30.05.2018. Redacción | Opinión
Por: Paco Pérez
pacopego@hotmail.com
Muchos habitantes de estas Islas, entre los que no me incluyo (ni falta que me hace) han celebrado este 30 de mayo, como se hace desde que se creó esta comunidad autónoma del Estado Español, el famoso Día de Canarias, para conmemorar el aniversario de la constitución del primer Parlamento, allá por principios de los años ochenta del pasado siglo.
Puede parecer un planteamiento muy demagógico, pero hubiera preferido que los cuatrocientos mil euros que se ha gastado el Gobierno de Canarias en celebrar esta fiesta "inventada" se hubiera destinado, por ejemplo, a combatir las bolsas de pobreza que existen en determinadas zonas del Archipiélago.
Como todos los años, Coalición Canaria --que es la expresión política del populismo más basto y ramplón-- a través de las instituciones que gobierna, ha organizado numerosas fiestas para divertimento de los isleños y ha destacado la reunión en el Recinto Ferial --organizada por el Cabildo de Tenerife, con el dinero de todos-- que congregó a cinco mil personas de la tercera edad, la inmensa mayoría partidarios de ATI y de todo lo que represente la farándula del tipismo y del folklore.
Y para terminarla de cagar (perdónenme, por favor, la expresión) a estos inteligentísimos gobernantes no se les ocurrió otra cosa más impresionante que traer a un cocinero de fama universal, como el catalán Ferrán Adrià --que habrá cobrado un elevado caché como chef prestigioso-- para "enseñarnos" cómo se elabora un puchero canario.
Estos "nacionalistas" (sic) canarios piensan, con un complejo ancestral que tienen en sus obtusas mentes, que todo lo "de fuera" es mejor que lo nuestro. Y si hay que gastarse el dinero que sea, pues se gasta.
¡Vivan las fiestas, el vino, la care de cochino y las papas arrugadas¡ Y todos más felices que el carajo de la vela. ¡Qué pena¡ Me gustaría poder celebrar algún año un Día de Canarias "distinto". De verdad.