Una vida curiosa, tan interesante como polifacética

27.07.2018. Redacción | Opinión

Por: Paco Pérez

pacopego@hotmail.com

En un reciente artículo me referí a don Pedro Rodríguez Martín-Prieto --nos dejó hace ya unos años-- como director que fue, durante cuatro lustros en la segunda mitad del siglo, director de la Estación Meteorológica de Izaña en las cumbres de Tenerife y de su fructífera labor científica, además de haber sido el precursor de que allí también se instalaran, años después, la antena de emisión de la señal de Radio Televisión Española en Canarias (a partir del año 1963), así como los observatorios astronómicos del Instituto de Astrofísica de Canarias, por iniciativa del que sería su primer responsable, el profesor Francisco Sánchez.

Hoy me voy a referir, de manera un tanto breve y concisa, a algunos aspectos de la vida personal del señor Rodríguez Martín-Prieto, con una trayectoria tan curiosa como interesante de este hombre polifacético, poco conocido por la población isleña, debido a su enorme discreción, a quien el Cabildo de Tenerife y el Gobierno de Canarias deberían reconocer de alguna manera, a título póstumo.

Don Pedro tuvo la valentía de aceptar su nombramiento como director del Centro Meteorológico de Izaña, a sabiendas de que la vida en la cumbre sería muy dura. Él y su familia supieron adaptarse plenamente a las condiciones climáticas adversas de la alta montaña, hasta el punto de acostumbrase a permanecer totalmente aislados cuando caían copiosas nevadas, no precisamente en una vivienda muy moderna, sin calefacción y con una despensa de alimentos de subsistencia.

El señor Martín-Prieto se las ingenió para tener un rebaño caprino, que le abastecía de leche, aunque en muchas ocasiones, sobre todo con nieve, las cabras bajaban en busca de alimento desde la cumbre hasta las medianías de la Isla y don Pedro tenía que bajar a buscarlas, caminando a través de los montes, recogerlas en las cercanías de Güímar o de Arafo y subirlas hasta Izaña, con ayuda de otras personas.

En más de una ocasión, este hombre y su familia se quedó sin leña para la chimenea de su hogar y tenía que salir en busca de varas de retamas y otros arbustos para no pasar frío. Y se alimentaron muchas veces de carne de conejos que cogían por la zona, donde se refugiaban muchos roedores montaraces, ya que existía un perímetro alrededor del Meteorológico donde estaba prohibido cazar estos animalitos.

En el terreno intelectual y artístico, este hombre fue además un gran aficionado a la fotografía y algunas imágenes captadas por él fueron publicadas en varios diarios y revistas de muchos países, como cuando retrató, desde Izaña, el eclipse total de sol que se pudo observar en Canarias en el año 1958.

Don Pedro también fue, durante los tres primeros años desde su instalación (1963-66), el supervisor técnico de la antena televisiva y también se dedicó a la docencia, porque impartió clases de Química y de Matemáticas en el Instituto de Bachillerato del Puerto de la Cruz, en la Universidad de La Laguna y en la antigua Escuela de Comercio de Santa Cruz de Tenerife.

Sin duda, una vida ejemplar y peculiar, por lo que he querido hoy compartir con ustedes algunos aspectos de su trayectoria humana y profesional.

En la foto adjunta, instalaciones actuales del Observatorio Meteorológico de Izaña, donde el señor Rodríguez Martín-Prieto vivió con su familia durante veinte años. En los años cincuenta del siglo XX eran mucho más precarias.

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