11.10.2017. Redacción / Opinión
Por: Paco Pérez
pacopego@hotmail.com
Digan lo que digan muchos fachas --todavía hay muchos en este país--, que los descalifican en cuanto tienen la más mínima ocasión, los líderes de la derecha moderada, Albert Rivera (Ciudadanos), y de los socialistas, Pedro Sánchez (PSOE) parecen ser los más sensatos para intentar resolver el asuntos catalanista.
Ambos políticos, que son constitucionalistas, como Rajoy y el PP, han apoyado al presidente del Gobierno para poner en marcha la aplicación del artículo 155 de nuestra Carta Magna de 1978, como era de prever, con el requerimiento a Carles Puigdemont para que conteste si ha declarado o no la independencia de Cataluña, basada en un Estado en forma de república.
La cabeza visible de Ciudadanos lo que pretende con la aplicación del 155 es hacer que se cese a Puigdemont y se convoquen inmediatamente elecciones autonómicas en Cataluña, mientras que el secretario general del Partido Socialista ha apoyado lo acordado en el Consejo de Ministros, a cambio de que, en el plazo de seis meses, se aborde la reforma de nuestra Constitución, con el fin de suavizar las tensiones existentes entre el Estado y varias comunidades autónomas.
Tanto los naranjas como los rojos les han dicho a los azules que la Carta Magna ha de ser revisada, especialmente en el Título VIII, referente al concepto y a la composición de España, con sus distintas comunidades y regiones. Ese debe ser el centro del debate político, que siente las bases futuras de la relación de la Administración central con las diecisiete comunidades autónomas, por lo que parecen más que razonables las aspiraciones de Rivera y Sánchez.
El Parlamento ha de coger el toro por los cuernos y, al margen de las incompresibles aspiraciones de una manada de secesionistas en Cataluña, se debe confeccionar una Constitución más acorde con los tiempos actuales. Creo que asoma algo de sensatez en el panorama politico, y eso, por lo menos, es bueno, porque se abre una nueva puerta a la esperanza. Y eso.