12.10.2019 | Redacción | Opinión
Por: Rafael J. Lutzardo Hernández
Recientemente, Tenerife sufrió un apagón que dejó sin suministro eléctrico a toda la isla. Todos los clientes recuperaron el suministro de electricidad a las 22:15 (hora canaria), nueve horas después del inicio del apagón, según informó Red Eléctrica de España a través de Twitter. "Lamentamos todas las molestias ocasionadas en las últimas horas. Seguimos trabajando para dar un servicio seguro y de calidad en toda Canarias", aseguró la compañía en su perfil en la red social.
El corte que dejó sin luz a aproximadamente un millón de personas se produjo a las 13:10 (hora insular) a causa de un incidente en la subestación de Granadilla de Abona, en el sur de la isla, de Red Eléctrica, compañía que investiga las causas de que el denominado 'cero energético' se haya propagado a todo el territorio.
Nueves largas horas que motivó la preocupación de miles de personas, perjudicando a muchos sectores de la hostelería, medios de comunicación, servicios públicos y hogares.
En lo que a mi respecta, este apagón me hizo retroceder a mis tiempos de infancia, donde viví un pasado que nada tiene que ver con el que estoy viviendo en la actualidad. Es decir, no había suministro eléctrico en muchos sectores de aquel viejo Santa Cruz, pero romántico y feliz. Pensar en aquella época de los sesenta la presencia del avance tecnológico era cosa de locos. Un sueño, que no se me había pasado ni tan siquiera por mi cabeza. Internet, junto con todas sus redes sociales y ese mundo digital, aún estaba muy lejos por llegar.
Muchos años estuve viviendo y alumbrándome con velas (elefante), quinqué y lámparas de carburo. También, con cocinillas de petróleo para hacer la comida. Eran tiempos pretéritos, donde la capital tinerfeña todavía escaseaba muchos productos y electrodomésticos. Sin embargo, y al ignorar lo que hoy conocemos, éramos felices. Sobre todo porque había tiempo para comunicarnos; establecer conversaciones y disfrutar de aquellos famosos juegos de calle que nos hacían muy felices.
Sin duda, el avance o la evolución tecnológica en todo su recorrido han sido muy rápido. Hoy tenemos más comodidades que antes no teníamos, pero tampoco quiere decir que con ello seamos más felices. La ignorancia del pasado fue también algo bello, pues no en vano al existir otra cosas más evolucionista, éramos felices con cualquier herramienta manual. Por tal motivo, la comunicación entre las familias y amigos era continua y dicharachera; generando unos valores humanos que en la actualidad se carece de ellos.
Un apagón, que mortificó a miles de personas y provocó daños en muchos hogares, hoteles, restaurantes, casas de comidas y transporte público (tranvía). Así es la evolución de la tecnología. Es decir, un apagón de estas características crea un problema terrible, ya que todo esta informatizado y vitalizado.
Es de prever, que esto no vuelva a ocurrir en un futuro no muy lejano. Que el avance tecnológico siga evolucionando en mejorar la calidad de vida de las personas, pero tampoco es bueno adelantarnos a nuestro propio tiempo.