08.04.2017. Redacción / Opinión
Por: Paco Pérez
Desde hace algunos años vengo observando que en determinados productos alimenticios y en otros artículos de consumo habitual las multinacionales que operan en la Península indican sus características y sus composiciones en dos idiomas: el castellano y el portugués, para ahorrar costes y eliminar duplicidades en las etiquetas y en los prospectos, porque sencillamente son distribuidos tanto en la República de Portugal como en el Reino de España.
Los medios de comunicación de ambos países se han hecho eco, en los últimos días, de un socio barómetro realizado por el Real Instituto Elcano sobre la imagen de nuestro país en el exterior, arrojando la encuesta unos resultados sorprendentes en el barrido realizado en la nación vecina, pues nada menos que casi siete de cada diez habitantes portugueses (el 68%, para ser más exactos) han mostrado estar a favor de una unión política con España, lo que pienso que no sería ninguna mala idea, en caso de que se llevase a la práctica, por las razones que expondré unas líneas más abajo.
Sin embargo, los portugueses piensan que nosotros no nos interesamos, como país, suficientemente por Portugal (lo piensan seis de cada diez habitantes encuestados) y la mayoría de ellos ven aspectos negativos en la fuerte presencia de empresas españolas en su país, todo esto relacionado con un temor a ser colonizados económicamente", según se explica en el informe del Instituto Elcano, dado a conocer este último viernes.
Entiendo perfectamente el sentir popular de nuestros amigos y vecinos lusos, porque desean una cosa, sueñas con una mayor relación entre los dos países peninsulares, pero tiene recelos muy razonables de ser absorbidos por España, porque tradicionalmente nos hemos creídos superiores a los lusos en todo y secularmente hemos visto a esa franja occidental de la Península como a una hermana pobre y desvalida.
Se quiera o no, las diferencias sociales y económicas entre ambas naciones se han ido equilibrando en los últimos años, sobre todo a raíz de la entrada de los dos países en la Unión Europea y lo digo sin papas en la boca, que sería una gran idea la de construir un fuerte pacto ibérico, que relanzaría nuestro peso específico en el mundo.
Imagínense la influencia planetaria que tendría la Unión Ibérica. con las relaciones existentes entre los dos países y América y África. En el nuevo continente, sir ir más lejos, unas relaciones históricas, socio económicas y culturales con toda América Central y del Sur, desde la frontera de México con los Estados Unidos, al norte, hasta la región de la Patagonia de Argentina y Chile. en el límite sur continental. Y en lo que se refiere a África, en países como la República del Sáhara (cuando sea finalmente reconocida), Guinea Ecuatorial, Ceuta, Melilla y las antiguas colonias portuguesa de Angola y Mozambique, además del Archipiélago de Cabo Verde, lo que implicaría una fuerte y determinante presencia geoestratégica en el Atlántico medio con Canarias, Madeira, Porto Santo, las Salvajes y las Azores, casi en la mitad de la inmensidad del Océano entre Europa y América del Norte.
Antecedentes de alianzas estratégicas existen varios en el mundo, como el Benelux, que agrupa en una sola organización socio-política y económica a los países monárquicos de Bégica, Nederlan (Holanda o Países Bajos) y el Principado de Luxemburgo. O el Pacto Andino, por citar otro caso.
No se crean que sería una tontería ese deseable unión con la que sueña la mayoría de los portugueses consultados. Desde luego, uno piensa que también la gran parte de los habitantes de este país también apoyaría esa hipotética fusión ibérica, por los grandes beneficios de todo tipo que tal alianza llevaría implícita en sí mismas. ¿Falaremos també en portugués? ¡Obrigado¡