Tenerife, una isla saturada con enorme presión demográfica

04.02.2023 | Redacción | Opinión

Por: Paco Pérez

pacopego@hotmail.com

La isla de Tenerife está saturada y soporta una enorme presión demográfica, porque su población se ha duplicado en los últimos cincuenta años, lo que representa una impresionante explosión en su número de habitante, superior al millón de habitantes, a los que hay que sumar los cuatro millones de turistas que nos visitan cada año, sin contar los numerosos ciudadanos que nacieron en otras islas de la provincia y que siguen empadronados en sus lugares de origen.

Siempre se ha dicho que no podemos vivir solo del sector servicios y, en ese sentido, se hace necesaria una moratoria turística, porque Tenerife es una isla colapsada y no debemos tener más plazas alojativas de la que actualmente posee y, en su lugar, hay que esforzarse en renovar las instalaciones hoteleras y extrahoteleras.

La mayor isla de este Archipiélago tiene una superficie de poco más de dos mil kilómetros cuadrados y es evidente que está superpoblada, más aún si tenemos en cuenta que son numerosos los espacios naturales protegidos y, en particular, toda la coronal forestal y las cumbres que conforman el Parque Nacional del Teide, lo que quiere decir que no se puede construir, afortunadamente, en alrededor del cuarenta por ciento del territorio insular.
Una prueba evidente de que sufrimos esa saturación poblacional es que "hay gente para todo", que abarrota centros comerciales, que asiste a conciertos y otros eventos culturales, que acude a recintos deportivos, que llena las playas y que acude a otros lugares de ocio, mientras crecen como hongos los supermercados y que está claro que esa expansión de las cadenas de este tipo de comercios (Mercadona, Aldi, Lidl, Carrefour, Hiperdino, Altesa, Spar, etcétera) se debe a que hay demanda suficiente.

Por demás está decir que el tráfico rodado de vehículos terrestres está embotellado en las principales autopistas y vías interurbanas tinerfeñas, porque también ha crecido desmesuradamente el parque automovilístico --sobre todo desde 1980 a esta parte-- y porque los Gobiernos de Canarias y el Insular han mirado hacia a otro lado, particularmente en los más de treinta años que han estado dirigidos por CC, fuerza política dominante en Tenerife durante ese largo periódico, que se comportó más como una enemiga nuestra, favoreciendo descaradamente a Gran Canaria en las importantes inversiones de infraestructura.

La mayor isla necesita con urgencia la elaboración de un plan integral del territorio y el Ejecutivo Autonómico tendría que aplicar necesarias medidas, desde ahora mismo, para frenar el crecimiento desmesurado de su población. Y si es necesario, limitar la estancia de ciudadanos extranjeros no comunitarios y tomar otras decisiones para solucionar este grave problema. No soy ningún experto en la materia, pero algo habrá que hacer, porque vivimos en un espacio muy limitado, a diferencia de otros territorios continentales.

Me da la impresión de que la clase dirigente está escondiendo la cabeza, como las avestruces y, aunque sea una exageración, aquí terminaremos "comiéndonos unos a otros". Sin duda se trata de una hipérbole, pero piensen el futuro de nuestros descendientes.

 

Imagen de archivo: Paco Pérez González

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