23.01.2019. Redacción | Opinión
Por: Paco Pérez
pacopego@hotmail.com
La República de Venezuela vive en las últimas horas momentos muy convulsos, en lo que parece ser el deseado fin del Chavismo, porque tras la multitudinaria manifestación en las calles de Caracas y otras importantes poblaciones del país, el recién elegido presidente del Parlamento (Asamblea Nacional), Juan Guaidó, se ha proclamado presidente interino del país, con el reconocimiento explícito de la Casa Blanca, que ha emitido un comunicado oficial de Donald Trump en ese sentido.
Ahora mismo, Venezuela cuenta con dos presidentes antagónicos, el chavista Nicolás Maduro, que se resiste a abandonar el Palacio de Miraflores, y el ya citado Guaidó, respaldado por amplios sectores populares y por el imperio del norte del continente americano.
En estos momentos de incertidumbre, con una Venezuela sumida en una crisis económica muy profunda, la única salida pacífica, sin enfrentamientos civiles y sin derramamiento de sangre sería la salida urgente de Maduro, el reconocimiento de Guaidó y el establecimiento de medidas urgentes hacia una transición democrática, como se hizo en España en los años setenta, que concluiría a medio plazo con la convocatoria de unas elecciones generales, tal como hizo Adolfo Suárez, con el apoyo de la Corona, y con el refrendo popular de una nueva Constitución.
Confiemos que la crisis política e institucional venezolana se resuelva de esa manera, si no queremos ver abocado al país hermano en una guerra civil, en caso de que los actuales gobernante chavistas se resistan a abandonar el poder.
Lo único cierto es, ahora mismo, que al heredero de Hugo Chávez le quedan dos telediarios en Fuerte Tiuna y, aunque Maduro haya roto oficialmente las relaciones diplomáticas con el gigante del Norte, Trump ha decidido apadrinar as Guaidó en su intento de restablecer la normalidad democrática en el país andino y caribeño. Venezuela no puede tener dos presidentes al frente de la República.
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