07.01.2019. Redacción | Opinión
Por: Paco Pérez
pacopego@hotmail.com
Este lunes, que ha sido festivo, he pasado una mañana muy agradable y emotiva en la cafetería del Hotel Nivaria de La Laguna. Desde hace días había quedado con dos queridas amigas, a las que hacía más de quince años que no veía, mis antiguas compañeras de profesión Patricia Almiron y Cristina Delafuente, la primera de ellas una de las mejores periodistas que he conocido en mi vida, y Cris, ya jubilada, una eficiente diseñadora de Prensa, las dos nacidas en Argentina, que vinieron hace tiempo a Tenerife, creo que huyendo de la tremenda represión de la dictadura militar en su país de origen.
Patricia trabaja en la actualidad en Bruselas y en París, a salto de mata, como una especie de asesora de Prensa y documentalista para el Parlamento de Canarias y De la Fuente se dedica ahora, principalmente, a cuidar de sus dos nietos, como ejemplar abuela que es.
En el Nivaria pasamos una rato en el que no faltaron los recuerdos, tristes y alegres, y las anécdotas profesionales y personales, haciendo un repaso de nuestras vidas y comentando nuestra situación actual. Creo que más que compañeros fuimos y seguimos siendo amigos y cuando nos reencontramos en esta ocasión, parece como si nos hubiéramos visto el día anterior, síntoma de que nos queremos aunque estemos lejos.
Hablamos de nuestros estados de salud, de nuestras parejas y, durante ese estupendo ratito, tratamos de arreglar el mundo, como suele ocurrir en estos reencuentros y hablamos de los vivos y también de las personas que ya están en otra dimensión, a los que recordamos con emoción y con cariño. Espero que otro año de estos se repita una cita, porque estos momentos recauchutan nuestras ruedas vitales y nos reconfortan.
Y ya cuando nos íbamos, a primera hora de la tarde, no tuvo otro remedio que prolongar mi estancia en la cafetería del hotel de la Plaza del Adelantado, porque en una mesa vi que, como buenos laguneros, estaban compartiendo dos grandes amigos, Manuel Luis Ramos Garcia, piloto que fue de Iberia y de Binter (uno de los mejores, por cierto) y con Domingo Medina, antiguo político socialista y empresario, que fue "mano derecha" del alcalde Pedro González y también del ex-.presidente del Cabildo, José Segura Clavell.
Fue una prórroga en el "Nivaria" que mereció también la pena. ¿Ustedes se imaginan a tres laguneros hablando de lo humano y de lo divino? No voy a desvelarles los diversos asuntos que tratamos, pero sí voy a contarles en una cosa en la que estuvimos plenamente de acuerdo: la mediocridad de la clase política actual. Y no diré más.
Hasta otra ocasión, queridos lectores. Sepan que siempre les deseo lo mejor a todos.
Imagen de archivo: krisporelmundo.com