07.08.2018. Redacción | Opinión
Por: Paco Pérez
pacopego@hotmail.com
Como afirma el viejo refrán castellano, se descubre antes a un mentiroso que a un cojo, porque las mentiras suelen tener un recorrido muy corto.
No sé que manía les ha entrado a muchas personas de engordar falsamente su propio currículo -- esto es el resumen de su experiencia académica y profesional--, con el fin de presumir de algo que no es verdadero.
Pienso que cada persona tiene su propio historial real y no se tiene porqué falsear datos, títulos, estudios y conocimiento de otros idiomas, por ejemplo.
Algunos personajillos, entre los que destacan determinados políticos de cualquier signo, han engordado artificialmente sus merecimientos y así hemos visto cómo un supuesto máster (al que, al parecer, ni asistió de forma presencial en las aulas universitarias) ha terminado hace unos meses con la carrera política de la ya ex-presidenta de la Comunidad de Madrid y antigua delegada del Gobierno en la capital española, Esperanza Cifuentes, de quien también se difundió un vídeo en el que se veía claramente cómo se metía a escondidas en su bolso unas cremas de estética en un establecimiento comercial, sin pasar previamente por caja.
Ahora le ha tocado el turno al flamante nuevo presidente nacional del Partido Popular, Pablo Casado, que supuestamente tampoco realizó un máster que figuraba en su currículo, lo que puede comprometer seriamente su futuro al frente del principal partido de la oposición, porque la fiscalía ha elevado su imputación al Tribunal Supremo, al ser parlamentario y estar aforado. ¿Qué necesidad tenía este hombre de presumir de algo que no hizo?
Conozco a algunos amigos sin estudios superiores, que han puesto en sus currículos que realizaros estudios universitarios en tal o cual especialidad y aunque no especifican que obtuvieron el título de licenciados, la verdad es que nunca pasaron, ni de visita, por la ULL por ejemplo o solo aprobaron una o dos asignaturas del primer curso de una carrera. Y ya se sabe que las medias verdades se convierten en las peores mentiras. Y eso.