06.02.2019 | Redacción | Opinión
Por: Paco Pérez
pacopego@hotmail.com
Un preocupante informe de la Fundación Española del Corazón, dado a conocer estos días, afirma que alrededor de un millón de adolescentes españoles tienen un riesgo importante de sufrir enfermedades cardíacas, como infartos de miocardio o accidentes cerebros vasculares, por el consumo habitual de tabaco y/o alcohol a edades tan tempranas.
Los cardiólogos advierten que muchos jóvenes de nuestro país tienen ya sus arterias envejecidas por esos malos hábitos de consumo y que centenares de miles padecen también hipercolesterolemia (índices elevados de colesterol en la sangre) por una mala alimentación, basada en la ingesta de comida basura, con altos contenidos de grasas monoinsaturadas fatales para el organismo.
La Fundación destaca que la ingesta de alcohol y de tabaco produce la acumulación de ateromas en las arterias del cuerpo y que los jóvenes españoles, con la vitalidad que se disfruta a esas edades, no toman conciencia del verdadero peligro que entrañan esas sustancias y advierte del peligro de padecer problemas cardiovasculares a medio y largo plazo.
El escaso conocimiento del mal que producen en nuestro organismo estos hábitos perniciosos, por lo que sería recomendable, por parte de las autoridades sanitarias, realizar campañas de información sobre este asunto en escuelas y colegios del país para concienciar a los niños y jóvenes de nuestro país del grave daño que produce en su salud el consumo de alcohol y de tabaco, por una parte, y la ingesta de productos alimenticios de mala calidad, como bollería industrial, pizzas, hamburguesas, así como postres, zumos "naturales" y chuches con alto contenido der azúcares.
Estos hábitos están provocando también un aumento significativo del número de personas jóvenes con enfermedades como la diabetes, muy relacionada también con complicaciones cardíacas y otros males que afectan a órganos vitales de nuestro cuerpo.
Cuando se es joven no se tiene una noción clara de los peligros que corremos y, con el transcurrir de los años nos empezamos a dar cuenta de los errores cometidos y ya es demasiado tarde. Siempre se ha dicho que es mejor prevenir que curar. Por eso se hace imprescindible dar a conocer a los jóvenes la información necesaria sobre estos asuntos relativos a la salud.
Es un deber y una obligación de nuestras autoridades, que parecen estar más preocupadas por otras cuestiones.