13.06.2018. Redacción | Opinión
Por: Paco Pérez
pacopego@hotmail.com
No me cabe la menor duda de que España es un país surrealista y muy singular, donde ocurren cosas que, desde luego, no pasan en otras naciones, ni cercanas ni en las antípodas.
Solo hace falta repasar los acontecimientos urgidos en los últimos días para darnos cuenta de que somos únicos, con casos muy patéticos, otros de risa y algunos también muy preocupantes.
Solo en los últimos días, fíjense todo lo que ha pasado en la España continental como, por ejemplo, una moción de censura que triunfa, contra todo pronóstico y desaloja a Mariano Rajoy de la Presidencia del Gobierno e, inmediatamente, toma posesión un Ejecutivo encabezado por Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, que no es parlamentario y que no ha ganado, de momento, ningunas elecciones legislativas.
Tras el inesperado cambio gubernamental, nos trasladamos a París, donde Rafael Nadal gana su undécimo torneo de Roland Garròs, algo que no ha consigo ningún tenista en toda la historia de este deporte.
Volvemos a suelo patrio y nos encontramos, tan solo unas horas después, con la sentencia condenatoria del Tribunal Supremo a Iñaki Urdangarin quien, mas que le pese al Rey, es el cuñado de Felipe VI, un personajillo que se quiso pasar de listo por ser el yerno de Juan Carlos I, que se vio obligado a abdicar por las actuaciones poco ejemplares del marido de su hija Cristina, quien por su culpa ya no pertenece a la Familia Real.
Este ladrón de altos vuelos se presentó en un Juzgado de Palma de Mallorca y le han dado un plazo de cinco días para ingresar en la prisión que él elija y en un módulo donde no existan internos conflictivos, como pasa con Bárcenas y otros corruptos del Partido Popular.
Casi sin recuperarnos de la noticia, amanecimos al día siguiente con el cese fulminante del entrenador de la Selección Española de Fútbol, Julen Lopetegui, que la víspera había anunciado su fichaje por el Real Madrid y todo ello a las puertas del Mundial de Rusia, donde ya están concentrados los jugadores, que estrenan seleccionador con un hombre de "la casa" como Fernando Hierro.
Y como guinda del pastel, solo seis días después de tomar posesión, ha dimitido el nuevo ministro de Cultura y Deportes, el periodista Màxim Huerta, por un presunto delito fiscal en su declaración de la renta del año 2017. Ver para creer. Este país no tiene remedio.