28.12.2022 | Redacción | Reportaje
Por: Juan Antonio Narro Prieto
En mi último viaje a Israel descubrí una magnífica forma de preparar los huevos llamada Shakshuka. Aunque se consume a cualquier hora del día, es muy común comerlo como desayuno. Una buena manera de coger fuerzas para todo el día.
De sencilla elaboración, con productos baratos y fáciles de conseguir, es un invitado fijo en las mesas israelíes donde casi se considera un plato nacional. Desde luego, contundente y sabroso.
Con independencias de versiones que existen sobre el origen (parece que procede del norte de África), lo cierto es que en este país ha conseguido renombre y fama internacional.
No hay que olvidar que mucha de la cocina israelí está influenciada por su propia historia. Al ser un territorio tan deseado por diferentes civilizaciones a lo largo de los siglos, estas han dejado su impronta en diversos aspectos (cultural, religioso, arquitectónico, gastronómico …).
Una salsa – algo espesa- a base de tomate, pimientos, ajo y cebolla cortados en trozos pequeños (a la que se añaden algunas especias como comino o pimentón) es la base donde se echarán estos huevos que, con el calor, se van haciendo a modo de huevos escalfados. Una buena sartén o un tajín pueden ser los recipientes ideales para que se cocinen. Se sirve bien caliente.
Cocina sencilla, básica, casi de subsistencia, pero toda una delicia que debe probar el viajero que viaje hasta tierras israelíes. Lo importante, la calidad de los productos.
El propio nombre del plato (que significa “todo mezclado”) es toda una declaración de intenciones sobre cómo nació.
Vegetariano, saludable, sin gluten, “kosher” … una buena mezcla de ingredientes que consigue la excelencia
Si tuviera que buscar semejanzas con algún plato de la cocina española pensaría en unos huevos al pisto, tan característicos de la gastronomía manchega, o en una fritada riojana con huevos.
Aquí, como en todo, “cada maestrillo tiene su librillo” y en cada casa se le pone un toque especial (en algunos restaurantes añaden calabacín, algo de carne de cordero o berenjena).
Siendo sincero, me gusta con un poco de picante (por ejemplo, con una guindilla triturada) y con algunas hierbas encima –como perejil- para darle, además de vistosidad y elegancia, más sabor.
A primera vista, es un plato muy agradable por la variedad de los colores y lo llamativo de su presentación, servido directamente en la sartén. Un dato importante, es imprescindible un buen pan (sea de pita o normal) para mojar en la salsa.
No quiero dejar de mencionar que hay un restaurante emblemático por la forma de preparar Shakshuka. Se sitúa en la ciudad vieja de Jaffa (Tel Aviv) y el nombre es una insinuación de lo que vamos a comer: Dr. Shakshuka. No olviden acercarse si están en esta preciosa y dinámica ciudad costera israelí y curiosear en el pasado de este templo del buen comer considerado uno de los embajadores de la Shakshuka.
Imagen: Shakshuka, un plato muy popular en Israel | CEDIDA