28.07.2018. Redacción | Relatos
Por: Esther María Hernández Hdez
Septiembre se acerca con disimulo.
Caen hojas de los árboles en silencio,
anunciando que el otoño se acerca.
Se asoma el Cristo de Tacoronte,
acariciando sentimientos.
Cornetas y Tambores,
lágrimas de emoción aparecen
en nuestros rostros.
Suenan las campanas,
anunciando su presencia,
ruegos y peticiones,
palabras envueltas en fé y esperanza.
Tacoronte,
mi tierra.
Tacoronte,
mi seña de identidad.
Turrones y vino nos avalan,
desde La Estación hasta el
Barrio de la Caridad.
Mis ojos verdes como el brezo.
Mi corazón,
palpitando de emoción.
Se acerca Septiembre,
Vendímia,
Fiesta y alegría.
Momentos para compartir,
momentos que mi Cristo Tacorontero,
año a año me hace revivir.
Vino de Tacoronte,
Turrones artesanos.
La Laurisilva en mi Monte
de Agua García.
Paisajes de ensueño,
paseos tranquilos.
Tacoronte es mi vivir.
Tacoronte es mi sentir.
Orgullosa de haber nacido aquí.
"Todas las noches, antes de acostarme,
elevo mis plegarías al Cristo Tacorontero de mi alma".