26.11.2018. Redacción | Opinión
Por: Carlos Alonso Eodríguez
Presidente del Cabildo de Tenerife
La evolución de una sociedad se refleja en las actitudes de las personas que la componen y en los tiempos en los que nos ha tocado vivir nos queda mucho camino por recorrer. Hoy, 25 de noviembre, es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, una conmemoración que lamentablemente viene a demostrar el trabajo que aún queda por hacer para lograr erradicar este mal que se sigue cobrando vidas de manera atroz e injusta.
Es la hora de transformar el silencio que deja cada víctima en un grito unánime de repulsa que se transforme en acciones concretas con un fin común. Quienes estamos al frente de las instituciones debemos afrontar políticas firmes de apoyo a la mujer y por eso, en los últimos cuatro años, desde el Cabildo hemos incrementado más del doble la partida destinada a luchar contra esta lacra. Estamos realizando acciones encaminadas por un lado, a reforzar políticas de igualdad para prevenir la violencia contra las mujeres y por otro, a desarrollar una red de recursos y servicios especializados y estables para responder a las necesidades de las mujeres que viven esta pesadilla de la que no es fácil despertar. Estos recursos y servicios están dirigidos al asesoramiento y al seguimiento de terapias de recuperación para que las mujeres, niñas y adolescentes superen las secuelas producidas por las diferentes formas de violencia de género. Toda esta atención se presta por excelentes profesionales que conforman una unidad específica dentro del Instituto de Atención Social y Sociosanitaria (IASS).
A nadie se le escapa que las políticas de igualdad constituyen también una herramienta básica contra la violencia machista y por eso implantamos una perspectiva de género en todas las áreas del Cabildo y de manera trasversal. El Marco Estratégico Tenerife Violeta es el eje sobre el que pivotan muchas de estas acciones con el fin de intervenir de manera directa en las desigualdades que aún se producen. Con él buscamos comprometer a agentes políticos, sociales y económicos en la aplicación de políticas de igualdad de oportunidades. Lo trabajamos en el deporte, con una iniciativa que pretende fomentar la igualdad de acceso, participación y representación de la mujer en el ámbito deportivo a través de actividades formativas, medidas de estímulo y eventos deportivos. Pero también en la agricultura, a través de un programa para la mujer rural que pretende dar visibilidad a las mujeres profesionales del campo tinerfeño. También incentivamos la contratación de mujeres en nuestro plan de empleo y otras tantas acciones que llevamos a cabo bajo el paraguas de la iniciativa "Estamos con ellas".
La mitad del talento, la capacidad y la potencialidad de Tenerife está en las mujeres. Y como ciudadanas, como profesionales y trabajadoras, el futuro de esta Isla también está en sus manos. Nuestra sociedad es más igualitaria de lo que era, sin duda alguna, pero sigue planteando situaciones de desequilibrio entre hombres y mujeres que muchas veces derivan en situaciones de maltrato y violencia.
Hemos creado un conjunto de normas y procedimientos inspirados en eso que se llama "discriminación positiva", un mecanismo con el que queremos acelerar la equiparación plena de las mujeres a los hombres en la sociedad, acortando los plazos en que se produciría con una evolución natural de un proceso que es ya imparable. Pero queda mucho por hacer.
Ojalá no existiera la conmemoración de este 25 de noviembre. Significaría el fin de esa pesadilla constante que impide a muchas mujeres ver la luz al final del túnel. Todos, desde nuestro entorno más cercano y con nuestras actitudes frente a este mal debemos ayudarles en ese camino hacia la luz. Confío en que ese día no esté muy lejos y pido, en una jornada como la de hoy, un momento de reflexión para que esa pesadilla se transforme en ilusión y optimismo.