26.09.2018. Redacción | Opinión
Por: Paco Pérez
pacopego@hotmail.com
La mayor isla del Archipiélago es un verdadero caos por culpa de unos gobernantes ineptos, irresponsables, que son además unos presuntuosos y que se privan por salir en los papeles, en la televisión autonómica y hablando todos los días por las emisoras de radio afines a Coalición Canaria, para resaltar sus logros y hazañas.
Tenerife se ha convertido en un caos, como digo. Con la apertura del curso académico en la Universidad de La Laguna, el pasado lunes, han vuelto los atascos y las colas a la autopista del norte (TF-5), con el consiguiente cabreo de las decenas de miles de conductores que se dirigen desde el interior de la Isla a la zona metropolitana a primeras horas de la mañana.
Aparte de las lógicas molestias y de los retrasos, tenemos que hablar de la enorme pérdida de tiempo, el sobregasto impresionante en gasolina y el daño psíquico que estos atascos producen en las personas: estrés, ansiedad, impotencia, desesperación y todo lo que ustedes quieran añadir.
Esto es una absoluta tomadura de pelo del Cabildo, cuyo presidente ha apostado porque la gente coja la guagua y el tranvía por el "módico" precio de 47 euros al mes. La medida no es mala, pero no va a resolver el problema principal de la movilidad de las personas en la Isla.
No son solo los atascos en el área de Santa Cruz-Laguna, sino que también se producen importantes retenciones todos los días en la vertiente sur, especialmente en la zona de Adeje y Arona, en las cercanías del área turística más importante del Archipiélago.
Los habitantes de esta Isla estamos sufriendo un calvario insoportable y nos obligan a prever con mucha anticipación el traslado a un aeropuerto para coger un avión o a un hospital para una cita médica.
¿Y qué hace CC y sus dirigentes? Tirar balones fuera. La culpa de todo es de Madrid, del Gobierno de Pedro Sánchez y de su ministro Ábalos, porque Fomento no firma el tan traído y llevado convenio de carreteras. ¡Qué bien¡ Cuando el anterior presidente insular, Ricardo Melchior, se empeñó en construir la red del tranvía, las obras se ejecutaron en un tiempo récord. ¡Qué casualidad¡
Carlos Alonso debería tener la suficiente vergüenza como para dimitir ya. Lo mismo que el presidente Clavijo, que parece estar en la inopia y que ha aprobado estos días una partida de un millón de euros para renovar la flota de coches de lujo del Gobierno de Canarias. Ellos se trasladan en vehículos oficiales de alta gama, con chófer, aire acondicionado y tal vez con min-bar y el pueblo llano, ajo y agua. ¡Váyanse al carajo¡
Otro día les comento otra tremenda tomadura de pelo: el de las aguas residuales. Habrán visto, supongo, el vertido de mierda el otro día en la dársena de La Hondura, en Santa Cruz. Increíble.