Podemos se descompone, por culpa de Pablo Iglesias

27.01.2019. Redacción | Opinión

Por: Paco Pérez

pacopego@hotmail.com

Siguiendo la tradicional desunión de las izquierdas de este país, la fuerza liderada por Pablo Iglesias, que es Podemos y sus mareas y sus agrupaciones similares en otras regiones españolas, parece que se descompone, tras la fuga de dos de sus figuras emblemáticas, Iñigo Errejón, al que le han hecho la vida imposible dentro del partido, y Ramón Espinar, por desavenencias con la dirección estatal de esta opción política.

Cierto es que la cualquier organización de este tipo tiene que regirse por una férrea disciplina, porque la unión entre militantes y simpatizantes con la dirección debe prevalecer si se quiere triunfar más tarde o más temprano, pero Pablo Iglesias ha cometido el grave error de querer conducir a los suyos "manu militari", sin aceptar siquiera algunas corrientes de opinión distintas en el seno de Podemos, y él mismo, como egocéntrico y vanidoso que es se está cavando su propia tumba, con la colaboración inestimable de su mujer, Irene Montero, a la que también hay que echar de comer aparte.

El matrimonio del casoplón, que se ha negado incluso a que los policías que vigilan su chalet tengan una garita donde guarecerse en pleno invierno, ha querido imponer sus criterios sin contar con los demás dirigentes de este populista partido, que dice amar la revolución social, mientras la pareja Iglesias-Montero no predica con el ejemplo de llevar una viuda sin lujos y a la que, por lo visto, no le gusta vivir en un barrio de clase media, porque debe ser que tienen alergia a los asalariados y a la gente normal y sencilla.

Podemos nació como respuesta popular a un descontento con los gobiernos del Partido Popular y creo que no ha sabido responder a los anhelos y aspiraciones de sus votantes, porque se ha entretenido en montar el espectáculo, a dar la nota borde en el Congreso de los Diputados y en intentar dirigir, desde fuera, el Gobierno de Pedro Sánchez, a quien chantajean y condicionan de manera perseverante y notoria.

Pablo Iglesias, muy a pesar de la progresía española, está decepcionando a sus votantes naturales, entre los que se encuentran miles de jóvenes ambiciosos que buscan un mundo mejor y más igualitario y que se han desilusionado con muchas propuestas de Pablo Iglesias, que ha hecho muchas cosas que criticaba antes de ser parlamentario. Así se escribe la historia de esta izquierda populista de nuevo cuño. Es una auténtica pena, porque Podemos se descompone y este país siempre necesitará a unos políticos que vigilen y controlen los desmanes de una derecha rancia que sólo piensa en beneficiar a los ricos y poderosos.

Imagen de archivo: elperiodico.com | CEDIDA

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