13.02.2017. Redacción
Por: Grego Calzadilla
Buenos días a tod@s¡
Recuerda que la clave de la felicidad se encuentra en el día a día, en los pequeños momentos, en esos mágicos instantes que si no les damos importancia pasan desapercibidos. Pero, que si les prestamos un poco de atención, llegan a perdurar en nuestro corazón durante décadas enteras.
Todos ellos son más intensos y se disfrutan mejor cuando los abrazamos libres de expectativas, y abiertos a que nos sorprendan de manera grata y afable.
La gente que acude a una “cita a ciegas” pensando que la otra persona les va a juzgar, porque no se sienten lo suficientemente guapos o guapas. La que da por sentado que todos los que van a conocer son iguales y le (o la) van a herir el corazón, porque sólo van a lo que van. O los que no esperan que nada nuevo les sorprenda. Todos ellos están condenados a recibir justo y exactamente eso mismo, y nada más. No porque tengan la razón, sino porque no se permiten que nada nuevo y diferente les suceda, ya que “no lo creen posible", o no se creen "merecedores" de ello. Y, aunque esa "magia" esté pasando realmente, no se dan cuenta, y la dejan escapar entre las manos, “para siempre”.
Los que acuden a un trabajo nuevo pensando que la gente “es mala” y sólo van “a competir con ellos para quitarles el puesto” jamás harán amigos, sólo compañeros de trabajo o rivales. Se sentirán siempre solos e indefensos, y cada día acudirán a desempeñar su labor desolados, tensos y desmotivados, deseosos, desde el mismo lunes, de que llegue ya el tan ansiado fin de semana; o de igual manera, desde comienzos de año, desearán que lleguen los “salvadores” quince días de vacaciones en verano.
Los que acuden a una reunión familiar o de amigos, simplemente por obligación, les pasará exactamente lo mismo. Estarán ávidos de marcharse de ese aburrido y tedioso encuentro, para llegar a su casa y refugiarse en su
“ficticio y seguro caparazón de aislamiento”. Pero cuando esas personas les falten, echarán de menos esos instantes, que no supieron valorar adecuadamente en su momento.
Absolutamente todos ellos se quejarán de que la vida es ingrata y amarga, sin percatarse y recapacitar que han tenido delante mismo de sus narices, y han dejado escapar, quizá, la salvación y la absolución a toda una vida
llena de dolor y sufrimiento.
Y en todos los casos el problema es siempre el mismo: Nuestros pensamientos e ideas preconcebidas de todo. Nuestro temor y miedo a encontrar algo nuevo e inesperado que no esté ya calculado por nuestro desconfiado y precavido Ego. Nuestra falsa idea de seguridad de que si lo tenemos todo previsto y meticulosamente pensado nada nos sorprenderá, y no hará tambalear nuestra frágil seguridad personal y maltrecha autoestima.
Esto ocurre porque creemos que si experimentamos “algo nuevo” será siempre dañino y desagradable, y nunca reconfortante.
Si lo meditamos bien, ¿es absurdo, no?
Entonces, ¿porque lo suponemos tan a menudo y tantas veces?
Sencillamente porque estamos convencidos de que no lo merecemos, de que no estamos preparados, ni somos dignos para recibirlo, para ser felices y dichosos.
Eso me apena mucho, estimados amigos y amigas, ¡Creedme¡
Cuando leo en vuestras almas y veo tanta Luz y tanto amor por dar, y lo poco que os valoráis, se me sobrecoge el corazón de tristeza y dolor....
Pero sé, que al final del camino, lo conseguiréis.
Te animo a que creas un poquito más en ti, en tu bondad y en tu pureza.
PERMÍTETE el lujo de soltar la mente, DE VOLAR LIBRE, de dejar que ocurra lo que tenga que ocurrir, de tomar el pulso a la aventura de la vida… ¡Ya que a eso es a lo que hemos venido aquí¡
Ya tendremos bastante monotonía, y seguridad de que ocurrirá siempre lo mismo, cuando estemos descansando en un cajón a un metro bajo tierra. Pero para ello, todavía falta mucho.
¡DESPIERTA¡
El pasado es pasado. CANCÉLALO, no lo puedes cambiar. Pero lo que si puedes transformar es tu actual y palpitante presente, para que tenga eco en un prometedor y brillante futuro.
Ve a por él, sin expectativas, con ilusión, con toda la fuerza de tu “niño Interior”, y ¡LÁNZATE¡
¡VUELA LIBRE DE VERDAD¡ ¡Aprovecha bien tu tiempo en esta existencia¡
Has venido aquí a EXPERIMENTAR...
A SABOREAR LOS BUENOS Y NO TAN BUENOS MOMENTOS (pero esos también se saborean, créeme, cuando entendemos que son experiencias, y no fracasos).
¡VIVE LA AVENTURA DE TU VIDA¡
¡TÚ ERES EL PRINCIPAL PROTAGONISTA DE TU GRAN PELÍCULA DE ACCIÓN Y ROMANCE¡
¡PERMÍTETE TROPEZAR, SACUDIRTE, LEVANTARTE Y SEGUIR VOLANDO¡, como los
niños cuando juegan contentos y felices en el fango. Pero también...
¡EXPERIMENTA¡
¡SORPRÉNDETE¡
¡CONFÍA¡
¡SONRÍE¡
¡ABRAZA¡
¡BESA¡
¡AMA¡ ... ¡Y ENAMÓRATE¡ (De todo y de todos).
Y de esa manera, al final de tus días, podrás ser como nuestros queridos y adorables abueletes, que se pasan horas y horas enteras deleitándonos con sus batallitas y sus hazañas. Rescatando princesas y masacrando desafiantes dragones en cada cruzada, en cada contienda que la vida les ha brindado a lo largo de su fructífera y enriquecedora existencia.
Feliz semana a tod@s, mis queridos niños y niñas¡