23.07.2018. Redacción | Opinión
Por: Paco Pérez
pacopego@hotmail.com
Con el título de Stop al "viejismo", he recibido estos días un mensaje por washap, cuyo contenido me ha parecido muy interesante, motivo por el cual reproduzco íntegramente:
"La generación actual de mayores hemos luchado en nuestra Juventud y madurez por causas justas y dignas... Por la paz y la democracia, por la igualdad de las mujeres, para eliminar el racismo... Y ahora, de nuevo, somos nosotros quienes tenemos una revolución pendiente.
No debemos asumir que la Real Academia de la Lengua Española incluya en la definición del término vejez "achaques, manías y actitudes propias de la edad de los viejos".
No debemos aceptar que el Fondo Monetario Internacional considere que las personas mayores somos un problema y una amenaza para la economía, que vivimos demasiado, y que hay que acabar con eso, y ya, porque es un riesgo.
¿Qué harán con nosotros?
No debemos permitir que solo se nos asocie con: carga social, deterioro físico, inutilidad, aislamiento, dependencia, enfermedades, mala memoria, analfabetismo digital, nietos, bailes de salón...
Y no queremos una segunda juventud, esa etapa ya está superada. Ahora está en nuestras manos vencer el VIEJISMO, romper con los estereotipos y cánones de la vejez.
Sí a hacerse mayor, entendido como cuidarse, activarse, volver a enamorarse, descubrir, hablar de derechos o construir nuevos sueños.
Sí a estar orgullosos de nuestra edad y de haber llegado hasta donde hemos llegado.
Sí a mantenernos concienciados socialmente y preocupados por la incertidumbre política y las injusticias del presente.
Formamos un grupo numeroso y heterogéneo, somos personas diferentes entre sí, y con necesidades diferentes.
Eso sí, nos unen: serenidad, experiencia, sabiduría, respeto, independencia, tranquilidad, templanza, coraje y fuerza.
Bernard Shaw, dramaturgo y premio Nobel, decía que no dejamos de jugar porque nos hacemos viejos; envejecemos porque dejamos de jugar.
Una sociedad lúcida y avanzada debe dar protagonismo a las personas con más experiencia y conocimientos, y ofrecerles oportunidades para que sigan activos.
¿Mi edad? ¡Qué importa¡ Tengo los años necesarios para no tener miedo y hacer lo que quiero y siento".
Un texto, sin duda, muy bonito y entrañable, que suscribo plenamente. ¿Y ustedes, queridos lectores? Creo que nos estamos deshumanizando más de la cuenta, cuando nuestra sociedad tradicional siempre respetó y adoró a sus mayores. En fin...