04.04.2019 | Redacción | Opinión
Por: Paco Pérez
pacopego@hotmail.com
Como cualquiera de ustedes, tengo numerosos recuerdos cinematográficos. Siempre me encantó el llamado "séptimo arte", especialmente las comedias románticas, las de acciones bélicas, las de aventuras, los grandes western, las de ciencia ficción y los más variados géneros de la gran pantalla. Desde el cine mudo, con Buster Keaton o Charles Chaplín, hasta nuestros días.
He hecho tantas cosas dentro de mi oficio como periodista, que también fui crítico de cine en el vespertino diario "La Tarde", a finales de los años setenta, junto al gran e irrepetible José H. Chela, un "máquina" --como dicen ahora-- que fue actor y guionista cinematográfico. Ello me permitió entrar gratis, con mi novia de entonces, a todas las salas de cine de la capital chicharrera.
Recuerdo con mucho cariño la única película que pude ver junto a mis padres cuando era niño, porque mi padre falleció prematuramente, antes de cumplir los sesenta años de edad. Era yo un crío, pero me acuerdo perfectamente del título del filme, una divertida comedia americana que se titulaba "El mundo está loco, loco, loco¡ y que se proyectó en La Laguna en el Coliseum, en la calle Candilas a finales de los años sesenta.
En ese mismo local --cercano a la Iglesia de la Concepción--, que luego fue sala de fiestas y en el que se pretendió instalar un tanatorio hace años), también se estrenaron películas multitudinarias de espectadores, como "Los cañones de Navarone" o "El puente sobre el río Kwai", filme este del que todos los espectadores salían tarareando o silbando la banda sonora de la cinta.
También recuerdo como si fuera hoy mismo las grandes colas que se formaron para poder ver "Helga" , una película que pasó la censura franquista y que llamó mucho la atención de la ciudadanía, aunque sólo se trataba de un documental sueco sobre la evolución de un embarazo y su desenlace, en que se exponía con toda su crudeza, la realidad de un parto.
Aunque parezca increíble, las autoridades provinciales dispusieron que se apostaran sendas ambulancias en los cines Numancia y Tenerife, donde se hicieron los pases, porque hubo decenas de espectadores que llegaron a desmayarse al ver las imágenes del alumbramiento y los chorros de sangre, aunque la cinta creo que era en blanco y negro, como ls escenas de "Psicosis" en el apuñalamiento de la protagonista en la bañera, una obra maestra del inolvidable Alfred Hitchcock, un genio irrepetible en la historia del cine.
Otra película que congregó a miles de espectadores en Santa Cruz (Greco) y La Laguna (Coliseum) fue "Un millón de años", protagonizada por la exuberante Raquel Welch, con un cuerpo espectacular, película que fue rodada en los parques nacionales canarios de Las Cañadas del Teide y de Timanfaya.
No me puedo olvidar, en este improvisado y rápido repaso, de "E.T.", el Extraterrestre, estrenada también en el cine "Greco" que fue propiedad de Ñito Lecuona, como el cine Rex, dos salas muy importantes de la capital tinerfeña. Creo que la cinta de Steven Spielberg batió records de permanencia en cartelera.