17.06.2018. Redacción | Opinión
Por: Casimiro Curbelo
Presidente del Cabildo de La Gomera y portavoz de ASG
Cuando se quiere, se puede. Los grupos políticos del Parlamento de Canarias hemos podido llegar a un acuerdo de bases sobre la delicada situación que vive Radiotelevisión Canaria. Hemos decidido la reforma de la actual ley y hemos consensuado nombrar un administrador único para resolver, de forma excepcional y temporal, la grave situación del servicio, que podría llevar a su suspensión.
Es verdad que este acuerdo llega muy tarde. Se podrá decir, a modo de consuelo, que más vale tarde que nunca, pero hubiéramos ahorrado muchas incertidumbres a muchas familias si ese consenso para buscar una salida al proyecto de la televisión canaria se hubiese conseguido hace más tiempo.Para Agrupación Socialista Gomera el futuro de RTVC es importante por muchas razones. Para empezar, por las casi trescientas familias que viven directamente del trabajo que genera esta actividad. Se trata de trabajadores de la industria audiovisual, un sector de nuevas tecnologías que se ha desarrollado en unas islas donde precisamente de lo que adolecemos es de este tipo de empresas. Sería un gravísimo error que perdiéramos la posibilidad de que nuestros jóvenes, nuestro talento creativo, tengan un espacio en donde desarrollar todo su potencial. Y por otra parte, en un Archipiélago como el nuestro es esencial contar con un medio de carácter público que sea capaz de contarle a todos los ciudadanos lo que ocurre en cada rincón de su tierra, de llevarle las imágenes de su cultura, de sus tradiciones, de sus fiestas y de su vida. La labor innegable que realizan las delegaciones de TVE Canarias y Antena 3 TV —una labor que nunca será suficientemente reconocida— tiene que completarse con una televisión íntegramente dedicada en sus contenidos a la realidad de nuestra tierra.
ASG está hoy y ha estado siempre por la defensa de un modelo de televisión diferente. Una televisión que apueste por una mayor presencia en todas las islas, que atienda la necesidad de una programación regional, para formar la conciencia de que pertenecemos a un solo pueblo, pero que se ocupe también de presentar adecuadamente lo que ocurre en cada una de las islas. Como no podía ser de otra manera, la televisión, con el paso de los años, ha seguido la deriva del tradicional “centralismo canario”, concentrado su actividad en las dos grandes capitales y olvidando a las restantes islas. Y lo ha hecho desde el punto de vista de sus estructuras y de su contenido informativo. Todo eso debería ser cambiado para que todos los canarios seamos atendidos y representados por igual en un medio que es de todos.
Pero lo fundamental, en estos momentos, es tomar decisiones de urgencia. Nuestra televisión atraviesa una complicada situación con un contrato de servicios informativos agotado, con incertidumbres jurídicas y sin una adecuada dirección. Para salir de esta situación hace falta, con urgencia, que un responsable tome las riendas y ponga de nuevo en una situación de normalidad la gestión del servicio público. Con el nombramiento de este administrador, el Parlamento ha dado un paso importante en el compromiso de rescatar la televisión canaria del desastre.
Como representantes de La Gomera y de todos los canarios, los diputados de ASG vamos a estar de forma incondicional al lado de los trabajadores de la televisión canaria y de su futuro. Porque su futuro es, en buena media, el de todos nosotros. Tenemos jóvenes directores de cine que han triunfado por el mundo desde Canarias. Tenemos cada año productoras que vienen a rodar sus películas a nuestras islas. Toda esa industria, junto a las productoras locales, constituyen una punta de lanza de un sector de ocio, entretenimiento y cultura que se encuentra en plena expansión por todo el mundo. Ni podemos ni debemos dejar pasar ese tren.
Por muchas razones, RTVC debe sobrevivir. Y debe hacerlo como un servicio público comprometido con la vida de los ciudadanos de estas islas. Para ASG constituye un rayo de esperanza que los grupos políticos hayan sido capaces de superar sus diferencias e intereses particulares para entender que ahora lo importante es salvar el principal medio público canario.