19.11.2018. Redacción | Opinión
Por: Paco Pérez
pacopego@hotmail.com
Siempre he sido favorable a que la sanidad sea pública, universal y gratuita, de la que ciertamente no tengo ninguna queja, porque funciona relativamente bien en nuestras Islas, a pesar de tener unos gestores políticos tremendamente deficientes, lo que mucha veces se contrapesa con el esfuerzo humano de un personal muy sacrificado, con unas plantillas profesionales escasas.
De hecho, médicos, enfermeras, técnicos, administrativos, auxiliares y demás empleados del Servicio Canario de Salud están saturados de trabajo y existen de hecho muchas deficiencias, pero la Sanidad pública cumple una función social imprescindible.
Muchas personas eligen seguros médicos (caso de los funcionarios de la Administración General del Estado, como docentes, policías y otros empleados públicos) porque entienden que la Sanidad privada es mejor, cuando eso es rigurosamente falso.
Igual otras personas se gastan sus dineros en contratar seguros de compañías privadas, que en realidad no tienen listas de espera para que sus pacientes sean atendidos por médicos especialistas y, en caso de ingreso en una clínica los pacientes pueden estar acompañados por las noches de su pareja o de otro familiar cercano.
Todo lo pintan muy bonito, pero las apariencias engañan. A los especialistas las compañías de seguros les pagan cuatro perras por consulta y en los centros que no son públicos no hay especialistas de guardia las 24 horas del día, como en las urgencias de los hospitales públicos, y --por supuesto-- los cubículos de vigilancia intensiva en las clínicas, en muchos casos, no cumplen con los exquisitos mínimos exigibles.
Hay que tener en cuenta que los empresarios de la Sanidad privada no son hermanas de la Caridad y si han invertido su dinero en el sector es para ganar dinero, cosa que no ocurre en la Sanidad pública, cuyo principal objetivo no es de rentabilidad económica, sino de atención a la salud de los pacientes por encima de los costes que cualquier dolencia pueda representar.
No se fíen de las apariencias externas...
Les voy una contar una anécdota sobre la sanidad privada, que la he vivido en propia persona. Hay un centro de rehabilitación en Santa Cruz de Tenerife, concertado con el SCS, el que te obligan a usar varias veces material de un solo uso desechable.
En concreto, me refiero a las sábanas de papel que te ponen cuando tienes que estar en una camilla. En este centro te indican que te lleves la sabanita de papel a tu casa y que la vuelvas a llevar en la próxima sesión. Pues sí que ahorran en la sanidad privada.