Paco Pérez31.05.2017. Redacción / Opinión
Por: Paco Pérez
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Se cumple estos días el sesenta aniversario de un hecho muy destacable en la historia de la automoción en nuestro país, porque se conmemora el cumpleaños de un revolucionario coche utilitario español, el SEAT 600, también llamado simplemente "Seiscientos" y popularmente como "Seílla" o "Seíta" o rebautizado por muchos de sus propietarios con los más diversos nombres, casi siempre diminutivos, por el reducido tamaño del modelo, de cuatro plazas.
El 600 fue una copia exacta del modelo original de FIAT, la tradicional fábrica italiana de automóviles, que se empezó a fabricar en la fábrica de SEAT en España a partir de 1957, en plena etapa de desarrollismo económico del régimen franquista, durante la dictadura presidida por aquel general golpista gallego.
El coche original fue diseñado por el ingeniero trasalpino Dante Giacosa y el primer modelo fue presentado en sociedad en el Salón Internacional del Automóvil de Ginebra en 1955.
Fue en realidad un utilitario muy querido por los españoles de la época, al haber sido el primer coche de su vida para centenares de miles de ciudadanos, que pudieron adquirirlo entre los años 57 y 73 del siglo pasado por un precio relativamente asequible para la época.
Las primeras unidades fabricadas en España se vendieron por una cantidad que hoy parecería irrisoria, unos 390 euros, es decir unas 65.000 pesetas de entonces, una cantidad importante pero posible financiarla a plazos por parte de la clase social media, con lo que se empezó a popularizar el uso del transporte en coches privados. El primer 600, que data de diciembre de 1957 llevó la matrícula de la provincia de Madrid M-184.018.
La venta de este popular automóvil empezó a decaer a principio del decenio de los setenta, por la irrupción en el mercado nacional de competidores de otras marcas, como la francesa Renault, con su modelo "5", que ofrecía mejores prestaciones, mayor potencia en el motor y, sobre todo, una estética más moderna.
La producción del "Seíta" finalizó el 3 de agosto de 1973. Hasta ese día se habían fabricado en la factoría barcelonesa de la Zona Franca de la ciudad condal un total que casi alcanza las ochocientas mil unidades.
El "Seiscientos" tenía un motor de cuatro cilindros en línea, con consumo de gasolina de 86 octanos y una capacidad de 633 centímetros cúbicos. Poseía transmisión trasera, con cambio manual de cuatro velocidades y una potencia de 21,5 CV a 4.600 revoluciones por minuto, con frenos de tambor en las cuatro ruedas.
Se calcula que aún se conservan en nuestro país unas cinco mil unidades de este modelo, muy codiciado por coleccionistas y nostálgicos del motor, que los guardan como oro en paño y que solo salen a las carreteras en muy contadas y excepcionales ocasiones.
