24.11.2016. Redacción
Por: Ángela Molina Calzadilla.
Selección de poemas de Aclaratoria (Bid&Co, 2015)
LAS HEMBRAS
Las hembras paren a sus hijos y entierran a sus maridos.
Después se mueren sin lamentarse,
con una comprensión que lo abarca todo.
No se rompen, se secan las lágrimas que saltan y siguen adelante.
Las impulsa la vida, no saben hacer más.
Las hembras desean, devoran, protegen,
lamen las heridas de los otros, nunca lamen las propias.
Desgarran la carne con las uñas, gritan con gemidos que atraviesan paredes,
atrapan con brazos y piernas, aspiran los aromas hasta el último aliento.
No abandonan: se desinteresan, genuinamente.
Quieren comerse el mundo en cada hombre,
echan un hombre al mundo en cada parto.
Viven, intensamente, y no esperan.
Escuchan las largas sinrazones de los que lo esperan todo.
Sonríen, a veces, con indulgencia.
Se exasperan, únicamente por sus hijos,
piensan que todavía hay algo por hacer, algo que pueden salvar.
No se creen fuertes, (lo son, sin saberlo).
Lo esencial las diluye y las seduce.
Hacia allá se dirigen.
ÉL
Dios es el Supremo Amante
Perdona toda infidelidad
GENÉTICA IMPRUDENTE
Mi padre, el inmigrante,
descifraba problemas de química en su pizarra
Mi abuelo, el agricultor,
despedazaba plátanos a los ojos de sus hijos
Mi bisabuelo, el socialista,
daba a elegir entre abogado y soldado
Mi tatarabuelo, el indiano,
sólo quiso ver el campo
antes de morir
Yo, que no heredé valentía,
quiero bailar
sobre las piedras de sus tumbas
y conjurar la alegría
PADRE
Llueve en mis huesos
la suave brizna
del pueblo de Teror
Late en mis venas
la espesa sangre
que me legaste
En el espejo te busco
y no te encuentro
Te he perdido
No soy
CERTIDUMBRE
No estoy sola
Me acompañan los que me precedieron
en sus tumbas
El mar es una puerta