14.12.2016. Redacción.
Por: Mari Carmen García Mora
Psicóloga Sanitaria
Colegiada T-1412
Cuando llega diciembre, nos envuelve la “magia de la Navidad”. Una magia que para los adultos puede convertirse en una auténtica pesadilla de compras y celebraciones, pero que para los niños representa ilusión, magia, vacaciones, regalos, en definitiva, una época tan esperada o más que las vacaciones de verano.
Independientemente de las creencias religiosas o incluso de las condiciones económicas, todos los padres queremos ver felices a nuestros hijos y más en estas fechas.
¿Y es aconsejable para los niños “creer esta mentira”?
Los niños creen firmemente en Papa Noel y en Los Reyes Magos. La verdad es que Papa Noel se ha introducido en nuestras costumbres desde hace poco tiempo por la influencia de los medios de comunicación ya que sólo en España y los Países Latinos se celebra la llegada de los Reyes Magos. Eso repercute en que nuestros niños tengan dos momentos de “magia y regalos” (25 de diciembre y 6 de enero), aunque es el día de los Reyes Magos el más que se celebra.
Y esto sucede por dos motivos principales: la influencia de nuestra cultura que intenta “conservar la inocencia” de los niños, (y no entraremos hablar aquí de la capitalización de esta ilusión); y porque los niños creen hasta cierta edad firmemente en lo que los padres le dicen.
Hasta los 6 o 7 años los niños desarrollan un pensamiento “mágico” un pensamiento que no está regido por las premisas comunes de la realidad, sino por las percepciones particulares de su mundo emocional. Por ello el niño cree en monstruos y fantasmas como en súper héroes porque sus emociones así se lo indican. En un principio no tienen la menor idea de que algo pueda ser mentira, si alguien mayor que él o un adulto se lo cuenta.
El niño entre 7 y 12 años desarrolla un pensamiento formal y más concreto, desaparece ese “pensamiento mágico”, aunque su realidad sigue dependiendo de su experiencia inmediata, ya que todavía no han desarrollado el pensamiento abstracto que le permitirá hacer abstracciones de la realidad. Es una etapa de transición entre la niñez y la adolescencia. Siguen creyendo en súper héroes y fantasmas, en Reyes Magos y Papa Noel, pero empiezan a cuestionar la opinión de los adultos y a fijarse más en lo que opinan sus amigos.
Hay padres que prefieren decir la realidad a sus hijos desde pequeños porque opinan que es mantenerlo engañados y que así les evitaran sufrir futuras decepciones.
Otros padres prefieren que los niños sigan manteniendo esa “ilusión” el máximo tiempo posible, ya que entienden que no creer en este tipo de cosas significa el fin de la infancia.
¿Qué dice la psicología sobre este tema?
Primero tendría que señalar que no existen estudios científicos sobre este tema, sobre cómo influye en los niños y en su posterior desarrollo la creencia o no en mitos que están presentes en nuestra cultura.
Está claro que una crianza basada en conductas sanas y respetuosas con el niño es la mejor opción.
En el tema que nos ocupa, manipular, asustar o condicionar al niño con la posibilidad o no de que tengan regalos, para conseguir conductas determinadas por parte del niño, no parece sano.
Pero además de esto, el tema de Reyes Magos y/o Papa Noel, considero que es un tema de decisión personal, que cada padre tomará teniendo en cuenta sus creencias, sus preferencias, su economía, etc.
Parece lógico que se respete el pensamiento del niño, su forma de pensar en cada etapa y se le ayude a crecer sano y relacionándose saludablemente con su entorno, por eso creo que la moderación es la que debe imperar ante este tema: ni negar las creencias del niño, ni fomentarlas excesivamente.
Otra cuestión sería como y cuanto le regalamos a nuestros hijos y la influencia que eso si tiene en su desarrollo. Pero eso es tema de otro artículo.
Aprovecho estas fechas y este articulo para recordar que sobre todo en nuestras islas existen muchos niños al borde de la exclusión social que no pueden tener nada en estas fechas. Les invito a colaborar con las organizaciones para poder llevar un poco de ilusión a esta vida tan duras que le está tocando vivir.
Gracias.