18.09.2022 | Redacción | Opinión
Por: Casimiro Curbelo
Presidente del Cabildo de La Gomera y portavoz de ASG en el Parlamento de Canarias
Para hacer que las cosas pasen solo existe el camino del trabajo, la responsabilidad y el compromiso. Los hombres y mujeres de la Agrupación Socialista Gomera, que este fin de semana celebramos el tercer congreso, hemos logrado poner en el mapa de Canarias un nuevo discurso: el de canarios que habían padecido un abandono secular.
Si hoy se habla en nuestro Archipiélago de la diferente realidad de las Islas Verdes es porque algunos hemos levantado la bandera de los más de cien mil canarios y canarias que viven en peores condiciones y con menores oportunidades. Y porque hemos denunciado el insoportable centralismo que se practica en Canarias y la concentración de servicios, riqueza y población en las dos grandes áreas metropolitanas. Hoy, en nuestra tierra, están en discusión problemas endémicos como el desequilibrio poblacional o los sobrecostos de la doble insularidad, de los que nadie, nunca, se había preocupado.
En ASG defendemos la justicia social. Y no puede existir una sociedad justa en la que se permita la cronificación de la desigualdad. Nuestras Islas Verdes, llamadas siempre “menores” con cierto tono despectivo, están reclamando y defendiendo un tratamiento diferenciado. Somos la ultraperiferia de la periferia y lograr mejoras en la conectividad aérea y marítima ha sido una larga batalla. Una que, una vez ganada, nos ha permitido impulsar un incipiente acceso a las economías y los mercados de los que estuvimos ausentes durante demasiado tiempo.
Nuestro papel secundario en la vida de Canarias también ha cambiado. Las fuerzas políticas y sociales de las dos grandes islas más pobladas, han intentado de todas las maneras posibles limitar el alcance de la revolución de las Islas Verdes y acabar con nuestro protagonismo: hasta se cambió el sistema electoral, intentando restarnos poder y cortarnos las alas. Pero no lo han conseguido. La voz de La Gomera sigue sonando alto y fuerte en el Parlamento de Canarias. Y seguirá sonando, si los hombres y mujeres de La Gomera quieren.
Construir una Canarias más justa y más solidaria no se consigue con discursos. Se logra con trabajo y con compromiso. Y a los que menos tienen les corresponde ser conscientes de que su diferente realidad será atendida en la medida en que sean capaces de tener su espacio, su voz y su fuerza en el escenario de la política de las islas.
En ASG defendemos la buena política. La que consiste en trabajar pegados a la realidad de las familias para solucionar sus problemas, que son los nuestros. Una política que supone ser constructivos y rehuir de los conflictos estériles y los insultos, porque creemos que más allá de las diferencias ideológicas, se pueden conseguir acuerdos que beneficien la vida de todos los canarios. Y con la fuerza que nos dan los votos de nuestra isla, podemos exigir que se atiendan a nuestros problemas especiales.
Nos hemos convertido en la voz de La Gomera y, por extensión, en la voz de tres islas que se han enfrentado solas a la despoblación, el envejecimiento social y a un insoportable coste de la vida. Hemos logrado que las leyes se hayan adecuado a las circunstancias excepcionales de nuestros territorios. Y hemos puesto en el primer plano la existencia de dos Canarias, de distintas velocidades y la urgencia de acabar con esa insoportable brecha entre quienes tienen más y quienes tienen menos.
Antes de que acabe la legislatura, abordaremos nuevas medidas para impulsar la economía en unos territorios desfavorecidos que necesitan compensar su lejanía y sobrecostos. Alguien tenía que decir alguna vez que Canarias tenía que cambiar. Alguien tenía que denunciar que las injusticias se tienen que terminar. Y nosotros levantamos la voz donde nadie la había levantado. Ese es el camino que hemos recorrido y del que nos sentimos orgullosos.
Imagen de archivo: Casimiro Curbelo en una sesión del Parlamento de Canarias