18.03.2019 | Redacción | Opinión
Por: Paco Pérez
pacopego@hotmail.com
Debemos redescubrirnos, sin duda. La vida, lo más valioso que tenemos los seres humanos, es demasiado fugaz, el tiempo pasa muy deprisa y, sin apenas darnos cuenta, nuestra existencia se acaba en un instante y cuando realmente empezamos a ser conscientes del tránsito terrenal, o como quieran llamarlo, empezamos a entender que perdemos tontamente la propia vida anhelando solo cosas materiales.
No es conveniente generalizar, porque no todos somos iguales, pero cada vez noto a mis semejantes más egoístas, mucho menos solidarios. Idolatramos estúpidamente el dinero, como si poseer una cantidad abundante conllevase en sí misma la felicidad en este mundo, y estamos completamente equivocados, porque ser adinerado puede contribuir a una mayor calidad de vida individual, en cuanto a bienes y servicios, pero poco aporta a los sentimientos intrínsecos del ser humano.
Vivimos en una civilización cada día más individualista y estamos perdiendo --con honrosas excepciones de una minoría bondadosa-- valores tradicionales e identificativos nuestros, hemos aprendido a "no querer" y también a "mal querernos" nosotros mismos y a ser cada día más hipócritas, a demostrar ser lo que no somos, a sostenernos en las apariencias, pero hemos dejado de querer sin esperar o pedir nada a cambio.
No puede ser que nos rijamos solo por el "tanto tienes (en bienes materiales), tanto vales". Es absolutamente necesario volver a descubrirnos y recuperar con urgencia tantos valores humanos como tenemos olvidados: el honor, la honradez, la nobleza y, sobre todo, la bondad y el amor. Cada día conozco a más personas con mucha falta de cariño. Y eso es un síntoma de que nos hemos desviado de la ruta correcta. Ojalá retomemos el rumbo adecuado y nos sintamos orgullosos de ser humanos.