03.11.2017. Redacción / Opinión.
Por: Laura Zerpa
Cada año, en los grandes desfiles que tienen lugar por todo el mundo, vemos cómo se lucen brillantes modelitos que prometen ser la tendencia de la temporada, y es común que en la temporada otoño-invierno se utilicen materiales calentitos y muy confortables que son irresistibles al tacto.
Sí, hablo exactamente de los abrigos de piel de visón o de zorro, de esos zapatos y bolsos hechos de auténtica piel de serpiente o de cuero.
Se trata de prendas muy cotizadas cuyo coste en el mercado las convierte en un lujo inalcanzable para muchos.
Sin embargo, lo que en realidad se exhibe en esas pasarelas es maltrato y sufrimiento animal. Ese es el alto precio que pagan los animales para que nosotros, los seres humanos insensibles e inconscientes, estemos dispuestos a derrochar cifras tan escalofriantes que superan los tres mil euros por conseguir un auténtico abrigo de visón.
Todos estamos de acuerdo en el hecho de que el ser humano necesita cubrir su piel con telas o prendas que le protejan del frío, de las inclemencias del tiempo y del entorno en el que vive, pero ¿realmente es necesario en la actualidad robarle la piel a un animal para vestirla?
No. Definitivamente, se trata de un producto innecesario dada la gran diversidad de materiales sintéticos y de origen natural existentes en el mercado actual.
Para confeccionar un solo abrigo de visón es necesario despellejar a 70 visones. Se trata de 70 animales inocentes que viven desde el día de su nacimiento o de su captura hasta el día de su muerte hacinados en unas condiciones lamentables, encerrados en una diminuta jaula en la que les resulta imposible moverse y recibiendo un cruel maltrato diario hasta que mueren experimentando un dolor insoportable que muchas veces les provoca la pérdida de conciencia y la muerte.
A esos animales les arrancan la piel cuando están plenamente conscientes, les rompen las extremidades, los apalean y los patean hasta que mueren desangrados o mutilados.
Hablo de animales tan hermosos como zorros, visones, cocodrilos, serpientes, avestruces, patos, chinchillas, hurones, ardillas, coyotes, castores, mapaches, nutrias, focas, e incluso vacas, cabras, caballos, perros, gatos y conejos.
Todos estos animales terminan cubriendo la piel de alguien que las exhibe orgulloso en público.
En total hay hasta 6.000 granjas en Europa con la finalidad de producir hasta el 70% de la piel mundial de visón y más del 60% de la piel de zorro. ¿Qué ocurre realmente en estas granjas?
Los visones, son uno de los animales que más beneficios aporta a esta industria y sufren una explotación inverosímil para el propio provecho del comercio de pieles. Malviven encerrados en jaulas cuyas medidas no superan los 40x40x50 cm, lo que provoca que les resulte imposible moverse o darse la vuelta, así que sufren mucho estrés, agobio, angustia y es frecuente que se lesionen ellos mismos al intentar moverse. La esperanza de vida de los visones está en torno a los 6 años, aunque en la industria peletera, estos animales son asesinados por medio de monóxido de carbono o rompiéndoles el cuello (todo para no dañar su preciada piel) cuando apenas tienen 6 meses de vida. Para las hembras de visón la situación es mucho peor si cabe, permanecen entre cuatro y cinco años en jaulas, siendo inseminadas año tras año para que tengan descendencia y poder encerrar también a sus hijas e hijos durante el medio año necesario aproximadamente hasta que son asesinados por sus pieles.
Imagínate por un momento cómo sería vivir en una habitación cuyo espacio sea inferior al medio metro cuadrado, recibir poca comida, ser maltratada y torturada cada día, no ver la luz del sol, no poder moverte y encima estar embarazada en contra de tu voluntad año tras año sin poder evitarlo y ver cómo te arrebatan a tus bebés delante de tus ojos, cómo los golpean y los despellejan vivos cuando aún ni siquiera deberían haber sido destetados… Horrible, ¿verdad? Pues esto es lo que les ocurre cada día a miles de animales sólo para que ciertas personas puedan lucir sus pieles.
La muerte no se aplica de la misma manera para todas las víctimas de la industria peletera, pero en todo caso es lenta y dolorosa. A los zorros se les introducen electrodos en la boca y en el ano para electrocutarlos. A los cocodrilos se les hace un corte en el cuello y, literalmente, se les despelleja vivos mientras, totalmente conscientes, experimentan un dolor insoportable. Tengamos en cuenta que todos estos asesinatos se hacen con un solo propósito: mantener la piel lo más intacta posible. Una vez conseguido el objetivo, los restos de sus cuerpos son vendidos a la industria cárnica de alimento para perros y gatos, o para la fabricación de abonos.
La matanza de focas es otro de los aspectos más terroríficos de este asunto. Cada año, cuando comienza la temporada de caza, miles de focas son asesinadas a porrazos. Para matarlas y capturarlas, los cazadores utilizan una especie de porra que tiene un gran pico punzante hecho de metal, otras veces utilizan rifles y las disparan desde los barcos. Así, a golpes y pinchazos logran matar a los bebés y consiguen que las aterrorizadas víctimas no huyan debido a quedar paralizadas, confusas y doloridas por los fuertes golpes que reciben en la cabeza. Después, estando aún conscientes en muchos casos, son despellejadas y sus cuerpos quedan abandonados a una muerte lenta y dolorosa, ya sin piel, en medio de un bloque de hielo que se ha teñido de rojo.
Se supone que el ser humano es la especie más evolucionada porque tiene la capacidad de desarrollar una mente crítica y de tomar decisiones en función de muchos factores que es capaz de tener en cuenta realizando ciertos análisis lógicos. Sin embargo, el ser humano en ocasiones es el ser vivo más violento, cruel, irracional e insensible. Tratamos a los animales de forma injusta, no respetamos nuestro entorno e incluso nos dañamos unos a otros.
Está en manos de todos parar esta crueldad tan extrema y tú puedes actuar. El primer paso que debes dar es no consumir ningún tipo de prenda que esté hecha con pieles animales y optar por otras cuyo material sea de origen sintético o vegetal, con el objetivo de no seguir llenando los bolsillos de la industria peletera.
Tomar conciencia de lo que ocurre a nuestro alrededor y poner nuestro granito de arena para evitar tanta maldad está en nuestras manos.