19.07.2018. Redacción | Opinión
Por: Paco Pérez
pacopego@hotmail.com
Una Europa unida existirá en la teoría, en los tratados y en el aspecto meramente económico, pero a la vista está que esa unión y solidaridad entre los Estados miembros de la UE es pura filfa, porque los países del norte miran a los del sur como si fueran miembros de segunda categoría y algunos de ellos, como Alemania y Francia, consideran --a los hechos me remito-- que en España no hay Democracia (con mayúscula).
El reciente hecho de que un tribunal regional germano sólo concediese la extradición a nuestro país de un delincuente como el señor Puigdemont, expresidente de Cataluña, solo por malversación de fondos públicos y no por rebelión es una auténtica tomadura de pelo a la Justicia española, uno de cuyos sus máximos representantes, el juez Llarena --que instruye el caso de los gamberros independentistas catalanes--haya tenido que suspender la euroorden dictada en su momento, porque no le han hecho el más mínimo caso detrás de los Pirineos.
Tampoco le hizo caso el tribunal belga que juzgó el caso de Puigdemont y de los otros seis encausados que se fugaron de España, tras saberse culpables de graves delitos contra nuestra Estado y nuestra Constitución vigente, con lo que en la práctica a España no le ha servido de nada el tratado de libre circulación, ni se ha respetado lo más mínimo lo dictado por los encargados de juzgar a estos sinvergüenzas, que han malversado cientos de millones de euros del erario de todos para intentar constituir ilegalmente una república independiente en una región de nuestro país.
Da mucha rabia que los españoles seamos europeos para unas cosas y se nos niegue esa condición en asuntos tan importantes como la extradición de unos golpistas y de unos estafadores a gran escala. Sobre esto tendrán que decir algo un día no muy lejano los máximos responsables politicos de la Unión Europa, como el señor Junker, que tiene apellido de termo casero de gas.
¡Qué repugnante e incomprensible es todo esto que está sucediendo¡ ¿Están algunos países del viejo continente a favor de la independencia de Cataluña? Si no es así, lo disimulan muy bien. Dan ganas de vomitar en determinados despachos alfombrados de Bruselas, de Estrasburgo y también de Berlín, para que apesten aún más.