21.04.2020 | Redacción | Opinión
Por: Manuel Romero Hernández
Ayer me preguntaron por qué parar la economía por el confinamiento produce crisis, si en realidad lo único que pasa es que estoy posponiendo mi gasto a otro momento del tiempo. Argumentaron, los bares en Madrid cierran en agosto y a nadie le pasa nada. Mi respuesta fue: bueno la diferencia es que los clientes se van a los bares de la costa y de la montaña que sí se mantienen abiertos, y al mes siguiente los empleados y dueños de esos bares vienen a Madrid y Barcelona a consumir servicios y devuelven el dinero. El dinero sigue circulando y cambiando de manos, esa es la clave.
Lo que quería decir mi amigo es: lo que no voy a consumir ahora lo voy a consumir más tarde, con lo que en el computo anual no debería pasar nada. La economía no se vería afectada si todos tuviéramos ahorros suficientes para subsistir durante el confinamiento. Si una vez acabado el confinamiento, después de las 8 o 12 semanas que se baraja puede durar, salimos todos a la calle y gastamos y producimos lo que no hemos hecho antes en un día no hay problema, se recupera todo. Pero la economía no es una ola que rompe en la orilla e inunda la playa. En primer lugar porque no se puede recuperar la inactividad de 8 o 12 semanas en un día. Recuperar esa actividad lleva tiempo, y porque al final del camino la demanda no llegará a ser la misma que la se hubiera acumulado si no hubiese habido confinamiento. La razón es porque muchas personas no tienen esos ahorros y su situación económica se bloquea. Por eso es determiante que desde el primer día el gobierno sea ágil en poner dinero en manos de las personas que no tienen esos ahorros. De esa manera el recorte en la demanda, durante, y al final del confinamiento se minimiza.
La economía no es una ola, se parece más a una lavadora, deseablemente a bajas revoluciones para mantenerla controlada. Este es el enlace a un vídeo de la campaña del partido laborista británico que ayuda a entender como la circulación del dinero genera riqueza.
Si se para la economía y no hay ahorros suficientes se genera el problema porque comienzan los impagos. Por eso la estrategia en este shock de demanda es asegurar que todas las personas puedan tener liquidez para que la cadena no se rompa. Liquidez para hacer pagos que no pueden esperar porque ese pago es el que le permite al que lo recibe que tampoco tiene ahorros comprar su comida o pagar su alquiler.
Poner dinero en manos de los ciudadanos no tiene que ser a fondo perdido. El dinero público no cae del cielo, ni es algo abstracto. El dinero lo generamos con nuestro trabajo, es la materialización de nuestro esfuerzo. Una parte nos la quedamos nosotros, y otra la destinamos a la financiación de los servicios públicos. La manera de transferir ese dinero es mediante los impuestos. Por tanto, si damos dinero a fondo perdido serán más horas de trabajo. Para muchas personas es solo una cuestión de liquidez no de falta de capacidad de trabajo, tendrán capacidad para devolverlo en el futuro. Es posible ser selectivo para las personas que realmente no consiguen generar rentas en el futuro, para ellos sí puede convertirse en fondo perdido.
Hay que entender que ssa transferencia que hace el gobierno, y que genera endeudamiento público, si adopta la forma de préstamo a devolver en el futuro, también reduce la deuda pública en el futuro. Lamentablemente nuestro país se financia de los mercados financieros internacionales y el endeudamiento público se mira como un riesgo que eleva los tipos de interés que nos obligan a pagar para adquirir nuestra deuda pública.
La economía también también tiene similitudes con la navegación a vela, su capacidad de aceleración es lenta cuando se para. Efectivamente si la economía se para, terminará por recuperarse y el agua llegará a todos con el tiempo para calmar la sed de bienes y servicios. La clave, que puede convertirse en un problema es lo que tarda en llegar, porque durante ese tiempo las personas lo pueden pasar mal, sufrir y quedarse con secuelas de las que no se recuperarán nunca por las características de nuestro sistema. La Crisis del 2008 generó que en España muchas personas perdieran su casa porque no tenían liquidez para pagar su hipoteca en ese momento del tiempo que el banco se lo exigió. Usura, porque los bancos tenían barra libre del Banco Central Europeo para surtirse y seguir ganando y podían haberla demorado. Criminal, porque muchas personas perdieron sus casas y por las características de la legislación en España mantuvieron una deuda con el banco que los ha dejado bloqueados económicamente de por vida. Y también con el sistema público, por los impagos a la seguridad social y sus intereses usureros que no ceden a las circunstancias de las personas. Esto ayuda a entender por qué en nuestro país el nivel de confianza estan bajo, está relacionado con la calidad democrática acumulada, con la inclusividad de las políticas públicas. Populismo y confianza también son variables correlacionadas.