Urgente equilibrar Tenerife

20.01.2020 | Redacción | Opinión

Por: Óscar Izquierdo

Presidente de FEPECO

Tenerife se encuentra desvertebrada, con una preocupante falta de cohesión territorial y social. Está desequilibrada, con un expansivo crecimiento económico y poblacional en el sur, un estancamiento preocupante en el norte y un endogámico comportamiento del espacio metropolitano. Tres zonas, incomunicadas, por una deficiente red viaria, que provoca colas, atascos e inmovilidad continua, todos los días, a todas horas, en cualquier parte de la isla. Pero a su vez, imposibilita una comunicación cierta entre las tres comarcas que propicia una diferencia de crecimiento económico y desarrollo social bastante significativa. Es incomprensible que todavía la isla no cuente con un anillo insular que vertebre todo y a todos. Por un lado, la incapacidad manifiesta de los políticos que han tenido responsabilidad al respecto que no han sabido, podido o querido ejecutarlo. Por otro lado, los noístas, minoritarios y dispersos que, junto a los escarabajos, han intentado paralizar cualquier obra, por beneficiosa que fuera para el conjunto de la sociedad, anteponiendo su ideología sectaria y excluyente, a los intereses generales de Tenerife.

La red viaria con la que contamos es insuficiente, para la demanda ciudadana y la exigencia económica. Ahora estamos sufriendo un colapso permanente y constante, debido a que no se ha ejecutado obra pública suficiente cuando se tenía que haber hecho y con la valentía que requería la ocasión en su momento. Se ha perdido mucho tiempo en ocurrencias varias, en satisfacer egos personales, en buscar cada dos por tres nuevas prioridades o en mirar para Madrid, echándole la culpa de todas las deficiencias, cuando aquí no se hacía la tarea correspondiente. De esas calamidades son estos lodos convertidos en atascos crónicos, que afectan psicosomáticamente a miles de ciudadanos, que todos los días tienen que soportan el tormento de estar paralizados en medio de cualquier carretera. También influye negativamente en la productividad de las empresas, que ven con resignación contenida, pero con enfado, que se pierden muchísimas horas de trabajo en las interminables colas, donde los transportes de mercancías, los vehículos de reparto, las guaguas de servicio público o discrecional y los taxis, no avanzan, quedándose retenidos para la exasperación del conductor y del cliente. Se puede decir sin alarmismos, que los empresarios tienen retenidas sus inversiones en los atascos.

Las colas demuestran verdaderamente que se carece de una red viaria competitiva, eficiente, moderna y suficiente. No se puede depender y paralizar la isla, porque ocasionalmente se produzcan accidentes de tráfico, estas situaciones coyunturales tienen que ser asumidas eficazmente y con prontitud, si contáramos con las infraestructuras convenientes y adecuadas a la demanda socioeconómica requerida. El nuevo Gobierno de Canarias y el Cabildo de Tenerife tienen que asumir la descongestión viaria de Tenerife, como prioridad absoluta, porque debido a las insuficientes carreteras que impide una movilidad cierta, se está estrangulando la actividad económica y la creación de trabajo en la isla. Que por cierto, tiene una demanda no cubierta de empleo en el sur, una bolsa de desempleo preocupante en el norte y una insuficiente absorción en la demarcación metropolitana. Vivir de espaldas, hace que las tres zonas no interactúen, desaprovechen sus potencialidades, desperdiciando las sinergias que fortalecerían al conjunto. La pujanza del sur no puede llevar a la soberbia del nuevo rico, ni el anquilosamiento del norte a la sumisión del perdedor, ni tampoco la mirada al pasado mejor, puede paralizar la zona metropolitana. Hay que posibilitar el encuentro, el cariño y la afección, porque tenemos que conseguir, que no se hable más de tres zonas diferenciadas, sino de una isla unificada, territorial, económica y socialmente. Es la ilusión de un reto a conseguir.

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