mundo mejor. La vida es un carnaval por eso nunca dejes de soñar.