19.02.2019 | Redacción | Opinión
Por: Paco Pérez
pacopego@hotmail.com
Todos los 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, también llamado Día Internacional de la Mujer tras ser institucionalizado por decisión de las Naciones Unidas en 1975,? que celebra la lucha de la mujer por su participación, en pie de igualdad de oportunidades muchas veces menores ante las del varón, en la sociedad y en su desarrollo íntegro como persona.
La primera celebración del Día Internacional de la Mujer se realizó el 19 de marzo de 1911 en Europa, específicamente en los países de Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, y su conmemoración se ha venido extendiendo, desde entonces, a otros países y continentes.
En 1972 la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 1975 como Año Internacional de la Mujer? y en 1977 ?invitó a todos los Estados a declarar, conforme a sus tradiciones históricas y costumbres nacionales, un día como Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional.
Esta es la historia, descrita brevemente, de ese día especial y, aunque sospecho de que las siguientes líneas de este comentario pueden invitar a la polémica, me gustaría dar mi opinión sobre cómo se ha desvirtuado el objetivo de esa jornada dedicada al género humano femenino.
Cierto es que las mujeres han sido tradicionalmente marginadas en una sociedad muy machista. Eso, a estas alturas del siglo XXI nadie lo puede poner en duda. Y también es verdad que se ha avanzado bastante, aunque aún no lo suficiente, en la lucha por la igualdad entre varones y hembras, pero creo que determinados grupos radicales de feministas aprovechan estas celebraciones para manifestarse desde una especie de "rencor retroactivo", puede que hasta comprensible (sic), pero expresado con reacciones y declaraciones de odio hacia los hombres actuales, como si los que vivimos actualmente tuviéramos culpa del pasado. Y no es eso, queridas chicas.
Ojalá hubiéramos evolucionado más hacia la equidad de derechos e igualdad entre ambos sexos y que no tuviéramos que celebrar una jornada específica, a nivel mundial, como Día Internacional de la Mujer, pero es lo que hay. Mas les advierto que, como varón que soy, no me siento en absoluto culpable de la marginación histórica de las féminas y me parece que ese odio hacia el sexo masculino por parte de determinadas feministas no tiene ningún sentido. Claro que no.