Mejorar

17.07.2023 | Redacción | Opinión

Por: Óscar Izquierdo

Presidente de FEPECO

Después de dos procesos electorales, uno ya celebrado, las elecciones autonómicas y locales, constituidos ya los distintos órganos de gobierno en dichos ámbitos, comenzando su labor, estamos a la espera de la celebración de otra “fiesta de la democracia”, como gusta llamar ostentosamente a muchos políticos, cualquier proceso electoral. Sin dar respiro, ni tiempo para sentarse en los nuevos sillones cómodos y ergonómicos a los que han salido elegidos y disfrutar de los siempre apetecibles coches oficiales, que suelen dar un puntito de vanagloria frente a los vecinos, nos encontramos o como me comentaba recientemente una amiga, nos han “empotrado”, en pleno periodo de fin de curso y principios de vacaciones, unas elecciones generales. La inicial impresión que dan los políticos es que no paran de trabajar, porque las campañas en la búsqueda del voto indeciso son agotadoras, sobre todo, para muchas personas que se dedican a la cosa pública y precisamente entre sus virtudes no están el ser diligentes y laboriosos. Seguro que todos conocemos a más de uno que, con toda elegancia, se les podría denominar “gandules oficiales” o como repetimos siempre, suéldologos acérrimos, igual que, en justicia, hay que decir, que también los hay responsables, infatigables y diligentes.

Todavía no sabemos, si el mes de agosto va a ser de asueto, a saber, de descanso o suspensión de la actividad habitual, durante un período breve o por el contrario, significará un tiempo precioso, para empezar a cambiar tantas cosas necesarias y urgentes o poner en funcionamiento lo que no acaba de arrancar de ninguna manera. Ya lo veremos a su tiempo. De todas maneras, tampoco hay que caer en la demagogia, del trabajo ilimitado o profesionalitis enfermiza, porque todos tenemos el derecho a recuperar las fuerzas desgastadas por la laboriosidad responsable.

De lo que se trata, es de recuperar lo antes posible la tranquilidad política, que lleve a una serenidad social, para enfrentarse a los problemas existentes con tiempo, sin nerviosismos ni agobios y sobre todo, quitando la preocupación por quedar bien o mal ante la opinión de los demás. Porque lo que se tenga que hacer, se hace, cueste lo que cueste y a pesar de los pesares. Sin miramientos a perder valoración pública o a la hostilidad y desafíos de entidades corporativas de todo tipo, que siempre las hay y tienen su función específica, tanto en la sociedad, como en la economía. Es así como se sale adelante con fortaleza, asegurando unos cimientos robustos que garanticen progreso y prosperidad para todos.

Entramos en una nueva etapa en Canarias, con un gobierno de coalición, que no es lo mismo que Coalición Canaria, CC, es decir, un ejecutivo, donde suma, además, el Partido Popular, PP, la Asociación Socialista Gomera, ASG, junto con los bimbaches de la Agrupación Herreña Independiente, AHI. En los Cabildos y ayuntamientos, se han conformado ejecutivos, donde la paleta de colores que, por lo general, suele tener armonía y relación, para que se combinen, ha sufrido muchos muchas restas y sumas, unas esperados y otras con resultados sorprendentes, contando con algún expediente abierto a nivel de partido político, que siempre se archiva con el tiempo.

Ahora no hay que mirar para detrás, porque eso significaría quedarse congelado como en el relato bíblico de la mujer de Lot. El presente hay que animarlo, ponerle salsa, para darle vida, sabor y enjundia, porque no se puede parar lo que está en marcha y hay que comenzar, de manera apremiante, lo que se espera para un futuro a medio y a largo plazo. Por lo tanto, hay que empujar todos en la misma dirección, aunque cada cual vaya por un carril diferente, la clave es, evolucionar a mejor.

Suscríbete a nuestro Podcast



Buscar en Tagoror

¿Aún no te has suscrito a nuestro podcast? Suscríbete aquí