Viva España viva

14.07.2024 | Redacción | Opinión

Por: Alejandro de Bernardo

adebernar@yahoo.es

No necesitamos que nadie nos mate. Ya lo hacemos nosotros. Así es España y los españoles. No había comenzado la Eurocopa y nos habíamos cargado al seleccionador, desprestigiado al equipo, alabado a los contrarios y enterrado nuestras ilusiones refugiándonos con añoranza en aquella selección que nos hizo campeones del mundo y, por dos veces consecutivas, triunfadores en Europa. Ninguno dábamos un euro por ellos. Pues hete aquí, que esta tarde, esa pandilla de pibitos, que baila y se anima al son de “Una potra salvaje”, pueden darnos el triunfo en la competición que es más difícil de ganar que un mundial.

Nos engancharon desde el primer minuto. Dieron vuelta a la tortilla, española por supuesto, y nos han enchufado un misil de adrenalina colectiva impensable hace apenas dos semanas. Se han cargado a todas las selecciones más potentes, las eurocampeonas, y sólo falta rematar hoy con Inglaterra. Dicen que quien gane se queda El Peñón. Por mí que siga siendo inglés pero que hoy ganemos. Y es que esta España que vibra, se une, disfruta, se ilusiona y celebra unida, necesita de excusas como estas para sacar sin “melindres” un sentimiento que -con mil matices que nos diferencian- tenemos los que somos de España.

Históricamente nos hemos sacudido duro. Unos con y hasta contra otros. Pero puede ser que sea como pasa en las familias: a mi hermano lo insulto yo pero que venga otro de fuera y le toque un pelo que me lo como. ¿O no? A Unamuno le dolía España, Cernuda decía que era “…español sin ganas”, en fin, que tras una Guerra Civil que nos comió el alma, que nos dejó la imagen de un país cainita y malvado, hemos demostrado entre todos que somos otra cosa.  

Enterradas las Españas, recuperemos la España de luz y luces. Lo mejor para valorar lo que somos, lo que tenemos, lo que podemos, nuestra grandeza… es salir de aquí. Muchas veces hay que alejarse para ver mejor. No hay como la presbicia para darnos cuenta de lo grandes y bonitos que somos. No hablo de orografía o paisajes, hablo de paisanaje. De la gente. Las personas son las que pintan de alegría y esperanza o destiñen y amargan los lugares. En este sitio tan transitado, tan disfrutado por extranjeros, he podido comprobar que pocos nos superan en educación y prácticamente nadie en amabilidad. Eso, precisamente es lo que hace que aquí aparezca el rayo verde al atardecer y el sentirse más a gusto que un arbusto a quien llega. Sólo un requisito: que lo haga en son de paz.

Por tanto, nos sobran motivos para sentir orgullo de un país en el que aunque hemos pasado más de cuarenta años educando mal a los jóvenes: resaltando más las diferencias que lo que tenemos en común… al final ha pesado lo más importante, las coincidencias que nos identifican, nos engrandecen, ennoblecen y nos ayudan a progresar. La gesta de esta selección es para sentirse orgullosos de los Yamal y Nico, dos críos estupendos como lo son el resto. O Pedri, nuestro Pedri, cómo sufrimos con él. Sean de donde sean. Importa lo que demuestran y todos ellos defienden los colores de la España que sobrepasa las banderas y los ombligos. De la España en la que cabemos todos o no cabe ni Dios. ¡Vamos España!

Feliz domingo.

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