13.01.2022 | Teror
Desde Nueva canarias Teror afirman que existe un ante y un después elocuente del paso de socialista y populares por la Villa Mariana. Esto se nota entre otras cosas, en cómo se ha ido desnaturalizando nuestra calle Real de la Plaza y los alrededores de la basílica del Pino dejándolas sin el verde que lo caracterizaba de antaño.
La estampa lo dice todo, la política de los años de socialismo y populares ha dejado vacío el casco de la Villa de los árboles que embellecían el casco y que daban el verde de toda la vida, esta política de arboricidas no es una consecuencia de que se han enfermado los árboles, sino una estrategia clara de hacer del caso de la Villa Mariana un lugar austero y resignado al gris del adoquín.
Desde Nueva Canarias Teror reclamamos al gobierno municipal que reponga los árboles en la Calle Real de La Plaza y que estudie la manera de restablecer la pérdida paulatina e incesante de los árboles que rodeaban a la iglesia y que también formaban parte del patrimonio cultural y etnográfico terorense, siendo singulares para nuestro municipio.
Desde Nueva Canarias afeamos la política que ha llevado el gobierno municipal en todos estos años, de matar a los árboles por inanición, dejándoles apenas espacio para su desarrollo y que ha tenido como consecuencia la muerte de casi todos los ejemplares que rodean la Basílica y la Calle Mayor de Teror. Desde Nueva Canarias Teror afirmamos que no ha sido algo casual, sino la consecuencia de la falta de espacio para su desarrollo, encorsetando a los árboles en apenas un metro cuadra, no es algo de ahora, sino de un desmantelamiento de ejemplares de árboles que generaban un mantenimiento, que no ha existido. Teror se queda huérfano de esos árboles que son todos los ejemplares que ya solo vamos a recordar por las fotos de un patrimonio cultural del municipio y de la isla de Gran Canaria que ya no tenemos.
En los últimos meses hemos visto como los pocos árboles que quedaban se habían muerto y desaparecido por la falta de rigor en su conservación, nos parece aberrante que el gobierno municipal se tire los trastos unos a otros en quien ha sido el culpable en las redes sociales, evidenciando que hay un desacuerdo en lo hecho en estos últimos años en el entorno de la basílica.
Gracias que El laurel de indias y los Pinos Canarios no desaparecen, reclama la dirigente nacionalista Isabel Guerra, para dejar yermo nuestro casco histórico, pero ya toda la arboleda que existía y que embellecía de manera emblemática el entorno de la Basílica ha desaparecido, podemos tacharlos de “arboricidas”, porque ha sido a sabiendas que los árboles estaban sufriendo el escaso espacio que se les habían dado para sobrevivir. Nos parece un despropósito que la concejala de parques y jardines (partido socialista), no de alternativas a la desaparición de los árboles en la Villa, que los ha dejado morir por falta de espacio para ellos.
Isabel Guerra afirma “Cuando estamos hablando de medio ambiente, de la apuesta decidida por nuestra naturaleza y nuestro paisaje, cuando nuestro entorno es privilegiado para poder resaltar un paisaje pintoresco con un patrimonio cultural importante, extraemos piezas importantes de ese patrimonio como son los árboles que embellecen y mantienen el verde que caracteriza la Villa de Teror, desnaturalizando nuestros rincones, es una pena que se apueste por la austeridad de los lugares, por la apuesta del paisaje tosco, sobrio y que una maceta de hierro con un par de plantas sustituya el porte de los árboles, que dan vida y oxígeno. Porque un patrimonio histórico no solo se nutre de edificios singulares sino de un entorno amable, y del patrimonio verde de nuestros árboles, termina diciendo la dirigente nacionalista.
Imagen: Arboricidio en Teror | CEDIDA