24.08.2018. Redacción | Opinión
Por: Paco Pérez
pacopego@hotmail.com
Según noticias que nos llegan directamente de Venezuela, en torno a dieciséis mil personas están en serio peligro de morir de manera inminente por falta de medicamentos y por la enorme y patética carencia de alimentos básicos, ante el vergonzoso desvío de mirada de los organismos internacionales, que no intervienen en la solución de este gravísimo problema humanitario que está sufriendo la querida "octava isla".
Algunas organizaciones no gubernamentales han empezado a exigir a la ONU y a la OEA el establecimiento de un pasillo humanitario para hacer llegar a la población venezolana ayudas de emergencia.
La Organización de Médicos por la Salud acaba de ofrecer datos espeluznantes sobre la situación real en aquella república "bolivariana" presidida por el dictador Nicolás Maduro.
Según esta entidad, en el 85 por ciento de los hospitales no hay medicamentos; el 79 por ciento de los centros hospitalarios no hay material sanitario y no se pueden financiar, en el noventa por ciento de los casos, tratamientos de alto coste a enfermos oncológicos o pacientes con hemofilia o sida.
A la petición de la OMS de establecer un pasillo humanitario, se han unido los obispos venezolanos, según hemos podido saber en fuentes fiables, entre ellos los señores Losada y Villamor, que han mostrado a su círculo de amistades en el Archipiélago su profunda preocupación por la situación socioeconómica y sanitaria que atraviesa el país hermano.
Y quien esto escribe añade, muy indignado, ¿a qué coño espera para renunciar a la Presidencia el bruto y odioso dictador Nicolás Maduro? ¿Por qué los EE.UU, la OEA y la ONU no intervienen de una puñetera vez?